El Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género y Penal Juvenil de San Francisco aplicó las pautas de actuación para el acceso a justicia de personas con condición del espectro autista (CEA), junto al Protocolo de Actuación para el Acceso a la Justicia de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA), diseñado por el Programa AJUV de Acceso a Justicia y Vulnerabilidad, durante una audiencia en la que participó un niño de nueve años con CEA.
El Poder Judicial de Córdoba procura garantizar el acceso a la justicia a través de políticas y prácticas judiciales que tienen su mirada en las personas que recurren a la Justicia. En este sentido, cada vez son más los tribunales que ponen en práctica los protocolos de actuación para el acceso a la justicia de sectores en condición de vulnerabilidad (TSJ, AR 1619, A/2020) que les permite una mayor cercanía y garantiza una escucha activa. Este instrumento fue diseñado por la oficina de Derechos Humanos y Justicia, a través del Programa AJUV.
A fines del año 2023, se celebró una audiencia en el juzgado, en donde se aplicaron las pautas de actuación. El juez Andrés Peretti, junto a su equipo técnico, utilizó las pautas que sugiere el material para recibir a un niño de nueve años con condición de espectro autista (CEA).
El proceso se hizo en el marco de la Ley de Violencia Familiar (n° 9.283, art. 22) y se tomó contacto directo con el niño involucrado. Se respetaron los tiempos que necesitó para expresarse. Además, el espacio se adecuó para que no sintiera ruidos ni hubiera aroma a perfumes, ya que estas situaciones impactan de manera negativa a la población que tiene CEA.
En la audiencia, participaron el niño, la psicóloga del equipo técnico y el asesor de Niñez y Juventud y el juez. También se permitió el ingreso de la acompañante terapéutica del niño, con la finalidad de brindar contención y sostén psico-emocional.
El encuentro se desarrolló en el despacho del juez Peretti. Allí, previamente, se colocó un letrero similar al que se usan en las puertas en las habitaciones de hoteles para evitar ruidos molestos en el exterior e interrupciones innecesarias.
Asimismo, se cerraron las cortinas para evitar la iluminación intensa. El ambiente fue propicio para la audiencia, con suficiente espacio para respetar la distancia corporal, sin bullicio ni olores intensos.
Estas pautas espaciales y temporales generaron confianza y tranquilidad en el niño y permitieron al juez, al asesor letrado y a la profesional del equipo técnico tener una visión más completa de la situación de vulnerabilidad que atraviesa y obtener información relevante para tomar una decisión.
En la misma línea de poner el foco en el niño, se utilizaron las técnicas del lenguaje claro en el inicio de la audiencia. Esto permitió eliminar barreras ya que facilitó tener mayor comprensión de lo que iba a suceder a la hora del encuentro.
Cabe destacar que, cuando comenzó la audiencia, el niño se encontraba tranquilo y podía expresar su opinión; pero avanzada la reunión se lo pudo percibir abrumado, incómodo, moviendo sus piernas con pequeños golpes en el piso.
Advertida esta situación, el magistrado entregó al niño un juguete (“pop it”) que ayudó bajar el nivel de ansiedad del niño y permitió facilitar la comunicación.
En este sentido, el juez Peretti precisó: “Consideramos que el protocolo contribuyó a generar mayor acceso a la justicia para personas en condición de vulnerabilidad, mejoró la participación judicial efectiva y ayudó a la eliminación de las barreras que impidan el ejercicio de derechos”.
Por último, el magistrado destacó la utilización de estas herramientas ya que lograron que el niño se sintiera cómodo y respetado. “Sentí una profunda satisfacción cuando recibí de parte del niño una notita que decía ‘Gracias por escucharme’”, destacó Peretti.
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