Para Juan Schiaretti, la alianza peronista del Frente de Todos (FdT), tal como está, no tiene futuro. Con un ojo mirando 2023, cree que la realidad se llevará puesta la experiencia populista que tiene a Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, como líderes de las tres corrientes que la integran. Dentro de ese contexto, imagina que tiene un lugar en el escenario que vendrá y por eso, se posiciona con toda claridad frente al gobierno nacional.
¿Cuál es el objetivo de ese movimiento? Si hay crisis, espera que una parte de los fragmentos del peronismo termine junto a él, sobre todo, el que está más cerca del complejo agroindustrial, en la Pampa Húmeda.
Si bien se para en el lado opuesto, coincide con Máximo Kirchner, en posicionarse por adelantado, mirando la escena económica y social que seguirá al acuerdo con el FMI. Si bien el peronismo ha sido partícipe de una enorme cantidad de milagros políticos y resurrecciones a lo largo de su historia, en este caso, no hay experiencia política en el mundo que muestre que una fuerza política sobrevivió y salió indemne a un acuerdo con el organismo internacional de crédito. Es lícito pensar, entonces, en que hay un plano a explorar detrás de la foto oficial que tiene al presidente y a Kristalina Georgieva como principales actores.
Durante la apertura de sesiones de la Legislatura cordobesa, Schiaretti tuvo una serie de definiciones que lo ubican en ese juego y con los que busca proyectarse:
-“Nuestro país está estancado y en declive. Gobernar recitando consignas pseudoprogesistas demuestran una actitud feudal y unitaria que nada tiene que ver con el progresismo”, dijo en referencia al gobierno de Alberto Fernández.
-“Debe haber una nueva ley de biocombustibles que dé el mismo tratamiento a los derivados de maíz y la soja que a la caña de azúcar. Ni más ni menos”
-“Seguimos siendo un país unitario, donde el Estado nacional gobierna fundamentalmente para el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), que tiene privilegios en detrimento del interior profundo de la Patria. Estos privilegios se profundizaron en los últimos años”.
-“En el transporte de pasajeros, el AMBA pasó a concentrar el 83,2% de los subsidios; en la energía eléctrica, mientras en el interior del país cada provincia se hace cargo de su distribución, es el Estado nacional quien presta el servicio en el AMBA a través de las empresas Edenor y Edesur, que recibieron 112 mil millones de pesos de subsidio, lo mismo sucede con las cloacas y el agua. Es la Nación quien presta el servicio solo en el AMBA a través de AYSA, que en 2021 recibió 102 mil millones de pesos del Tesoro nacional y recibirá 193 mil millones en 2022”.
-“Córdoba reitera el reclamo de que se eliminen las retenciones; este impuesto que no existe en ningún lugar de nuestra América Latina, ni en ningún lugar en el mundo”.
-“Que se eliminen inmediatamente las retenciones al complejo lácteo, manicero y de legumbres”.
-“Reclamamos que se acabe inmediatamente con el cepo a la exportación de carnes que perjudica a nuestra producción y no logró nunca bajar su precio en la mesa de los argentinos”.
-“El sector privado es el que debe competir, invertir y generar empleo genuino, y al Estado le corresponde garantizar la estabilidad de las reglas de juego para que haya inversión, cuidar el funcionamiento del sistema democrático, impulsar la pluralidad de ideas, tener equilibrio fiscal, promover la actividad económica, hacer las obras de infraestructura que mejoren las vidas de la familias, y a la vez hacer la justicia social que nadie más que el Estado puede realizar”.
-“Si somos capaces de actuar así, no tengo dudas de que nuestra Argentina dejará atrás largos años de decadencia y entrará en la senda del progreso sostenido. Nuestro modelo de gestión Córdoba funciona con estos principios y nunca se detiene, impulsa siempre la generación de empleo genuino”.
Más allá de que se pueda discutir la viabilidad o no del planteo de Schiaretti, está claro que apuesta a representar una visión pro mercado del peronismo en el caso de que eclosione la variante populista. No son movimientos para terminar jugando como socio menor de la alianza de Juntos por el Cambio (JxC) con Horacio Rodríguez Larreta o con quien termine encabezando ese espacio en 2023. Se trata de una apuesta mayor, más profunda, que pivotea en el peronismo y no en el Pro, aunque, a veces, “la realidad pueda tener cara de hereje” y no suceda lo que se espera.
Tiene a favor la existencia de un peronismo enflaquecido (en cuanto a su influencia) en la región central del país, que no encuentra un lugar frente a la primacía del eje Gran Buenos Aires-gobernadores del Norte argentino dentro de la alianza oficialista. En Córdoba, que es parte sustantiva de este espacio económico-geográfico, que es el más dinámico del país, Schiaretti construyó con José Manuel De la Sota una variante diferente, pero exitosa del peronismo. Desde allí es que tensa al peronismo nacional y al FdT.
Su juego representa y es, por lo tanto, funcional al proyecto político y económico neoliberal de los grandes grupos económicos y financieros. En los ’90, un espacio similar, con otras condiciones históricas, fue ocupado por Carlos Menem, Domingo Cavallo y la Fundación Mediterránea. Eso, al menos hoy, no tiene liderazgo explícito ni volumen dentro del PJ. Por ese andarivel vacante es que trata de posicionarse el gobernador cordobés.
Mauricio Macri y su alianza ocuparon ese carril desde el conflicto de Cristina Fernández de Kirchner con el campo en 2009. Su llegada al poder logró esmerilar los ingresos de la clase trabajadora, que perdió casi 25 puntos desde 2016; y endeudó al país por más de una década con la deuda de 45 mil millones de dólares contraída con el FMI. Pero Macri, sobre todo, con esa política de endeudamiento, condicionó la implementación de un modelo populista en Argentina. Pese a ese éxito táctico, que cotiza en Bolsa, pero no en la sociedad, Macri, más allá de su voluntad, tiene mínimas posibilidades de volver al sillón de Rivadavia. En cambio, el regreso del FMI al país, será un corsé que marcará a fuego el destino nacional y el del peronismo por un tiempo difícil de estimar.
Se trata de un nuevo contexto, de un mapa distinto al que regía hasta 2015. Y si algo tienen la estructura económica y la economía, es que no pueden ser ocultadas, ni empujadas debajo de la alfombra más que por un tiempo corto.
La política tampoco es para quienes la hacen con el diario del lunes. Es para quienes pueden ver bajo el agua oscura del Río de la Plata. Schiaretti cree haber visto algo y se puso a nadar con rumbo a ese lugar. Cree tener una receta para esa nueva realidad de la estructura económica. El tiempo dirá si efectivamente tenía razón y, en ese caso, el tamaño o relevancia de su rol. Por ahora, está dando las primeras brazadas.
>>COBERTURA
VER Apertura de sesiones: Rossi dijo que “el gobernador se enamora del cemento y se aferra al relato”.
VER Apertura de Sesiones: Schiaretti afirmó que “nuestro país está estancado y en declive”.
VER Apertura de sesiones: “Schiaretti habla como si gobernara Berlín”.
VER Apertura de sesiones: Qué dijeron los dirigentes que aspiran a suceder a Schiaretti.
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