Durante los últimos cuatro años del anterior gobierno nacional, muchas organizaciones sindicales vieron afectado su derecho a discutir paritarias libres.
Hasta el día de la fecha, existen sindicatos que desde hace años no tienen paritarias para quienes representan. Pero muchas veces hay que analizar caso por caso.
Hay que destacar, que los sindicatos tienen distintas vías para garantizar un salario digno a quienes representan.
En una primera instancia, se hace el pedido de actualización salarial por ante la parte empleadora, que los fines de intentar arribar a un acuerdo con mayor celeridad.
En segunda instancia, se puede solicitar la intervención del Ministerio de Trabajo (provincial o nacional), en donde ambas partes deberán sentarse a negociar paritarias.
En el supuesto de que haya acuerdo, el mismo debe ser homologado por parte del Ministerio de Trabajo interviniente.
Pero ante la negativa de la parte empleadora a discutir paritarias, todo sindicato tiene la posibilidad de acudir a la Justicia en defensa del salario.
Existen sobrados casos de organizaciones sindicales que ya lo hicieron, obteniendo fallos favorables en todos estos ejemplos: metrodelegados, SUTEBA, Poder judicial de la Provincia de Buenos Aires, y Telam, entre otros.
Por tales motivos, no existe organización sindical que pueda decirle a sus afiliados o afiliadas que nada se puede hacer para obtener paritarias.
Tienen tres vías.
Se debe agotar la vía administrativa (y no por tiempo indefinido o con cuartos intermedios que duran años).
Existen sobrados casos de gremios que acudieron a la Justicia y obtuvieron la respuesta esperada al pedido de paritarias, al pedido de recomposición salarial.
Si un sindicato no va hasta las últimas consecuencias para conseguir salarios dignos, quizá sea porque cogestiona con la parte empleadora, con el poder político de turno o porque puede tener condicionamientos de otra índole, y es por ello que con su inacción manifiesta en ciertas ocasiones consienten que se flexibilice no sólo el salario, sino también las condiciones laborales de su gente.
Mientras empleadores, y hasta algunos sindicatos, pretenden bajar la línea de que este año es imposible que haya paritarias por la pandemia, el gremio aceitero en el medio de la cuarentena por el coronavirus, logró paritarias para sus afiliadas y afiliados, consiguiendo un salario inicial que ronda los setenta mil pesos.
Las bases de los sindicatos, votan a sus dirigentes y por ende a los consejos directivos, para que hagan más y hablen menos.
La gente está harta de los dirigentes que no se exponen, de los que se esconden, de los que se alejaron de sus propias bases, de los que viven como mega millonarios (mientras sus representados día a día siguen perdiendo poder adquisitivo, derechos y conquistas históricas).
La gente quiere dirigentes que gestionen por pedido de las bases exclusivamente y que no manejen los sindicatos como si fueran bienes de su propiedad.
La gente, hoy en día, necesita dirigentes que luchen por el salario, por las conquistas históricas y que cumplan su función, con independencia de la patronal, de la política partidaria, y solo que respondan a los intereses y necesidades de las bases que los ubicaron mediante el voto en ese cargo.
En definitiva, un dirigente sindical que no es acompañado por sus bases, es un dirigente sindical que, en la práctica, no existe.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado laboralista.
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