¿Qué auto tenía Miguel Rohrer en noviembre de 2006? Un VW Passat rural o un Audi rural. Uno u otro vehículo podrían alejarlo o acercarlo a Río Cuarto, el lugar donde fue asesinada Nora Dalmasso, en la madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006. Dos productores agropecuarios dijeron haber visto el Audi de “El Francés”, en la ruta Nacional 8, rumbo al “Imperio del Sur” el viernes, horas antes del asesinato. Sin embargo, Guillermo Gonella, uno de sus allegados afirmó que, en ese entonces, Rohrer no manejaba un Audi, sino un VW Passat.
El punto es que a diferencia del resto de los testigos que van olvidando detalles con el paso del tiempo, Gonella mejora los recuerdos: En 2007 dijo que no se acordaba en que auto se había ido Rohrer de un almuerzo el viernes 24 y, ahora, casi 15 años después, aseguró que era un Passat. Del resto de los comensales relató que no recordaba en que autos se desplazaban.
Pudo haber influido que, el martes, los productores Juan Silvestre y Carlos Willberg aseguraron que el Audi del empresario agropecuario los había superado en la ruta, cerca del campo que tenía en Las Acequias –a 112 kilómetros de Río Cuarto-, a 150 o 160 kilómetros por hora. El vehículo estaba lleno de barro y tenía el limpiaparabrisas trasero encendido, porque ese día llovía. Cuando les preguntaron porque lo habían reconocido, apuntaron que en ese entonces había dos Audi en Río Cuarto: El de Gonella –el testigo- y el de Rohrer. Silvestre y Willberg habían salido de Buenos Aires después de las tres de la tarde y vieron el Audi entrada la noche del viernes 24.
Sin embargo, Rohrer nunca estuvo imputado en la causa donde se investiga la muerte de Nora porque pudo probar, en ese tramo de la causa, que estaba en la capital argentina. Su ADN no coincide con ninguno de los elementos secuestrados en la casa de Villa Golf y, entre otras pruebas, el gerente de su empresa, Ricardo Araujo, dijo que estuvo con él, el viernes 24 hasta las 6 de la tarde y luego, volvió a encontrarlo al mediodía siguiente, siempre en Buenos Aires.
La ventana horaria de 18 horas que queda entre ambos encuentros es suficiente para que alguien viaje ida y vuelta desde la capital argentina hasta Río Cuarto, sobre todo si lo hace a 150 o 160 kilómetros por hora como ahora atestiguaron los productores. La distancia por ruta 8 es de 612 kilómetros y, a esa velocidad, el trayecto se cubre en apenas cuatro o cinco horas, según él tránsito. Es decir, se abre, al menos, un margen de duda. De cualquier modo, el asunto a dilucidar será saber qué auto tenía efectivamente el empresario en noviembre de 2006.
Existe otro dato que ubica a Rohrer en la ciudad o cerca de ella y es el que mencionó el periodista Hernán Vaca Narvaja en su investigación sobre el caso: Un teléfono de Rohrer había sido ubicado por la ex SIDE en inmediaciones de Río Cuarto en la noche del crimen.
LOS OLVIDADIZOS
Ayer, llamativamente, Gonella y Araujo dijeron no recordar los hechos en buena parte de las preguntas que les hicieron Marcelo Brito, el abogado defensor del único imputado, Marcelo Macarrón, y de Julio Rivero, el fiscal.
Araujo, gerente de la empresa de Rohrer, al que Lacase le había pedido a fines de 2006 que aporte una lista de nombres de personas con las que él y su jefe habrían estado el viernes al mediodía en La Ellestina, en Buenos Aires.
El gerente de Rohrer aseguró además que tras su declaración de 2007, Lacase se comunicó con él y le dijo: “Mirá, si Miguel está dispuesto a abonar determinado monto, yo estoy dispuesto a limpiarle el nombre y correrlo de esta situación en la que lo han metido. Transmitíselo”.
Cuando el fiscal le preguntó por detalles, dijo que tanto Miguel Rohrer como Valeria Rohrer, su esposa, consideraron la propuesta “una locura” y dijeron que “Michel no tenía nada que ver” con el crimen.
Rivero, el fiscal, deberá evaluar ahora el testimonio de Araujo, y determinar si promueve acción penal contra Lacase.
Más allá de la decisión que tome el fiscal, el abogado que fue vocero del viudo se ha convertido en un actor central del juicio y aparece en la mayor parte de los testimonios.
Se sabía de la investigación previa, que acompañó a Macarrón a Punta del Este pese a que el resto de sus amigos no querían que lo hiciera; conversó en el viaje de regreso desde el país vecino con los policías que “investigaban” la escena del asesinato; actuó de vocero del médico traumatólogo en los primeros tiempos posteriores al hecho; uno de los primeros abogados defensores era su socio; y hasta habría ayudado a sembrar al menos dos pistas falsas, entre otras intervenciones.
Ahora, hay una suma de testimonios que lo apuntan. Incluso, el pintor Gastón Zárate, contó el martes que el comisario Rafael Sosa y sus hombres, lo “apretaban” a él y dejaban el celular abierto para que del otro lado, escuchara Lacase. Semejante afirmación lo ubica en un entramado con el poder de turno, porque queda parado como quién dirigía el curso del expediente, usando a la Policía de la provincia para ello.
LA IMPUTACIÓN
En este caso, el único imputado es Macarrón, que está acusado de instigar el asesinato de quien fuera su esposa. Lo acusa del delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, que contempla prisión perpetua.
Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en fecha que no se puede establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Marcelo Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen”.
Para el fiscal Pizarro, el móvil fue económico, porque Dalmasso y Macarrón atravesaban una crisis conyugal y Nora habría querido divorciarse. En ese marco, el hombre no habría querido dividir los bienes conyugales. Está acusado de contratar un sicario, de facilitarle el acceso a la vivienda y de planear una simulación sexual para justificar el hecho.
COBERTURA
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VER [Crimen de Nora Dalmasso, Día 9] “La vi llorando y dijo que planeaba separarse de su marido”.
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VER [Crimen de Nora Dalmasso, Día 3] Facundo Macarrón reclamó investigar al empresario Miguel Rohrer.
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