(Por Pablo Tissera*) Las cooperativas tienen por finalidad satisfacer las necesidades económicas, sociales y culturales de sus asociados y asociadas en el día a día y contribuir a la construcción de una sociedad sin desigualdades sociales, al fortalecimiento de un proyecto de país productivo, inclusivo y solidario, al armado de un mundo donde quepan todos los mundos.
A partir de la primera cooperativa de consumo en el país, las empresas asociativas y solidarias a través de la ayuda mutua y el esfuerzo propio de sus integrantes fueron ampliando su objeto para resolver la construcción de viviendas, contener el ahorro popular y canalizarlo en asistencia crediticia productiva local, brindar servicios educativos y de salud e instrumentar los más diversos seguros.
También organizar la producción, el acopio y la comercialización de los productos agropecuarios; brindar servicios esenciales en toda su diversidad, tales como energía eléctrica, conectividad, agua potable, redes cloacales, entre otras múltiples prestaciones que se desarrollan ampliamente en el país y en Córdoba en particular. Estamos en condiciones de decir que junto a Santa Fe y Buenos Aires son las provincias con más desarrollo cooperativo del país.
Además del carácter voluntario, por el cual un grupo de personas deciden asociarse libremente para crear una empresa de propiedad conjunta y administrarla democráticamente, se interesan por la comunidad que las rodea e inciden para el bien común. Se constituyen como herramientas de transformación social, así lo reflejan lemas como “Las empresas cooperativas construyen un mundo mejor” y #ReconstruirMejorJuntos, definidos por la ONU (2012) y la ACI (2021) respectivamente al consagrar el Año Internacional de las Cooperativas el primer sábado de Julio.
Desde el Movimiento Cooperativo de Crédito y nuestro partido solidario aludimos al rol transformador del cooperativismo y destacamos el doble carácter de las cooperativas, en tanto empresas productoras de bienes y servicios con perspectiva solidaria y movimiento social, que incesantemente y con perspectiva de géneros, da la batalla cultural para la construcción de sociedades independientes y autónomas en lo económico, justas y libres en lo social, soberanas y participativas en lo político, con base en los valores de la solidaridad y el cuidado ambiental.
Hay dos grandes experiencias a nivel mundial en disputa, por un lado, casi tres millones de empresas solidarias con 1.200 millones de asociados/as, mil doscientos millones de dueños de un capital colectivizado que representan el mayor movimiento empresarial solidario del mundo. Y por el otro, el dominante a escala mundial, pasa por la concentración de las riquezas en muy pocas manos en un mundo de 7 mil millones de habitantes.
El dirigente cooperativista y Diputado Nacional del Partido Solidario en el Frente de Todxs, Carlos Heller suele citar y denunciar la tremenda concentración de la riqueza en muy pocas manos que tienen lo mismo que la mitad de la población mundial. Ha quedado al descubierto que la naturalización de la desigualdad social y económica que reproduce el capitalismo neoliberal financiero está en crisis, los Estados mínimos promovidos por grupos de poder del sistema y sus representantes políticos (#JXC) no han dado respuestas a las necesidades económicas, sociales, políticas y culturales del pueblo. La pandemia ha dejado al descubierto en el mundo las desigualdades que genera y nos pone en frente la urgente tarea de cambiarlo para salvarnos.
Desde el nacimiento de nuestro movimiento señalamos la necesidad de repensar el mundo, de producir cambios profundos en los modos de producción y distribución de la riqueza, en la manera de consumir sustentablemente, pensar la acción en dicho sentido desde cada territorio, con Estados que tomen las riendas de la economía que es social y política en pos del bien común. Y aunque parezca irrealizable, estamos convencidos de que se puede diseñar y construir una sociedad donde cada uno aporte según su capacidad y reciba según sus necesidades. Llevará tiempo y constancia, pero es el camino a transitar, es el rumbo que estamos pretendiendo consolidar desde el 10 de Diciembre de 2019 con el frente político que integramos (#FdeT), es el modo de construir un futuro para todes.
* Pablo Tissera. Responsable del Imfc Córdoba y secretario General del PSol Córdoba.
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