Bryan Salvador Velasco Porras, un estudiante colombiano de la UNC (Universidad Nacional de Córdoba) y especialista en transacciones con criptomonedas, apareció muerto, de acuerdo a la denuncia, en extrañas circunstancias, en su departamento, en Córdoba, el 31 de octubre de 2021. Su madre, María Alexandra Porras Medina, está convencida de que lo mataron.
El hecho es investigado por el fiscal provincial José Alberto Mana. En la caratula del expediente judicial dice “Investigación de muerte de etiología dudosa”, pero la mujer asegura que la Justicia de nuestro país quiere cerrar el caso afirmando que se trata de un suicidio.
Concurre en ese sentido, el informe de la autopsia: “De acuerdo con el hallazgo de la autopsia cabe estimar que la asfixia mecánica por ahorcamiento ha sido la causa eficiente de la muerte de BRYAN SALVADOR VELASCO PORRAS”.
“Quiero que el cuerpo de mi hijo sea repatriado (a Colombia) y llevado a Medicina Legal, en Bogotá, para que le practiquen una nueva necropsia”, reclama su madre. Sin embargo, el cadáver de Bryan Salvador se encuentra en el crematorio Virgen de la Merced en Toledo para ser cremado.
La denuncia de María Alexandra Porras Medina fue publicada por el sitio El Home Noticias (www.elhomenoticias.com), de la ciudad de Bogota, Colombia, con la firma de su editor general Leo Medina Jiménez.
María Alexandra no cree el muchacho se haya suicidado. Así se lo dijo al medio colombiano. Su cuerpo apareció en el departamento en el que vivía en José Javier Díaz 150, en el segundo piso de la torre 73B, de Córdoba.
Dice que hay numerosas contradicciones en las versiones de las personas que estuvieron en el lugar el día de los hechos, extraños mensajes en el celular del muchacho, el saqueo de su cuenta bancaria después de fallecido y un testigo que asegura que a su amigo lo tenían amenazado de muerte por un caso relacionado con criptomonedas.
Porras Medina le contó a ENREDACCIÓN que “mi hijo llegó a Córdoba en octubre de 2019, se hospedó en un hostel y durante todo 2020 siguió viviendo y trabajando allí, en el mismo hostel. Luego, en febrero de 2021, obtuvo su DNI, se inscribió en la Facultad de Ciencias Agropecuarias, en la tecnicatura de Jardinería y Floricultura, donde cursaba el segundo semestre, y le faltaba un solo examen, el de botánica II. También alquiló para la misma época el departamento donde lo encontraron muerto”.
En la historia que describió al sitio colombiano recordó que estuvo hablando con su hijo por videollamada, a las 20:30, hora de Colombia (22.30 de Argentina). Pero, las autoridades argentinas, según la línea de tiempo, aseguran que minutos después el joven universitario de 25 años decidió quitarse la vida.
“Mi hijo al despedirse me dice que me ama mucho, que al día siguiente me llamaría para contarme cómo le había ido con el parcial”, contó.
Una mujer de nombre Micaela, quien también vivía en el mismo departamento, llamó desde el celular de Bryan a Bogotá para avisarle que su hijo se había ahorcado con una cuerda, que colgaba de un gancho. La madre asegura que este elemento no era lo suficientemente fuerte para resistir el peso de una persona de 1,82 metros de estatura (la soga fue pasada a través de un gancho metálico, a 2,50 metros de altura, que a su vez estaba agarrado al muro con un taco Fischer).
Afirma que Micaela le dijo que se había suicidado debido a una depresión crónica. “La chica me informa que el cadáver lo llevarían a la Comisaría Judicial Cuarta de Argentina”, le dijo la mujer al periodista colombiano.
Dice Porras Medina que viajó a Argentina como pudo, pese a las limitaciones económicas de su familia, con el objetivo de traer el cadáver de su hijo y conocer la verdad de los hechos. Hasta ahora no pudo lograrlo.
