Pasaron las PASO, en una exposición de candidates hegemonizada por el marketing, escasa política y propuestas. Sin “clima” electoral por las transformaciones que generó la pandemia (que aun atravesamos), la campaña giro más por el espectáculo que el debate de ideas.
Los resultados parecen negativos para los oficialismos, tanto nacional como provincial. La oposición tampoco puede mostrarse victoriosa, ya que la posible politización de la campaña afectara por los antecedentes cercanos a los “autodenominados del cambio”. Las expresiones troskistas y de ultraderecha tampoco pueden afirmar que sus votos sean cautivos. Si algo está claro, es que la pandemia puso en duda los paradigmas y lo único seguro es la transformación de la realidad con una multiplicidad de factores inmanejables desde las posiciones tradicionales y antropocéntricas.
El debate político que la realidad obliga para salir del neoliberalismo parece obligado para los meses que restan para las elecciones del 14 de noviembre. El país viene de soportar el peor endeudamiento de la historia (incluso de la historia del FMI a nivel mundial) y a poco de asumir el nuevo gobierno, la declaración de la pandemia mundial dio a la frágil economía heredada por Cambiemos, un nuevo golpe letal.
Los dos últimos años, extraordinarios en la historia, nos mostraron la impotencia del mercado para defender la salud pública, y al Estado como último recurso al que como ciudadanos podemos recurrir. Sin embargo y pesar de contar con una de las campañas de vacunación más exitosas del mundo, las críticas de la sociedad (agitadas por las empresas mediáticas opositoras) parecen desvalorizar esa realidad. En otro plano de la situación, en uno casi invisible, que se desdibuja un poco más mientras aumenta la vacunación y la reducción de casos, está el desequilibrio ambiental que posibilitó la propagación del virus por la zoonosis producto de la casi inexistencia de barreras ambientales entre las especies animales y el deterioro ambiental que produjo nuestra civilización capitalista en pocos siglos.
En la invisibilización de estos factores, en los pocos discursos que pudieron escucharse, se recurre a la idea de cambiar la realidad aferrándose a las ya viejas ideas. Por el lado de los candidatos de Cambiemos, se trata de ser lo más antikirchnesristas posible, promulgar las fracasadas medidas de achicamiento del gasto público y quitar todo derecho a los trabajadores, para reducir el costo de las empresas y los especuladores financieros. El Frente de Todos, por su lado, anuncia el “encendido” de la economía que posibilitaría resolver los problemas del desempleo y la pobreza. En tanto, en el “Cordobesismo”, el propio Gobernador Juan Schiaretti sostiene que de la mano de “Ellas” Córdoba continuara haciendo que el “progreso llegue a cada rincón de la Provincia” a pesar de haber perdido por 23 puntos, siendo el más opositor de los autodenominados “peronistas”.
Entre les candidates, se manifiesta un acuerdo tácito que se sintetiza en tres palabras: crecimiento, desarrollo y progreso. En todos los casos se acompaña con el adjetivo: económico.
La mercantilización productivista que parecía reducirse durante el 2020, con datos e imágenes que mostraron un alivio para la presión extractivista que como humanidad ejercemos sobre el planeta, duro solo unos meses. Los dueños del ambiente, tierras, ciudades, recursos, parecen lograr acomodar sus estrategias para que la pandemia quede como un mal recuerdo y hacer que todo vuelva a ser como el día anterior. Es la “mejor normalidad” a la que las mayorías parecen aspirar.
Los dueños del espacio virtual en el que transcurren las principales horas de nuestras vidas, parecen ser los nuevos señores feudales dueños de nuestros pensamientos, deseos y nuestro tiempo (1). Son las empresas que crecieron durante el 2020 y en lo socio-político logran imponerse en las campañas electorales.
En el 2015, el marketing político del Arte de Ganar (2), logro imponer a un candidato procesado en más de 200 causas (3) en presidente de la Nación. Haciendo uso de la palabra Cambio, el gobierno cambio todo lo que había construido el kirchnerismo para que todo siga igual que siempre. Los ricos se hicieron más ricos y los pobres cada vez más pobres, luego de un proceso de ascenso social y de engrosamiento de la clase medio que duro 10 años (4). En el gobierno de Cambiemos, la revolución propuesta destruyo los logros del periodo kirchnerista y endeudó la Argentina de manera record (5), siendo la misma fugada mediante artilugios financieros. Como consecuencia, Cambiemos, cambio para que todo siga siendo como siempre: pocas familias ricas y un país pobre.
