El abogado laboralista Daniel Lacase fue el número 2 de Julio César “Chiche” Aráoz en la Secretaría de Lucha Contra el Narcotráfico, entre 1996 y 1998. Aráoz es un peronista de ultraderecha, colaborador de la dictadura cívico-militar y luego menemista, que tuvo su momento de gloria en la década de los ’90. Lacase, que aparece en distintos tramos de la causa judicial por el crimen de Nora Dalmasso el 25 de noviembre de 2006 y se lo menciona 39 veces en la requisitoria, no fue investigado por este hecho. Señalado por la familia de Nora, sospechado de “sembrar” pistas, era amigo y vocero del único imputado, Marcelo Macarrón, e incluso viajó con él a Punta del Este, el fin de semana del asesinato. Aparece como un hombre clave del caso.
Su llegada al menemismo se produjo a la par de Aráoz, a fines de los 80’. El puente fue su madre, que era jefa de la rama femenina del PJ en Río Cuarto. Su crecimiento político y bienestar económico se desarrolló a partir de ese momento.
Para conocer a Lacase, hay que conocer a su amigo “Chiche” Aráoz.
Antes de ser una estrella del firmamento menemista, Aráoz fue militante de la JP de ultraderecha “Encuadramiento” y posteriormente, según las acusaciones en uno de los juicios por delitos de lesa humanidad, fue también colaborador de la dictadura cívico-militar y amigo del represor Héctor Vergez.
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Justamente, en el caso de la desaparición de Miguel Ángel “Coqui” Arias, lo ubicaron como vinculado al jefe de torturadores de La Perla y también que las reuniones se realizaron en un local de compra y venta de muebles, en la ciudad de Córdoba. Se cree, en ese sentido, que Aráoz habría sido el encargado de vender muebles robados a los secuestrados por la Patota de represores de La Perla. Los dichos de la familia Arias son los primeros que abordan concretamente esa sospecha.
Livia Cuello de Arias y su hijo Jorge revelaron que Aráoz les pidió delatar a otros militantes a cambio de información sobre el paradero de Miguel Ángel Arias, secuestrado y aún desaparecido. La información fue publicada por el periodista Alexis Oliva en Qué Portal de la UNC.
Oliva escribe que “(…) como parte de la búsqueda de su hijo, Beba Arias relató que a través de un familiar de su marido se contactaron con el abogado y dirigente justicialista Julio César “Chiche” Aráoz, quien se ofreció como intermediario para averiguar el paradero de su hijo desaparecido. En una de las reuniones que mantuvieron hacia fines de agosto del 76, (…) se jactó de conocer el destino de los hermanos Soulier y la entrega del bebé a la familia. “Fue mi amigo Vergez a devolverlo porque tenía miedo que mataran al chiquito”, citó la testigo. El capitán Héctor Pedro Vergez era entonces jefe operativo del campo de concentración y exterminio de La Perla y es hoy uno de los 18 acusados de este juicio”.
Sigue diciendo que “Él (Aráoz) nos hizo una propuesta, a mi marido y a mí, de que nombráramos cinco chicos y entonces íbamos a saber algo de mi hijo. No sé si fueron diez o quince días, y nos llamó de nuevo y nos preguntó qué habíamos pensado. Yo le dije que quería mirar a mi hijo a la cara”. Durante esos encuentros, su hijo menor los esperaba en el auto. En la audiencia, Jorge Arias recordó: “Encima los amenazó, diciendo: ‘No se olviden que ustedes tienen otros dos hijos, uno que está en la universidad siguiendo la carrera de Agronomía –efectivamente, mi otro hermano estaba en Agronomía– y su hijo más chico’”.
Julio César Aráoz junto a Carlos Menem, al asumir la intervención de Tucumán. (Foto: Gentileza).
Durante esas audiencias, según publicó Página/12, surgió que Aráoz recibía a los padres del desaparecido en un local de compra y venta de muebles usados.
Ya en democracia, Aráoz militó en el PJ y fue candidato a diputado nacional en 1983 con Tránsito Rigatuzo, el dirigente que había sido rector del Colegio Manuel Belgrano de la UNC y delatado estudiantes secundarios a Luciano Benjamín Menéndez. Hasta llegar al cargo de diputado nacional estuvo a la sombra de su hermano “Rulo” Aráoz, que fue concejal y también militante de la ultraderecha peronista.
