Es una señal clara de distensión. Los gobernadores peronistas con Sergio Massa y sin Cristina Fernández le reclamaron al gobierno nacional que los convoque para discutir una salida a la crisis. Algunas horas después, el presidente Mauricio Macri, anunció que los recibiría la próxima semana en un intento por acordar el presupuesto 2019 y dar una señal al FMI sobre la sustentabilidad del programa de ajuste. Que se encuentren no quiere decir que saldrá lo que el Ejecutivo quiere.
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Pese al contexto, no hay que esperar un encuentro simple o armónico con los intereses del Ejecutivo. La mayoría de los gobernadores y el propio Massa no acuerdan con que el gobierno haya recurrido al FMI, pero ayer todos manifestaron la necesidad de negociar el presupuesto 2019. Los une el espanto. La posibilidad de que el Ejecutivo tenga que apelar al Presupuesto 2018 por falta de un nuevo presupuesto implicaría un ajuste mayor de las cuentas públicas, dada la inflación del 40 o más que vivirá el país este año. Para los mandatarios provinciales sería un escenario borrascoso y para el Ejecutivo nacional le resolvería lo formal, pero convertiría la Casa Rosada en epicentro de la protesta social.
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Ocho gobernadores de la oposición se reunieron en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) con legisladores nacionales encabezados por Miguel Pichetto y Sergio Massa, y dirigentes sindicales. Previamente un grupo más reducido lo había hecho en la Casa de la Provincia de Tucumán en la ciudad de Buenos Aires.
En la reunión en el CFI estuvieron los gobernadores Carlos Verna (La Pampa), Juan Manzur (Tucumán), Gildo Insfrán (Formosa), Mariano Arcioni (Chubut), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Lucía Corpacci (Catamarca), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
También participaron el vicegobernador del Chaco, Daniel Capitanich, y los legisladores Graciela Camaño, Diego Bossio, y José Mayans, entre otros.
“Lo primero importante sería que el presidente convoque a los gobernadores a una mesa de trabajo”, propuso Massa, un reclamo que luego repitieron Manzur y Rodríguez Saá los otros voceros del encuentro.
“Tenemos que esperar a que el Gobierno nos dé a conocer cuál es su propuesta de Presupuesto, que no la conocemos”, declaró por su parte Rodríguez Saá. “Parecería que sabe antes del presupuesto el FMI que nosotros, los gobernadores”, se quejó el puntano, que avisó que no aprobarán un presupuesto con ajustes en materia social aunque “vamos a intentar ayudar lo más que podamos”.
“Estamos hablando de una entelequia. El Gobierno no dialoga con nosotros. Nos encantaría que el presidente de la Nación con la información en la mano nos dijera ‘esto es el presupuesto'”, completó.
Por su parte, Manzur lamentó que “de todas las medidas, muchas de las cuales afectan nuestras economías regionales, nos enteramos a través de la televisión o de los diarios. A mi criterio, si el país está en emergencia como dice el presidente, hay que convocar a todos los actores. Queremos sumar, queremos ayudar, queremos llevar tranquilidad a todos los argentinos. Nos hubiera gustado que nos llamen”, indicó el mandatario tucumano.
Massa aseguró que “ir al Fondo fue un grave error, en el futuro habrá que pensar en cómo salir. Ahora, en la coyuntura, tenemos que convivir. Pero, más adelante, los argentinos lo tenemos que resolver”, señaló.
En tanto, el vicegobernador de Chaco, Daniel Capitanich, dijo que “se planteó la fervorosa lucha en contra de la continuidad del ajuste; no se aceptaría el esquema de traspaso de la tarifa de transporte de los subsidios nacionales ya que ninguna de las provincias está en condiciones de hacerlo; y también se continúa el reclamo del Fondo Federal Solidario y se plantea que los ajustes no pasen por las provincias”.
Mientras que el cordobés Juan Schiaretti no estuvo en Buenos Aires y participó de una serie de inauguraciones en Arroyo Cabral. Allí dijo que “hago votos para que el Gobierno nacional acierte en las medidas, porque una profundización de la crisis afectará a los que menos tienen. El Gobierno de Córdoba garantiza trabajar para sostener la gobernabilidad y una herramienta importante es el Presupuesto”. Schiaretti junto al salteño Juan Manuel Urtubey, el entrerriano, Gustavo Bordet y el misioneero, Hugo Passalacqua, no quieren quedar “pegados” a las maniobras de Macri, pero no están dispuestos a confrontar con el titular del Ejecutivo. A diferencia de los otros gobernadores, su ideario es neoliberal, y coinciden en términos generales con una parte del herramental oficial, aunque ya no con todo.
Si bien en el encuentro con los ministros de Finanzas, los funcionarios del ejecutivo aceptaron empezar a debatir instrumentos desde el lado de los ingresos (ya no sólo desde el lado de la reducción del gasto), los gobernadores y Massa insisten con cobrarle impuesto a los bienes personales a los que tienen dinero afuera del país. “Hay 80 mil millones de dólares de argentinos en el exterior que pagando el 1 por ciento resolverían el problema de impuestos de la mayoría de las pymes y las economías regionales”, afirmó el diputado nacional tigrense. Será un tema conflictivo. Lo mismo que las medidas que impactan en el gasto social, las Pymes y en la obra pública.
El presupuesto es clave, dado que indicará el grado de compromiso con el nuevo país que intenta imponer el gobierno con el apoyo del FMI. Sin embargo, la negociación con los gobernadores y la debilidad política del presidente, pueden obligarlo a aceptar condiciones fuera de esta hoja de ruta.
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