Los Vecinos Autoconvocados de Villa Belgrano, en el noroeste de Córdoba Capital, rechazaron el proyecto de la Municipalidad que impulsa la construcción de viviendas colectivas en todo el barrio y en la ribera del río Suquía, frente a la Reserva San Martín. Las viviendas colectivas son departamentos, de los cuales hay un bajo porcentaje en la actualidad, pero que con la modificación que impulsa el municipio podrían multiplicarse.
A través de un comunicado de prensa, los vecinos afirman que “la nueva ordenanza (que promueve el Gobierno del intendente Martín Llaryora) y que quieren para Villa Belgrano no beneficia a ningún vecino”.
Recuerdan que la iniciativa para “cambiar los permisos de construcción en nuestro barrio fue presentado “oralmente” el martes 11 de julio por funcionarios municipales a un reducido número de vecinos”. Del encuentro participaron el secretario de Desarrollo Urbano, Daniel Rey; la directora de Desarrollo Urbano, María José Filippi; el concejal Pedro Altamira; la secretaria de Comisiones del Concejo Deliberante, Mariana Sayán; el arquitecto Luciano Roberts; el titular del CPC Argüello, Tomás Grunhaut; las autoridades del Centro Vecinal; y tres integrantes del grupo de Vecinos Autoconvocados. Luego de analizar la proposición, los vecinos emitieron este lunes el documento de prensa.
Cabe recordar que, desde principio de 2023, los vecinos vienen realizando acciones contra el avance de los megadesarrollos inmobiliarios, de servicios y de salud en el barrio de Villa Belgrano, ubicado en el noroeste de la Capital provincial.
Dicen en el documento, que “los aspectos contenidos en ese proyecto, a punto de ingresar al Concejo Deliberante, no hacen otra cosa que agravar la destrucción de la identidad del barrio y no beneficia a ningún vecino. Y cuando decimos que “no beneficia a ningún vecino”, nos referimos a los vecinos que elegimos seguir viviendo en el barrio y que continuamente perdemos calidad de vida fruto de estas construcciones”.
Se refieren puntualmente al “vertido de efluentes al río por colapso de los pozos negros, ya que no contamos con la red de servicio de cloacas; contaminación visual, sonora e invasión a la privacidad de nuestros terrenos; tala y extracción de árboles en la costa del río y adentro del barrio; colapso en el tránsito, en la seguridad y en la tranquilidad que antes caracterizaba al barrio”.
Agregan que “de aprobarse este proyecto, no solo se permitirá la realización de construcciones de altísimo impacto como las que ya se vienen realizando en algunos sectores del barrio (por vía de excepciones), sino que permitirá hacerlo en toda su superficie, ya que se prevé la construcción de Viviendas Colectivas (es decir, Edificios de Departamentos) en terrenos de 5.000 m2 en cualquier lugar del barrio”.
Denuncian que “los cambios impactarán negativamente y de manera irreversible no solo en el barrio, sino también en el Río Suquía y en la Reserva San Martín, con quienes formamos parte de un mismo ecosistema y que además es la única reserva natural que tiene la ciudad”.
También rechazan “la metodología que utilizaron para elaborarlo, a la que consideramos, como mínimo, insuficiente. Y lamentamos que no se nos haya permitido participar en un ámbito amplio de debate municipal como podría haber sido el CPC de Argüello, donde hubiéramos podido conocer, opinar y proponer soluciones. Porque los vecinos -directos damnificados por la nueva Ordenanza- tenemos muchas y muy buenas ideas para el barrio”.
Por último, hacen un “llamado al “sentido común” de quienes dirigen los destinos de la ciudad, para que no se vuelva a atropellar al barrio, depredando la naturaleza y la tranquilidad que todavía le quedan. Eso no se negocia”.
QUÉ PASA EN VILLA BELGRANO
Villa Belgrano es un barrio residencial, ubicado al noroeste de la ciudad. Sus límites los marcan el río Suquía por el sur y el este; la avenida Recta Martinoli por el norte; y la calle Lasalle por el oeste.
En la última década, su fisonomía, contexto ambiental y estilo de vida se han transformado progresivamente con los llamados “Housing” y emprendimientos inmobiliarios, algunos de ellos denominados “de altura”, con más de dos pisos, límite establecido por la legislación vigente para esta zona. También se ha intensificado el desarrollo comercial y de servicios.
Una vista de la reserva San Martín, en la ciudad de Córdoba.
LA RESERVA SAN MARTÍN
La Reserva Natural Urbana San Martín fue creada en 2009. Anteriormente era el Parque San Martín. Está ubicada en el noroeste de la ciudad de Córdoba y tiene una superficie de 114 hectáreas enmarcadas por el Río Suquía y el Canal Maestro Sur.
Es la única área protegida de la ciudad. Su valor biológico está dado porque corresponde a una zona de transición entre dos ecorregiones: El Espinal y el Chaco Serrano.
Dentro de ese pequeño territorio lleno de vida, hay bosque nativo y es el hábitat, entre otros, de 17 especies de reptiles; 6 de anfibios; 9 de mamíferos; y 177 de aves. También habitan el río Suquía, 14 especies de peces, 12 son autóctonas y 2 introducidas.
“Un cambio en la ordenanza constructiva como el que impulsa la Municipalidad (viviendas colectivas frente al río y la Reserva), tendría un impacto tremendo e irreversible. El río Suquía está asociado funcionalmente a la Reserva. El río actúa como su corredor biológico, es el camino por donde las especies de la Reserva pueden migrar a otras áreas naturales como la reserva de La Calera y contactarse con individuos de su misma especie. Eso es lo que mantiene vivas a las especies de la Reserva”. (Adriana Moyano, bióloga y titular de la Asociación Amigos de la Reserva San Martín -AARSM-).
Adriana Moyano y Héctor Tognarelli, integrantes de la Asociación Amigos de la Reserva San Martín. (Foto: Enredacción).
LA AVANZADA DE LOS MEGADESARROLLOS INMOBILIARIOS
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Clara curtino
19 julio, 2023 a 10:45
Los vecinos tienen toda la razon y la verdad de su lado. Construir no significa destruir. Como un simple ejemplo, fijense en la destruccion de toda una comunidad cuando se erigió en el cerro una suc del Sanatorio Allende. Un desastre para los vecinos y un gran negocio para otros. CONSTRUIR NO SIGNIFICA DESTRUIR