Con el menemismo salió de los márgenes y saltó al escenario principal. Fue secretario de Energía del gobierno de Menem entre el 8 de julio de 1989 y el 14 de octubre de 1990. Desde esa posición, fue uno de los artífices del proceso de desregulación que culminó con la entrega de la petrolera a la española Repsol.
Dice Ignacio Sabbatella en un artículo publicado en el sitio de Oetec que “su paso por Energía estuvo enmarcado en la reforma estructural del sector de hidrocarburos que llevó adelante el menemismo. Bajo los principios neoliberales, la reforma se erigió sobre tres pilares: la desregulación del mercado y la transformación de los hidrocarburos en commodities, en una primera etapa, y la fragmentación y privatización de YPF, en una segunda etapa”.
Explica Sabbatella, que “Aráoz fue uno de los ideólogos, además de ejecutor, de la primera etapa que se desarrolló en el primer año y medio de la presidencia de Menem, junto a Roberto Dromi -Ministro de Obras y Servicios Públicos- y Octavio Frigerio -interventor de YPF. En la segunda etapa, la del desguace y privatización de YPF, el protagonista principal sería José Estenssoro -a cargo de la dirección de la empresa- con la ayuda inestimable de José Luis Manzano a la hora de negociar en 1992 la Ley 24.145 de Privatización de YPF y Federalización de los Hidrocarburos”.
Más tarde, Aráoz sería interventor de la provincia de Tucumán entre el 18 de enero de 1991 y el 29 de octubre de 1991. Es, junto con Julio Mera Figueroa, uno de los hombres que convencieron a Ramón “Palito” Ortega de ingresar a la política y aceptar la candidatura a gobernador de la provincia norteña.
También sería ministro de Salud y Acción Social entre 1991 y 1993 y convencional constituyente en 1994. Además de encabezar la SEDRONAR, junto a Lacase, sería jefe de campaña de Carlos Menem y Eduardo Duhalde, tanto en 1999 como en 2011.
Lacase fue parte del menemismo desde Río Cuarto y ascendió con Aráoz en el tramo final del gobierno de Menem. Luego, en 1999, a partir del acuerdo entre José Manuel De la Sota y Carlos Menem, que incluyó el desembarcó del “niño mimado” de aquel momento, hoy condenado por una causa de corrupción, Germán Kammerath, en el gobierno cordobés, los peronistas que habían militado en el menemismo pudieron abordar el nuevo barco.
En esos años, Lacase logró acercarse al círculo de poder provincial. En las sociales de la época, previo al crimen de Nora Dalmasso, Lacase festejó uno de sus cumpleaños con la presencia del entonces gobernador, José Manuel de la Sota; el fiscal General de aquel momento, Gustavo Vidal Lascano; el ex intendente de Río Cuarto Antonio Benigno Rins; y por supuesto, la presencia de Julio César Aráoz, quien contó el diario La Voz del Interior, viajó especialmente desde Buenos Aires para la celebración.
Recuerda el periodista Hernán Vaca Narvaja, en una serie de artículos publicados en la Revista El Sur, que Lacase zafó por “el beneficio de la duda” de la causa en la que se investigaba por recibir dádivas a policías que fueron enviados especialmente para investigar el crimen de Nora. Esos policías estaban liderados por el comisario Rafael Sosa, luego involucrado en el caso del narcoescándalo. Sosa y sus muchachos fueron los encargados de poner en marcha la pista de la violación y asesinato e inculpar al pintor Gastón Zarate, que pudo evadir semejante acusación a partir de la movilización popular de Río Cuarto, en lo que se dio en llamar “El perejilazo”. Lacase era el que pagaba la cuenta en el hotel Opera, donde se hospedaban los “investigadores”.
Lacase, a partir de su relación con Aráoz y de sus propios negocios, es un hombre que tejió fuertes vínculos con el poder político y económico tanto en los años 90’ como en la primera década de este siglo. Su influencia, por ahora, sigue siendo importante.
COBERTURA
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