La gravísima realidad inflacionaria, sumado a la alarmante pérdida de poder adquisitivo que sufren los trabajadores, los jubilados y los sectores más vulnerables de la República Argentina, desde hace décadas y la profundización de esta grave situación producto de las nefastas políticas de ajuste implementadas por el actual gobierno nacional sobre el pueblo argentino en su conjunto, nos debe hacerle reclamar a la C.G.T. y a las conducciones de todos los sindicatos, la obligación de volver a la cláusula gatillo en todas las discusiones salariales, para decir de una vez y por todas, basta de ajuste sobre nosotros.
Esta importantísima herramienta que se había logrado conseguir el movimiento obrero a la hora de discutir salario (la que es a favor de activos y de pasivos), implicaba que ante escaladas inflacionarias, automáticamente aumentaran salarios y jubilaciones en el mismo porcentaje.
La misma, terminó siendo sustituida por otra herramienta más favorable pero para las patronales, que es la cláusula de revisión.
Por medio de esta última, se establece ante subas inflacionarias, la necesidad de reunirse la patronal y la organizacion gremial, parar analizar cuál será la recomposición salarial que ofrece el empleador (la mayoría de las veces se ofrecen aumentos por debajo de la inflación).
Ninguna organización sindical que realmente defienda el salario de quienes representa, aceptaría ni poner a consideración de las bases en una asamblea, un incremento que pierda contra los números mensuales inflacionarios o que también prevean sumas no remunerativas (que todos sabemos que perjudican al jubilado).
Hay casos de sindicatos que a veces terminan arribando acuerdos salariales a la baja (podríamos decir que son sindicatos mileistas, que apoyan el ajuste de sus propios afiliados). Hablamos de casos en donde los incrementos salariales que quedan entre 15 puntos y en otros casos hasta 50 puntos por debajo de la inflación cada mes (haciendo uso de la cláusula de revisión).
Por estos tiempos, hay un gobierno nacional con una marcada mirada anti trabajadora (similar que en 2015), que considera adversario al trabajador, quiere ajustar su salario ( y también las jubilaciones), y aspira a eliminar derechos laborales adquiridos (para instaurar un modelo de esclavitud laboral moderno del siglo XXI, es decir, volver al pre peronismo).
El grueso de los activos y de los pasivos argentinos, tienen ingresos de bolsillo por debajo de la canasta básica familiar (son pobres), en un país tan rico en territorio y en recursos naturales como el nuestro, lo que es inaceptable bajo todo concepto.
En el granero del mundo, seis (6) de cada diez (10) niños pasan hambre y los jubilados también, lo que es aberrante.
Históricamente, fue la independencia política de los sindicatos, la unidad en la acción, la solidaridad, y trabajar para representar exclusivamente los intereses de los trabajadores y de los jubilados, lo que engrandeció al movimiento obrero nacional.
* Carlos Cafure es abogado laboralista.
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