Cuenta que consiguió de manera provisional un abogado al que inexplicablemente no le dejaron entrar al despacho del fiscal de turno, dependencias a la que ingresó sola y donde le dijeron, en términos muy duros, que debía resignarse a aceptar que su hijo se había suicidado y que su cuerpo debería ser incinerado. Asegura la mujer que le comunicaron que la decisión de cerrar el caso ya estaba tomada.
Apunta que del escenario del hecho, sólo se recogió el cadáver del chico y una cuerda. No habría investigación de otros detalles.
“Se conformaron con el testimonio de su novia, Iara Milagros Klüver, una estudiante de psicología. Ella dijo haber encontrado el cadáver suspendido de esa cuerda, que la había cortado y prestado los primeros auxilio, pero que cuando llegaron los paramédicos ya no tenía signos vitales”, explicó
“(…) Klüver Iara, vive en un departamento superior al de la víctima (…), y alrededor de las 23.00 sintió un golpe en el piso, que al bajar a los 45 minutos lo encuentra de forma incompleta suspendido y con ayuda de una vecina cortan la soga con un cuchillo tipo tramontina. Se hizo presente SEM y se dio intervención policial”, se lee en el informe de la Fiscalía enviado a Colombia.
Se trata de una declaración discordante, al menos en la transcripción del informe: De acuerdo a la información con que contaba la madre, la novia, Iara Klüver, vivía con el estudiante colombiano, no en el piso superior.
Habría, además, un segundo testimonio, de un joven llamado Bryan Díaz, que es totalmente distinto al de Klüver, ya que asegura haber sido él la persona que llegó al lugar y lo descolgó.
A ello, se agregan otras contradicciones entre el informe enviado a las autoridades colombianas con la rúbrica del fiscal Mana y la secretaria María José López y el de autopsia, que firman los forenses Edgardo Peredes y Joaquín Bastet. Lo cierto, es que en el informe que viajó a Colombia, la fiscalía cordobesa dice que en el cadáver “examinado necroscópicamente se constató talla aproximada (de) 175 cm. y 68 kg. de peso, de piel blanca, sin barba ni bigotes, con cabello teñido de rubio” y detalla que en su cuello tiene “(un) surco de ahorcadura doble de 3 mm. de ancho”.
Llamativamente, en el informe de autopsia al que accedió ENREDACCIÓN, se informa que el cuerpo mide 6 centímetros más: 181. Y que el “(…) ancho del surco (es de) 2 cm.”. Es decir, hay una diferencia de 1,7 cm. entre el documento que firman el fiscal Mana y su secretaria López y el de los forenses.
Otra parte del informe del fiscal Mana dirigido a la directora a cargo de la Dirección de Asuntos Internacionales; Fiscalía General de la Nación de la República de Colombia; Dra. Tatiana García Correa, que llama la atención, es el que se encuentra en el punto 3. Dice textualmente:
“DESCRIPCIÓN DEL LUGAR DEL HECHO-HALLAZGO: Se trata de un complejo de departamentos divididos en bloques con espacios en comunes de libre tránsito y se accede a ellos por escaleras exteriores de material, el
cadáver se localiza en el Block B N° 73, allí se observa el mismo en el piso del living comedor en la posición ut supra descripta con la extremidad cefálica orientada en sentido de la puerta de ingreso, una puerta ventana doble conduce a un patio interno de tamaño reducido donde se encuentran varias bicicletas, allí en la parte externa, por encima del marco de dicha ventana se observa un gancho metálico, sostenido por taco tipo fisher; del muro, a 250 cm del piso del mismo cuelga una soga blanca de forma doble con un dogal en un extremo
deshilachado cortado con dos nudos interpuestos hacia el otro extremo”.
Como se puede leer, el documento no menciona, en la descripción del escenario, un solo elemento que pudiera haber sido utilizado por el joven para subirse (por ejemplo, una banqueta, una silla, una pila de ladrillos, etc.) y luego lanzarse.
Está claro que, por el momento, la investigación tiene más preguntas pendientes que respuestas.
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