El Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil de San Francisco le prohibió a un joven acusado de abuso sexual simple todo acercamiento al domicilio de la presunta víctima: una adolescente que vive en el mismo barrio privado donde reside el imputado.
El juez Andrés Peretti también le prohibió al presunto agresor cualquier acercamiento al lugar de trabajo, estudio o esparcimiento de la damnificada como así también a cualquier otro espacio que ella frecuente.
La resolución del magistrado prohíbe incluso todo tipo de comunicación entre los involucrados en la causa, por cualquier medio, ya sea verbal, telefónico, personal, incluso por medios informáticos o cibernéticos como las redes sociales (Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram, etc.). Tampoco pueden establecer contacto a través de terceras personas. Además, la resolución dispone que no puedan relacionarse, entrevistarse o desarrollar cualquier conducta similar y que implique tomar contacto entre sí.
Dado que los involucrados viven en casas colindantes, el juez Peretti ordenó al imputado que construya un muro o que instale una media sombra o algo similar, que impida absolutamente el contacto visual con la víctima, bajo apercibimiento de adoptar medidas más restrictivas de la libertad personal.
El Juzgado de Competencia Múltiple de San Francisco precisó que estas disposiciones estarán vigentes por el tiempo que dure la tramitación de la causa y hasta su resolución.
En los fundamentos de la resolución, el juez Peretti explicó que tales medidas se basan en la condición de damnificada quien “no sólo pudo resultar víctima de un hecho de abuso sexual, sino que, además, se trata de una persona en condición de vulnerabilidad, teniendo en cuenta su edad y género”.
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