El consejo directivo de la CGT aprobó la reforma de su Estatuto para cumplir en forma efectiva con la Ley de Cupo Femenino, amplió el número de secretarías para incorporar mujeres a la futura conducción y ratificó el Congreso de renovación de autoridades del 11 de noviembre próximo.
La central obrera no es ajena a los tiempos que corren, el reconocimiento y la visibilización del trabajo de muchos años del movimiento de mujeres en esta central histórica hoy se hizo efectivo a través de la aprobación de la propuesta de reforma de su Estatuto, elaborada durante varios meses por sus equipos técnicos y jurídicos.
Se modificará “el lenguaje general del texto para incorporar la perspectiva de género”, se introducirá “la paridad” para integrar las respectivas secretarías y se garantizará el cumplimiento de la Ley de Cupo Femenino.
Además, se propuso aumentar el número de secretarías de las actuales 25 a un total de 33, a partir de la creación de cuatro nuevas y el desdoblamiento de otras cuatro para cumplir con dicha normativa, sancionada hace casi dos décadas.
“Habrá paridad de género en la integración de la futura conducción, por lo que las secretarías serán integradas por un hombre y una mujer. También se garantizará el cumplimiento del cupo femenino en el funcionamiento de la totalidad de los institutos y órganos de conducción de la central obrera”, enfatizaron los voceros gremiales.
Las nuevas secretarías que se conformarán a partir de noviembre serán: de Asuntos Municipales y Energéticos, de Innovación y Futuro del Trabajo, y de Infraestructura y Servicios Públicos. A su vez, cuatro secretarías actuales se desdoblarán en dos nuevas: las de Cultura, Ciencia y Técnica, Vivienda y Turismo, y Juventud y Protección de la Niñez.
Con excepción de la Secretaría General (donde se mantendría el esquema del triunvirato), la Adjunta y la Tesorería, la treintena de lugares restantes en el Consejo Directivo pasará a tener más de sesenta titulares con la paridad de género. De esta manera, la central se adecuará a la demanda de una participación plena de las mujeres.
El secretario adjunto de la CGT y líder de los trabajadores estatales de UPCN, Andrés Rodríguez, fue uno de los primeros en trabajar para incorporar la agenda Laudato si’, a los movimientos populares y las mujeres para la nueva configuración de la central obrera. En junio de este año Rodríguez reconoció que el debate en cuanto al rol de las mujeres es la mayor tensión al interior de la casa sindical de la calle Azopardo. “Sé que voy a recibir el 50 por ciento de los aplausos, pero de cualquier manera es la verdad: nos va a enriquecer incorporar a las compañeras, es lo que corresponde para el debate y la acción concreta. Estamos restando la mitad de las grandes posibilidades. Por eso necesitamos una CGT en la que esté representado un 50 por ciento de mujeres dirigentes.”
En el orden del día del Consejo Directivo figura el armado de un Congreso Extraordinario previo, cuyo objetivo central será votar el cambio estatutario para facilitar el arribo de mujeres al Consejo Directivo. Se hará mediante la duplicación de los cargos actuales, de modo tal que cada sindicato que obtenga esas sillas deberá designar allí a un hombre y a una mujer sin distingo de responsabilidad.
Otro cambio que sobrevendrá con la nueva jefatura será la incorporación al Consejo Directivo de un Observatorio de Políticas Sociales que permitirá, por primera vez en 90 años de historia, la participación por derecho propio de las organizaciones sociales en los debates. Allí habrá representantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la central de movimientos sociales, que tendrá la capacidad de intervenir en los debates, aunque sin voto.
El incremento cuantitativo y cualitativo de la participación y el liderazgo de las mujeres en espacios de toma de decisión gremial y política, constituye una oportunidad interesante para que la agenda pública incorpore nuevas dimensiones en las políticas públicas que contribuyan a transformar la realidad e ir cerrando las brechas de la desigualdad de género.
* Lic. Natalia Refice, Instituto de Investigaciones y Estudios sobre el mundo del Trabajo.
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