Natalia, la hija del ex gobernador José Manuel De la Sota, pidió ayer que se suspendan las patentes de las vacunas contra el COVID-19 mientras dure la pandemia que afecta a todo el planeta. Se suma, de esta manera, al pedido del Papa Francisco, y organismos y organizaciones globales como UNICEF y Médicos Sin Fronteras (MSF).
La posición de la legisladora provincial por el peronismo y vicepresidenta segunda de la Legislatura de Córdoba es la primera expresión de este tenor dentro del PJ provincial y del gobierno de Hacemos por Córdoba. Se enmarca, además, en un progresivo posicionamiento público, que desde abril parece haber cobrado mayor intensidad.
Cabe recordar que la dirigente peronista es la primera opción de Hacemos por Córdoba para liderar la lista a la cámara baja del Congreso Nacional.
Su eje de diferenciación es retomar la construcción discursiva de su padre e insistir con la idea de construir puentes, mantener unido al peronismo y acabar con la grieta.
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“Vivimos una situación extraordinaria que amerita gestos extraordinarios” se titula el documento que difundió Natalia De la Sota y en el que da cuenta de su posición frente a la carencia de vacunas suficientes para inocular a toda la población de riesgo, tanto en Argentina como en la mayor parte de los países del mundo. Al 30 de abril, se habían distribuido poco más de 1.100 millones dosis en todo el planeta, un 14,2% de las necesarias (Fuente: Our World in Data, ONS, gov.uk).
“Estamos atravesando un momento histórico. Y también la posibilidad de hacer historia, si logramos que las patentes de las vacunas contra el Covid-19 sean suspendidas durante el tiempo que dure la pandemia”, dijo la legisladora.
Fundamentó su posición recordando que “cada minuto que pasa, se suman las muertes por esta enfermedad, en todos los países del mundo. Si logramos el acceso universal a las patentes, se facilitaría la producción y la disponibilidad en distintos países”.
“¿Cómo se explica que hoy la posibilidad de vivir dependa del azar de haber nacido un país con más recursos que otro? Vivimos una situación extraordinaria que amerita gestos extraordinarios”, explica De la Sota.
Luego planteó que “sobre la inequidad en la distribución de las vacunas se han pronunciado el Papa Francisco, varios premios Nobel del mundo, Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras, Unesco y Unicef, entre otras organizaciones internacionales. Son voces que resuenan, y que alertan acerca de las consecuencias de seguir con el control sobre esta vacuna que debería ser un bien público”.
Recordó, en esa línea, que “hace 65 años Jonas Salk creó la vacuna contra la poliomelitis, y cuando le preguntaron sobre los derechos de autor de su descubrimiento, dijo: “No hay patente. ¿Se puede patentar el sol?”
Por último dijo que “si los líderes del primer mundo pudieran imitar este ejemplo, lograríamos enfrentar de una manera mucho más rápida y eficiente a esta pandemia que nos ha cambiado y afectado de un modo que jamás hubiéramos imaginado”.
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