Un claro fracaso (por acción u omisión), que alcanza a todos los gobiernos que han pasado en el poder de los últimos veinte años -como mínimo-, es no haber implementado políticas de Estado, un plan económico y un proyecto de Nación, que le permita a la República Argentina salir de números muy graves de pobreza.
Con el devenir de los tiempos, dos o hasta tres generaciones de compatriotas, se han visto cautivos de los planes sociales y por ende, vienen siendo privados de su derecho a la movilidad social ascendente.
Este derecho solo se logra, teniendo un trabajo registrado y con un salario que supere el valor de la canasta básica total para una familia tipo.
Hay varias cuestiones por entender y comprender: Tenemos uno de los diez territorios más grandes en el mundo; contamos con una población que no es tan numerosa, para el extenso territorio que tenemos de Norte a Sur, y de este a oeste; y disponemos de recursos naturales incalculables.
¿Qué esperamos entonces para ponernos de pie? ¿Hasta cuándo vamos a seguir en la mediocridad generalizada? ¿Acaso la política no debería estar al servicio de las necesidades de cada una y de cada uno de nosotros? La realidad que vive a diario el pueblo argentino, duele mucho. Duele que hayan tantos niños con hambre, en el granero del mundo. Duele ver el estado de indigencia, al que son sometidos nuestros jubilados. Duele ver el estado de pobreza, al que se encuentra sometida la clase trabajadora. Duele ver una clase política, tan alejada de las verdaderas problemáticas existentes en la ciudadanía.
Desde hace bastante, vengo insistiendo en la necesidad de un profundo recambio dirigencial. Hay ciclos definitivamente terminados. Sin embargo, hay dirigentes que quieren atornillarse ellos y sus familiares en cargos de por vida, sin importarles el daño enorme que le están haciendo a la gran mayoría de la gente. No se puede seguir insistiendo con la misma dirigencia, que nos ha llevado a la angustiante situación que se vive en la República Argentina.
Es necesario que la generación que por estos días tiene entre treinta y cuarenta años; llegue a los lugares de poder. Es necesario que surjan nuevos liderazgos, en los partidos políticos y también en los sindicatos. Se requiere una dirigencia política y sindical, que retome el camino trazado por entrañables líderes que gracias a su trabajo incansable y su honestidad, nos colocaron entre los principales paises en el mundo.
Personalmente, no me resigno a que siga habiendo niños con hambre; que nuestros abuelos sigan viviendo en la indigencia; y que quienes trabajan continúen siendo pobres.
Es por ello, que como un simple ciudadano comprometido con este querido pueblo y con este amado país, vengo haciendo aportes que abordan necesidades de las personas de a pie, como yo (y lo seguiré haciendo). Estoy convencido, de que mi generación debe prepararse para en el corto plazo, llegar a los lugares de conducción política partidaria y de conducción sindical, para que desde allí, se lleven adelante acciones de fondo e iniciar el tan ansiado proceso de reconstrucción nacional.
Que se logre, depende de nosotros y no de los mismos de siempre.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado laboralista y referente de la Agrupación 29 del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba.
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