El presidente Mauricio Macri creció en todo el país entre las primarias del 11 de agosto y las elecciones generales de este 27 de octubre. Pese a ello, no le alcanzó para evitar la derrota en la Primera Vuelta de las elecciones generales. Macri consiguió casi 2,4 millones de votos nuevos (faltan escrutar alrededor del 3% de las mesas aún y esta cifra va a variar). De ellos, el 63,12 por ciento fueron obtenidos en cuatro provincias (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe) y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Representan nada menos que 1.506.590 votos de los 2,3 millones que creció entre elecciones. El resto, es fruto del salto que pegó en todo el país. Es decir, si bien los distritos más grandes de la Argentina tuvieron mayor peso, Macri mejoró su performance en los 24 distritos.
Jujuy, donde gobierna la UCR a través de Gerardo Morales, fue la provincia donde tuvo una mejora superior al resto: 79.229 votos en las PASO y 181.937 ahora, una diferencia de 102.708 sufragios. Pese a ello, la alianza Juntos por el Cambio fue derrotada por el peronismo.
Salta fue otra provincia donde el crecimiento entre elecciones fue superlativo: 76,02 por ciento (pasó de 146 mil a 258 mil votos).
Así, la coalición oficialista venció en cinco de los seis distritos electorales con más votantes: Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos. Sólo fue derrotada en la provincia de Buenos Aires.
El crecimiento se produjo en el centro del país y en Mendoza y San Luis. En las PASO sólo había vencido en CABA y Córdoba y ahora lo hizo además de esos dos distritos en Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y San Luis. Es decir, 6 contra 2.
Sin embargo, perdió la gobernación de Buenos Aires a manos de Axel Kicillof (Frente de Todos). Ahora, le quedan cuatro gobiernos locales a Cambiemos: CABA, Mendoza, Jujuy y Corrientes. El primero del PRO (Horacio Rodríguez Larreta) y los restantes en manos de la UCR.
Macri pudo aglutinar un poderoso bloque de centro-derecha para confrontar contra el frente peronista y lo hizo con relativo éxito pese a la enorme crisis económica que lastró su desempeño. La elección demostró una fuerte reacción del sector cultural agrario, conservador en los político y neoliberal en el económico, que se abroqueló con Macri y lo llevó a amplias victorias en Córdoba y Santa Fe y a un ajustado triunfo en Entre Ríos. Pero también a una potente remontada en la provincia de Buenos Aires. A ello, hay que sumar Mendoza, que con el radicalismo como eje, atrajo al voto anti-peronista de la región. San Luis fue la sorpresa de la jornada, que evidenció un castigo al PJ de los Rodríguez Saá y se expresó por Macri.