“El Gringo (Juan Schiaretti) no para nunca y menos ahora, que debe preparar un recambio dirigencial en la provincia y definir su futuro político. Mientras el resto descansa, él ya arrancó y trabaja para 2023. Te llama a las 7 de la mañana o a las 11 de la noche, está 24/7 en la gestión”, relató con discurso “joven” un hombre de la “vieja guardia” del peronismo cordobés a este medio.
El lunes, Schiaretti anunció obras viales y de infraestructura en Río Cuarto junto a uno de los intendentes fuertes del PJ, Juan Manuel Llamosas; el martes hizo escala en Río Tercero para inaugurar una obra de asfalto que llega hasta el hospital, donde compartió escena con el jefe comunal de la UCR, Marcos Ferrer, principal sostén territorial de Rodrigo De Loredo; y este miércoles, fue hasta Saldán, el territorio de uno de los caciques peronistas del Gran Córdoba, Cayetano Canto, a poner en marcha un centro deportivo.
“Va a conjugar los verbos inaugurar y anunciar en todos los dialectos del cordobés”, adelanta el mismo dirigente peronista. “El progreso son obras y dar trabajo, acá y en China”, se sonríe. “El gobernador va a llegar a cada pueblo y ciudad, en estos dos años, con obras y trabajo. Es nuestra conexión con los cordobeses y el electorado peronista. Muchas gestión”, sigue explicando sobre el despliegue político que se ve estos días.
“En Saldán y en toda Córdoba, estamos haciendo centros deportivos para que los vecinos puedan compartir la vida y practicar deportes, en definitiva para tener una vida en comunidad. En los momentos difíciles es cuando más precisamos, como sociedad, tener lugares de encuentro”, dijo Schiaretti en el mediodía del miércoles.
Y agregó: “Para eso hicimos la empresa Conectividad Córdoba, que hace las inversiones de conexión en cada uno de los 427 municipios y comunas. Tenemos más de 5 mil km de fibra óptica, ahora esa red digital podrá ser distribuida por las cooperativas, los municipios y las empresas. Internet es otro de los nombres de la justicia social del siglo 21, y este Gobierno provincial va a garantizar que antes que termine el año 2023 cada uno de los pueblos tenga conexión a internet de alta calidad, para mejorar el futuro de los cordobeses”.
Sólo 24 horas antes, en Río Tercero, al inaugurar la obra de pavimentación de 1.650 metros de la calle Estanislao del Campo de la ciudad de Río Tercero, que brindará un mejor acceso al nuevo Hospital Regional Juan Bautista Bustos, junto a otros 140 metros de la calle Amado Nervo, apuntó: “Además de esta calle que estamos habilitando, estamos asfaltando la calle Catamarca para llegar al hospital. Esto está en marcha y esperamos que se finalice antes que termine el año, al igual que el helipuerto que se pone en construcción”, sostuvo el mandatario.
También supervisó la construcción del nuevo edificio del jardín de infantes Gregoria Ignacia Pérez de Río Tercero, que registra un 80 por ciento de avance, y beneficiará a 84 estudiantes de nivel inicial. “El jardín de infantes está prácticamente listo, y allí vamos a iniciar el ciclo lectivo. Esto es importante porque la educación es sinónimo de justicia social en el siglo XXI”, planteó.
En Rio Cuarto, el lunes, anunció obras viales y de infraestructura barrial y entregó un cheque de 40 millones de pesos para el desarrollo del Polo Tecnológico de esa ciudad.
“Nosotros aplicamos un modelo de gestión en Córdoba que impulsa la producción, que cuida de las familias y que promueve a los que menos tienen. En una Argentina que está en declive, ni el Estado provincial ni los municipales pueden permanecer indiferentes a la gente”, argumentó.
“En definitiva, con estas acciones, hacemos realidad que en Córdoba no se habla de la justicia social sino que se la promueve y se la práctica. Transformar la realidad es apuntalar a nuestro sector productivo y defender a todos los productores de la provincia”, siguió diciendo, en lo que es otro eje relevante de su discurso, que es sostener la alianza con el sector agropecuario en base a defender sus intereses.
