El martes 23 de agosto, los clientes habitués de la franquicia de Urca de El Hornito Santiagueño, se vieron sorprendidos por los volantes pegados en la vidriera del local y en varios postes del barrio: “CERRAMOS: Nos quedamos sin trabajo”. El volante agregaba: “A pesar de la mala noticia, este miércoles 23 de agosto, por respeto a la gente, queremos obsequiar a toda persona necesitada nuestro stock de empanadas y así poder hacer feliz a todos aquellos que pasaron en algún momento por lo mismo”.
La Sucursal Urca de El Hornito Santiagueño había abierto seis años atrás. Sergio Flores junto a su mujer fueron la primera franquicia de esa cadena en Córdoba Capital, la cual hoy ostenta más de 42 bocas y un rápido crecimiento que ya está traspasando las fronteras provinciales.
A su local llegaron más de la mitad de los nuevos franquiciados, para ser asesorados y hasta capacitados por Flores sobre la manera en que funciona el negocio.
Comenzaron vendiendo cuatro docenas de empanadas hasta lograr multiplicar decenas de veces esa cifra y con ello dar sustento a su familia con dos chicos, y empleo a dos trabajadores en relación de dependencia.
Pero la política, o mejor dicho, la política mal entendida, metieron la cola. Sergio y Flores acosumbraba a discutir por lo que sucedía a nivel nacional con Guillermo Suárez, santiagueño y dueño de la franquicia. El empresario, ferviente antikirchnerista; el franquiciado, defensor de la expresidenta. Nada muy extraño en la Argentina de estos últimos años.
“Él odiaba a Cristina, y dicutíamos mucho por la política, como cualquier persona”, cuenta Flores. Recuerda que meses atrás, cuando fue a la fábrica ubicada en barrio Pueyrredón, lo escuchó a Suárez quejarse por una factura de 140 mil pesos de energía eléctrica. Entonces aprovechó para chicanearlo: “Quedate tranquilo que ahora gana Cristina y todo esto se acomoda”.
Un lugar en la lista
Lo cierto es que en el cierre de listas del Frente Córdoba Ciudadana -el espacio K en esta provincia-, Sergio Flores aceptó ocupar el octavo lugar entre los candidatos a diputados que encabezó Pablo Carro (foto).
Para el empresario santiagueño resultó casi una ofensa.
Para Flores fue el inicio del fin de su relación comercial.
El domingo de las elecciones PASO, cuando los medios de todo el país anunciaban el cómodo triunfo de Bullrich sobre Cristina Fernández de Kirchner, entró un mensaje en el WhatsApp de Flores. “¿Viste que no vuelve más la boluda ésa?”. Era la chanza grabada por el dueño de la cadena.
“Yo no le respondí, estaba amargado”, cuenta Sergio. Pero se tenía guardada su carta en la manga y la activó a las 4 de la mañana, cuando sólo la interrupción del conteó postergó lo que se proyectaba como una victoria de la ex presidenta. “Cuando te levantés, te vas a encontrar con la realidad”, fue el audio que le mandó. “Y eso parece que fue motivo suficiente para sacarme de la franquicia”, asegura Flores.
Tal vez cuesta creer que sea cierto, pero el comerciante asegura que fue así. “No nos dio ninguna explicación ni nos comunicó cuál era el motivo de esa decisión; simplemente no nos entregaron más, y eso ya te impide trabajar”, se lamenta el candidato a diputado.
Flores fue convocado el martes 15 a la mañana a la empresa. Supuestamente se reuniría con el gerente Alejandro Palacios y con el dueño Guillermo Suárez. “Lo esperamos hasta las tres de la tarde pero nunca vino”, asegura.
Varios de los empleados que lo conocían vinieron a saludarlo, sabiendo de la novedad del corte de provisión. Al final de la larga espera, el gerente intentó darle algo parecido a una explicación: “Vos lo hiciste muy explícito, Sergio. Sos candidato de la lista K en Córdoba. También hacete cargo de tus cosas”, le dijo.
-¿Vos me estás diciendo que me cierran el negocio porque estoy de candidato en una lista?-, le preguntó.
-Ya sabés cómo es Guillermo…-, fue la contestación.
Sin canal de diálogo
Anteayer, la promesa del volante barrial se cumplió. “Regalamos todas las empanadas que teníamos en la heladera y que eran nuestro stock”, cuenta Flores. El comerciante asegura que se acercó mucha gente carenciada para aprovechar la oportunidad. “También le dimos a clientes de muchos años que siempre nos habían acompañado”, agrega.
“He intentado hablar con él, porque todo tiene una solución si se habla. Pero creo que no puede abandonarnos así, dejarnos tirados como estamos, simplemente por una ideología política”, sostuvo.
Flores asegura que no hay ninguna otra razón en la interrupción del vínculo. Jura que no han habido incumplimientos del contrato ni ningún tipo de desajuste que ameritara un corte tan abrupto. Por eso -asegura-, no le queda otro camino que la vía judicial: “Vamos a judicializarlo, no tenemos otra herramienta porque él cerró todos los canales de diálogo”.
Sobre la posibilidad de seguir en la actividad por su cuenta, el militante político descartó esa chance. “¿Cómo voy a seguir, si nosotros no sabemos hacer empanadas?”, se preguntaba. Es que sin mercadería, un negocio de este tipo no puede funcionar, ya que la actividad de las franquicias se limita pura y exclusivamente al horneado de las empanadas que ya vienen listas y preparadas de la fábrica.
Naturalmente, el abrupto corte de la actividad le trae perjuicios severos, debido al contrato de alquiler, los impuestos y los dos empleados que debe despedir e indemnizar. “Ahora estoy viendo si hay alguna otra marca de empanadas que trabaje con el mismo sistema, pero por ahora no hemos contactado a nadie”, señaló.
En lo profundo de la grieta
Flores se define como un militante peronista “de toda la vida”, y dice que fue elegido para integrar la lista de Córdoba Ciudadana justamente porque se buscaron dirigentes provenientes de todos los sectores. “Me animé a meterme en este desafío de la política, pero jamás imaginé que me iba a costar el trabajo”, asegura.
Nunca pensó que ello sería determinante en su actividad comercial. “Te juro que estoy sorprendido. No puedo creer que en pleno siglo 21 sucedan estas cosas. Que se tomen represalias de este tipo por una ideología partidaria”, asegura el número 8 de la lista que logró el 9,89% de los votos en Córdoba. “Mirá que yo he tenido muchos empleados en estos años, y nunca se me ocurrió preguntarle a nadie qué afinidad política tenía”, señaló.
ENREDACCIÓN intentó en vano dialogar con el empresario, al comunicarse a la línea telefónica de la firma. Suárez no se encontraba al momento del llamado.
Sentido por una salida tran estrepitosa, Flores asegura: “Más allá de todo esto, tengo un terrible dolor porque El Hornito Santiagueño me dio de comer. Me agarró en un momento sin trabajo y le pusimos muchas ganas con la familia. Irme así, de esta manera, me duele terriblemente”.
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