El gobierno nacional dispuso que la importación de automóviles quede encuadrada dentro del régimen de “licencias no automáticas” en lugar de las “automáticas”, como sucedió durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri (2015-2019). ¿Qué significa? Que, para importar vehículos y utilitarios, las empresas deberán realizar un trámite que requiere autorización de un funcionario de la Aduana. Según la experiencia, este mecanismo desalienta las compras externas, a causa de las demoras que vuelven imposible sostener el abastecimiento de las concesionarias. En Córdoba, podría beneficiar, a mediano plazo, a las plantas productivas de Fiat y Renault, que el año pasado trabajaban algunos pocos días por mes. Cabe recordar que SMATA y las dos automotrices, firmaron un convenio de estabilidad laboral hasta el mes de marzo de 2020, para evitar despidos a causa de la recesión.
En los hechos, la medida busca cuidar la balanza comercial, dado que el rubro que incluye a autos y utilitarios es uno de los que produce mayor sangría de dólares.
La medida se suma a la suba de impuestos internos a los cero kilómetros más caros (desde 1,8 millones de pesos), que implica sacar de la cancha por aumento de valor de venta a los rodados fabricados en el exterior. Si bien hay cuatro modelos de cuatro terminales argentinas que quedan dentro del nuevo esquema impositivo, el gobierno de Alberto Fernández espera una propuesta de las fábricas para solucionar este punto. En principio, la salida sería exceptuar a las unidades de producción nacional.
Se trata de dispositivos que funcionaron durante el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y que apuntaron a mantener la actividad de las plantas fabriles y todo el complejo automotriz argentino.
Por el sistema actual, cada vehículo que ingresa pasaba por una operación administrativa que se realizaba automáticamente de manera informática. En cambio, ahora, una persona autorizará o no el ingreso de cada 0km. Esto alcanza a todos los modelos que se importan sin importar el origen. Es decir, que será para los vehículos que vienen de Brasil o México, países con los que hay acuerdos comerciales, o de extrazona que pagan arancel de 35%.
En la práctica, esta medida implica que los vehículos ingresarán o no, según la disponibilidad de divisas y la producción nacional. De esta forma se desalienta la importación.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, le explicó a ADEFA, según cuenta el diario Ambito.com, que el objetivo del aumento de los impuestos internos no era fiscal, sino que no salieran dólares por la importación. La nueva medida, refuerza la misma política, a la par que obliga a las fábricas radicadas en el país a privilegiar el mercado interno que, a causa del incremento de precios de las unidades importadas, en el mediano plazo, deberían recibir una mayor demanda sobre los modelos locales.
COBERTURA
VER Desde 2015 se venden cada vez menos autos hechos en Argentina.
VER La industria automotriz después de Cambiemos: la producción nacional cayó hasta los niveles de 2005.
—
>> Si estás de acuerdo con el periodismo crítico y comprometido, te invitamos a asociarte a ENREDACCIÓN, el sitio de noticias con información de Córdoba: INGRESÁ AQUÍ. Con tu membresía, podrás participar de beneficios exclusivos para SOCIOS. Juntos podemos hacer más y mejor periodismo.