“Es un tema que me preocupa y me molesta mucho”, dice Juan Solanas al por qué se embarcó en filmar un documental sobre el debate en torno al derecho al aborto legal, seguro y gratuito en Argentina. Luego de su premiere mundial en el Festival de Cannes en mayo pasado y de recibir un premio en San Sebastian, Que sea ley llega a las salas del país.
Aunque lo suyo es la ficción, esta vez la realidad ganó la pulseada. Siendo testigo del reclamo de miles de mujeres pidiendo por la despenalización de la interrupción del embarazo, la mañana de la media sanción del proyecto de ley en la Cámara de Diputados, sintió la necesidad de seguir de cerca y registrar lo que iba sucediendo en el parlamento y en las calles. Para el cineasta, no es un tópico nuevo, lo sigue hace más veinte de años, incluso en Nordeste, su primera largometraje, la protagonista aborta en cámara. “Descubrí lo que era captar la realidad. En el cine uno recrea, es como un mago que construye realidades paralelas. En este caso no, es un instante que está sucediendo, si no lo filmaste bien ya no hay nada que hacer, porque no se reproduce. Me gustó ese vértigo de la inmediatez”, se explaya sobre el formato elegido.
Una escena del documental. Entre la crudeza de los hechos, se siente la marea verde en las calles. Foto Gentileza.
Confiesa que por ser hijo de padres militantes no concibe la vida sin contribuir desde el lugar de cada uno. “Como cineasta hago películas para escaparme de la dureza de lo real y al mismo tiempo para intentar modificarla. Al filmar quiero que una historia exista y lo que me imagino es algo con lo que tratar de mejorar el mundo. Hay tantas injusticias y desigualdades que no se resuelven”, sostiene.
Para lograr un aporte con Que sea Ley, “intenté hacer una buena película, que a la gente le den ganas de verla y la viva como una experiencia intensa y enriquecedora. Además, por supuesto, tiene el propósito de que la despenalización del aborto sea ley”, explica el realizador. Lo primero que se ve en la pantalla son la cantidad de mujeres que mueren por día en la región y las cifras son escalofriantes. “El documental muestra la realidad, está para dar los elementos al espectador para que se arme una opinión propia sobre un tema tan complicado como este. Se trata de una invitación al diálogo”.
“El documental tiene el propósito de que la despenalización del aborto sea ley”
Recorrió más de 4000 kilómetros en busca de los testimonios que relaten la violencia que se ejerce y se sufre por tratarse de una práctica clandestina. Mujeres sobrevivientes, familiares de víctimas, investigadoras, referentes feministas, médicos y legisladores figuran entre los consultados. Por ejemplo, aparece la palabra de la familia de Ana María Acevedo, que a los 19 años murió porque en el Hospital Iturraspe de Santa Fe se negaron a practicarle un aborto y tenía cáncer. También, comparte las exposiciones de Silvia Lospennato, diputada del PRO, cuando el proyecto obtuvo los votos para avanzar aquel 13 de junio de 2018, y de Fernando Solanas, senador nacional por Proyecto Sur-Unen, al momento de ser rechazado en la Cámara Alta. “Pino”, el director de La hora de los hornos, es su papá, pero asegura que no le pide consejos profesionales. “Sé que le gustó mucho. Ambos estamos convencidos de esta causa.”
Durante las entrevistas, se encargó de apretar el botón REC y grabar a quien quería hablar del tema. Tuvo claro desde un principio que lo más importante era la transparencia del resultado. “No quería bajar ningún tipo de línea, estoy para mostrar un problema que tenemos. Me parece fundamental para hacerse una opinión, tener en cuenta las consecuencias reales de un aborto.”
“Todos los relatos son durísimos. Si bien son historias particulares, se mezclan con grandes clásicos que se repiten y uno de esos condimentos es el maltrato. Es gravísima la violencia que ejercen los médicos con las mujeres. Es inentendible pero es un punto en común que aparece en cada uno de los caso. Me dejó congelado”, comenta. Igual de perplejo quedó hace más de dos décadas, mientras vivía en Francia donde el aborto es legal y se enteró que en su país natal no lo era. “No tenía en mi radar que fuera posible en el mundo esta problemática. Tuve esa sorpresa y al mismo tiempo la compresión de que cuando es clandestino, las mujeres se mueren. Es un tema de salud pública y quien gobierna debería cuidar a sus ciudadanas”.
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PARA AGENDAR
Desde el jueves 3 de octubre en salas Cines Dinosaurio Mall.
