La pasada semana, la Central Nuclear Atucha II, volvió a entrar en operaciones, tras 10 meses.
De esta manera una de las tres centrales atómicas que tiene nuestro país, volvió a proveer energía eléctrica al Sistema Argentino de Internexión; sumándose a Atucha I y a la Central Nuclear de Embalse.
Cabe recordar que la misma quedó fuera de servicio tras el desprendimiento de una pieza en el reactor, lo que obligó a parar las operaciones en la planta.
La adversidad y los inconvenientes suelen ser disparadores para trabajar el ingenio. Fue así que se conformó un equipo interdisciplinario para resolver el problema, entre los que participaron trabajadores de Luz y Fuerza.
Juntos, determinaron que la mejor opción era quitar la pieza del reactor, cortando la misma y soldando previamente otras tres similares, para evitar futuros inconvenientes. Cabe remarcar que la pieza extraída no cumplía ninguna función importante en el funcionamiento del reactor.
Es bueno destacar que la otra opción, sugerida por el fabricante del reactor, era desarmar enteramente el mismo, lo que implicaría un cese en las operaciones de la planta por varios años.
Es por ello que la alternativa elegida es de alguna manera el fruto del ingenio y trabajo argentino, ya que, para la ejecución de dichas operaciones, se tuvieron que desarrollar herramientas para llevar a cabo el corte y extracción de la pieza; porque el tamaño de la misma era mayor al del conducto de salida.
Para la construcción de las herramientas, se trabajó en conjunto con proveedores nacionales, lo que pone aún más en valor las capacidades con las que cuenta nuestro país.
Con esta metodología empleada, Nucleoeléctrica Argentina SA, ahorró muchísimo dinero, por el trabajo operativo que contó con menos tiempo del que podía llevar, sumado al que implicaría la falta de producción de energía durante años, por el desarme del reactor.
Sin lugar a dudas es para celebrar el trabajo de nuestros compañeros y compañeras y la decisión política de la empresa de confiar en el capital humano que tiene.
Como siempre sostenemos, el rol de los trabajadores es fundamental en cada una de las empresas que producen, distribuyen y transportan energía. Son los trabajadores el alma de los motores productivos de nuestro país y es por ello que deben ser reivindicados.
En tiempos donde se habla de quita de derechos y puesta en duda de los Convenios Colectivos de Trabajo, nosotros hablamos de capacitación y como a través de esa formación, somos cada día mejores, para estar a la altura de los tiempos presentes y resolver los desafíos del mundo laboral.
* Por Máximo Brizuela, secretario General del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF).
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