El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) asegura en un informe que la mitad de los “estudiantes pobres” del país no tienen computadora en su casa, lo que aumenta la desigualdad de acceso a la educación en la actual etapa de la pandemia, en la que el sistema educativo se ha volcado al espacio digital. A partir de ese argumento, el trabajo apunta que los niños, niñas y adolescentes deberían volver a las aulas: “La prohibición a los niños y jóvenes de asistir a la escuela es otra decisión sanitaria divorciada de la medicina basada en la evidencia”.
IDESA, en base a información del INDEC, señala que:
-En Argentina, el 63% de los hogares con niños tiene computadora.
-En el 40% de los hogares más pobres, sólo el 49% tiene computadora.
-En el 40% de los hogares de mayores ingresos, el 94% tiene computadora.
El Instituto para el Desarrollo Social Argentino es un centro de estudios económicos y sociales (educación, salud, mercado laboral, seguridad social y asistencia social) de ideología pro-mercado.
Dice en un informe sobre las posibilidades reales de la educación virtual en Argentina, como paliativo de la suspensión del ciclo lectivo a causa de la pandemia de coronavirus, que “estos datos muestran que la afirmación de que la educación sigue funcionando con las escuelas cerradas es falsa”.
Agrega que “esto puede ser cierto entre los niños y jóvenes de los hogares de mayores ingresos. Pero para una alta proporción de alumnos que habitan los hogares pobres no es posible porque no cuentan con los medios para hacerlo. Por eso, plantear que las escuelas pueden seguir cerradas hasta agosto o setiembre implica una enorme discriminación en desmedro de los niños más humildes”.
Plantea IDESA que “la prohibición a los niños y jóvenes de asistir a la escuela es otra decisión sanitaria divorciada de la medicina basada en la evidencia. Hay un amplio consenso médico y evidencias al respecto de que los niños y los jóvenes están menos expuestos al contagio del coronavirus y tienen mucho menos riesgos que, de contraerlo, sean casos graves. Sin embargo, por prejuicio o creencia, en contra de lo que indica la evidencia médica, las autoridades sanitarias y educativas generan pánico en la población respecto a la salud de sus hijos y la convencen de que el beneficio de quedarse en la casa es mayor que el costo por las pérdidas de aprendizajes escolares”.
Concluye que “el sistema educativo argentino ya estaba en crisis antes del coronavirus. En las pruebas PISA 2018, Argentina calificó por detrás de Chile, Uruguay, Brasil y Colombia e igual que Perú, cuando hace 20 años Argentina lideraba la región y se ubicaba muy por encima de Perú. El confinamiento potenciará esta decadencia”.
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