“Por eso planteamos que bajen las retenciones, las pongan a cuenta de ganancias y basta de que nos metan la mano en el bolsillo a los cordobeses; paren con el cepo a la carne y con esta ley de biocombustibles que nos perjudica”, se explayó en abierta oposición al gobierno nacional.
Con ese esquema, pro-campo y anti gobierno nacional busca profundizar la alianza con el sujeto socio-productivo del interior cordobés, que es también la base de sustentación y desarrollo de la alianza Juntos por el Cambio. Se trata de una disputa sustantiva, ya que el PJ provincial tiene una dura tarea política para que ese electorado no vaya a su cauce natural, que es el voto anti-peronista.
“No es igual una elección nacional que una provincial o una local”, se esperanza sobre ese punto el dirigente peronista que habló con ENREDACCIÓN. “El primer objetivo, es consolidar nuestro modelo político y económico en Córdoba. La realidad es que si no ganás acá, no hay futuro en ningún otro lugar”, dramatizó.
Juntos por el Cambio mostró en las elecciones legislativas de 2021 que posee dos dirigentes con un poderoso potencial electoral: Luis Juez (Frente Cívico) y Rodrigo De Loredo (UCR). De los dos, el antagonista es Juez. En cambio, el diputado radical es una incógnita todavía, ya que circula por el espacio que tensiona con el oficialismo de JxC en la cámara baja junto a Martín Lousteau –un aliado de Horacio Rodríguez Larreta- y con Mario Negri, en Córdoba. Tampoco se sabe todavía si disputará con Juez la candidatura a gobernador o se inclinará por disputar la intendencia de la Capital provincial.
En este territorio, la inutilidad del acuerdo entre Mauricio Macri y Schiaretti por la aparición de De Loredo en el escenario radical y de la alianza amarilla, es un factor sin resolución aún. Los dos dirigentes que apuntaló el ex presidente (Negri y el multipartidario Gustavo Santos) perdieron en Córdoba. Si esa realidad no se altera, el gobernador tiene un obstáculo importante, tanto en la provincia como en su proyección nacional.
VER La línea subterránea que une a Schiaretti con Macri.
Sin embargo, la mejor parte de ese futuro no depende exclusivamente de la rosca política, sino del contexto. El año pasado, Rodríguez Larreta fue enfático en pedirles, tanto a Juez como De Loredo, que no centraran su campaña electoral en Schiaretti. El jefe de Gobierno porteño piensa, en sintonía con uno de sus operadores comunicacionales, que es también operador de Schiaretti y del gobernador peronista santafesino Omar Perotti, Guillermo Seita, que en 2023 será necesario conformar una alianza mayor a la de Cambiemos de 2015. No sólo para intentar derrotar al frente peronista, si es que sobrevive al FMI, sino para poder gobernar con algún grado de éxito. En ese cuadro, es que Rodríguez Larreta ve a Schiaretti.
Por eso, el PJ cordobés va en dirección de hacer todos los deberes que requiere su relación con la sociedad. Ingresan en ese inventario, desarrollar una gestión intensa y territorial; trabajar para construir la unidad más amplia de peronistas que sea posible –con todos los que participaron del Frente de Todos salvo algunos pocos como el ex senador Carlos Caserio-, incluyendo una interna civilizada; aglutinar a su alrededor a todos los partidos que le sea posible (socialistas, Gen, desarrollistas, etc.); repetir su “amor” por el campo y el conglomerado del G-6 cordobés, una y otra vez; y hacer un ferviente anti-kirchnerismo. También, espera que la interna local y los celos en JxC le quiten músculo a la alianza opositora en la provincia.
Semejante magnitud de fuerzas y capacidad de control parecen ser insuficientes para darle al PJ cordobés, aunque sea, una garantía de que llegará al “paraíso”, que no es otra cosa que retener el poder en la provincia. De ahí que, mientras espera las señales del contexto político y económico, Schiaretti haya decidido no regalar ni un minuto de 2022 en el camino que lleva al todavía lejano e insondable 2023.
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