Como dirían las abuelas, no se sabe si es peor el remedio o la enfermedad. Según la Consultora Economía & Regiones, el país se encamina a un default a causa de los vencimientos de la deuda que deberán pagarse hasta 2023 y para los cuales no existe suficiente generación de recursos ni posibilidades de acceso al mercado de capitales. “La única manera de hacer frente a los compromisos de deuda que tiene el Estado argentino es a través de un ajuste profundo del gasto público”, señala la consultora. ¿De cuánto es el recorte estimado? De entre 5 y 6 puntos porcentuales.
Afirma Economía & Regiones, en su último informe semanal, que “si eso no sucede (el ajuste fiscal), el país se encamina a un nuevo default que agravará la situación económica y social en 2020”.
La consultora es dirigida por Diego Giacomini, explica que “el aumento del dólar (tipo de cambio) incrementará el peso de la deuda en términos del PBI. La deuda se hará más impagable. Por un lado, cada vez se necesitará más superávit primario para que sea sustentable en términos temporales y pueda ser refinanciada, pero por el otro, las medidas de política fiscal recientemente adoptadas agrandarán el resultado negativo antes del pago de intereses. Ergo, el bache fiscal y la dimensión del ajuste fiscal que se necesitan para evitar el default total crecen”.
Señala además que “dado este panorama, las posibilidades de refinanciamiento desaparecen y el riesgo de mayor default no sólo aumenta, sino que se acerca vertiginosamente en el tiempo. De acuerdo con nuestra visión, el default total o pleno parece casi inexorable. ¿Por qué? Primero, porque ningún político con posibilidades de ganar las elecciones (Alberto Fernández o Mauricio Macri) diagnostica que hay que hacer un ajuste fiscal de 5 ó 6 puntos del PBI, que es lo mínimo que se necesita para evitar el default. Segundo, porque no vamos a crecer, y, en consecuencia, no se puede pagar la deuda. En este sentido, hay que remarcar que mientras el sector privado continúe ahogado por el Estado, no pueda hacer negocios y no gane dinero, no se va a invertir, no habrá acumulación de capital y, por consiguiente, se continuará sin crecer en serio y sin generar puestos de trabajo. Para lograr desahogar al sector privado hay que achicar el Estado y bajar impuestos; nada que se encuentre en la agenda actual de ningún político”.
LOS ESCENARIOS
Dice la consultora que, en el escenario actual, no se puede descartar que Argentina vaya a un default interno con las Leliqs y pases netos. “La otra alternativa es pagar todas las Leliqs, lo cual sería más monetización, más dólar y más inflación. A su vez, hay que considerar que muy probablemente se defaulteará al Fondo Monetario Internacional (FMI), ya hay que pagarle 52.613 millones de dólares a lo largo de los cuatro años de la próxima presidencia”.
A ello, hay que sumarle que Argentina tiene compromisos con bonistas privados que acumulan títulos con vencimientos por una suma total de 136.274 millones de dólares en 2020/2023.
“La mayor caída de la demanda de dinero y la profundización del default pronosticados para 2020 implican mayores desequilibrios económicos, más exceso de demanda (oferta) en el mercado cambiario (dinero) y más exceso de oferta en el mercado de bonos, lo cual potenciará el aumento del costo de capital y desplomará (aún más) la inversión y la acumulación de capital. En este escenario, lo más probable es que el nivel de actividad 2020 sea peor que en 2019 y 2018”, pronosticó Economía & Regiones.
“Por el lado del mercado de bienes, habrá menor actividad. En el mercado laboral, menor empleo y peores salarios. Se contrae la oferta agregada y cae la demanda agregada, consecuentemente el nivel de ingreso se desploma. Todo esto implicará más pobreza e indigencia; también mayor inseguridad. Cuanto más alta sea la inflación, todo será peor”, explica.
La consultora concluye en que la dinámica del presente ciclo comenzó en 2011, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, y prevé que el PBI caerá 2,5% en 2018 y 3,3% en 2019.