En ciencia política, se usa el termino Gatopardismo para definir estas situaciones en las que les gobernantes producen cambios para que nada cambie. La denominación, tiene su origen en la novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre finales de 1954 y 1957. La historio de ficción narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, y su familia, durante 1910, en Sicilia. El título se refiere al leopardo jaspeado que en italiano, se lo llama gatopardo, que aparece en el escudo de armas de la familia Salina. En la historia la familia busca mantener su status social y proponen cambiar todo, para que nada cambie; para continuar en el poder.
La campaña electoral, hasta el momento no posibilita que la ciudadanía pueda participar de un debate sobre los qué, cómo, quiénes pueden hacer el “cambio” que se requiere para salir de la trampa de que una vida mejor solo es posible con desarrollo económico, estando juntos, con ellas o saliendo por izquierda. Son tiempos de metamorfosis, los científicos predicen que solo restan 10 años para modificar nuestra matriz económica, decrecer en consumo y buscar el “Buen Vivir”. Mientras tanto, el planeta se queda sin ambiente que pueda contenernos.
La información más relevante que la humanidad recibió en las últimas semanas, la brindo el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) (6). Se anuncia un ultimátum sobre la necesidad de reducir las emisiones que generan el efecto invernadero, para que la temperatura no aumente en 1,5° en la próxima década. De lo contrario los efectos climáticos serían incontrolables. Las señales ya son visibles. El Paraná en una bajante histórica, producto de las modificaciones que se han producido en el ecosistema amazónico, los derretimientos de glaciares en el Norte de Europa y la extinción masiva de animales que no logran adaptarse a las nuevas condiciones ambientales, incendios devastadores, sequías prolongadas, diluvios causantes de mortales inundaciones y desertificación por desforestación.
Los gatopardos en campaña no encuentran ambiente para sostener sus intereses, porque oficialismos y opositores declaman cambiar todo para que nada cambie sustancialmente. Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles propuestos por Naciones Unidas (7) deben alcanzarse en el 2030, y entre sus prioridades están acabar con el hambre y la pobreza ¿Quién está dispuesto a renunciar a sus privilegios para compartir con quienes menos tienen? ¿Será el gobierno capaz de cobrarle impuestos a los más ricos para implementar una Renta Universal Ciudadana que garantice a todes poder comer, acceder a salud y educación? ¿Será la sociedad capaz de involucrarse en el debate de lo público, del bienestar de todes, de debatir políticamente y actuar en consecuencia?
Hasta el momento, quienes se postulan como representantes no parecen cambiar nada, la mirada de las derechas se radicaliza porque la realidad les quita la posibilidad de vivir en sus privilegios y distantes de les Otros que amenazan su “ética y estética”, sus privilegios y sus intereses. El oficialismo recurre a sus mismas recetas, pero sin efectividad y sin una lectura de la complejidad de la nueva realidad. Se queda en intenciones declarativas, sin materialización. Evita el conflicto y eso es favorecer a su adversario político. Por izquierda, se proclaman las mismas consignas, que parecen más una expresión de deseo que una convicción política.
El mundo está en transformación y los gatopardos no tienen espacio, tampoco ambiente.
* Darío Gómez Pucheta es licenciado en Trabajo Social y Doctor en Administración y Políticas Públicas.
Citas:
1: Durand, Cédric (2020) Tecnofeudalismo. Crítica de la economía digital. Ed. La Cebra.
2: Barba, J. y Nieto, S. (2010) El Arte de Ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas. Ed. Sudamericana S.A. Bs. As.
3: Macri acumula 214 denuncias en su contra desde que asumió como jefe de Gobierno porteño https://www.telam.com.ar/notas/201510/123312-macri-acumula-214-denuncias-en-su-contra-desde-que-asumio-como-jefe-de-gobierno-porteno.html
4: Argentina duplicó su clase media en la última década, dice informe del Banco Mundial https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2012/11/13/argentina-middle-class-grows-50-percent
5: Macri, campeón del endeudamiento: se fue y dejó una deuda externa de u$s227.000 millones https://www.ambito.com/economia/deuda/macri-campeon-del-enmiento-se-fue-y-dejo-una-externa-us227000-millones-n5122282
6: Informe 2021 del IPCC: https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGI-AR6-Press-Release-Final_es.pdf
7: Objetivos de Desarrollo Sostenible. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
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