Fernanda Lavía y Los Hijos Del Igor inventaron una palabra para nombrar a su primer disco. Le pusieron Desapenando al EP de tres canciones con el que se presentan al mundo como un trío permeable a la diversidad sonora. “El título se fue gestando como respuesta a todo este año. Como una manera de comunicación, de decir a través de la música, un intento de desapenar”, le cuenta la voz del grupo a ENREDACCIÓN.
El viernes pasado Fernanda volvió a ver a Alejandro Shmidt en percusión, y Lucho Sellan en guitarra, los otros integrantes de la banda, después de siete meses. A los temas del EP los habían grabado antes de las pandemia, por eso cuentan con un registro audiovisual en vivo. Sin embargo, el trío no planea presentarlos en concierto hasta no haber aceitado los encuentros. “Cada uno de nosotros tiene una identidad musical, pero a la vez la búsqueda es de comunión. Hacemos los arreglos entre los tres y nos encontrábamos a ensayar a la vieja usanza, una vez por semana. Por eso, sin ensayar, no queremos tocar, realmente cada ensayo es muy fundante, es parte de nuestra comunicación”, dice la artista mendocina radicada en Buenos Aires. Reconoce que todos son exigentes y que durante 2019, entre medio de los recitales, estuvieron dedicados exclusivamente al trabajo sobre las versiones de Eclipse (Margarita Lecuona), La Media Pena (Pepe Núñez) y Casi Casi (copla anónima).
Seleccionaron temas que fueran musicalmente diferentes entre sí, y como intérprete, ella necesita que la poesía la conmueva, que el texto le llegue. “Los tres venimos con bagajes musicales muy amplios. Entonces, al momento de tomar estas obras de música de raíz, nos permitimos que esos bagajes nos influencien. No es tanto que nos proponemos que sea distinto, sino, más bien, que nos los permitimos. Por ejemplo con Eclipse, uno bolero tradicional, cubano, cuando lo abordamos, nos dimos el gusto de romper la estructura. En ese sentido, se transforma en un desafío. No es que lo buscamos a propósito, se trata de no encasillar al género”, describe la cantante.
“No estoy segura si cumplirán el efecto de “desapenar” a quien los escuche, la recepción es un misterio. Pero la música, como cualquier otra expresión, es un intento de comunicación”, subraya la palabra intento y cita a la escritora Clarice Lispector para aclarar que por sí sola la música no logra sacar una tristeza, hace falta la acción de quien recibe. La frase de la autora brasilera es: “El arte no es pureza, sino purificación; el arte no es libertad, es liberación”.
Lo que se viene son otras tres canciones versionadas, uno de ellas será una traducción del portugués del músico Lenine. Más adelante se vendrán las composiciones propias. “No es lo inmediato, pero hay espacio para lo nuestro también. Lo más lindo de esta formación es que no está cerrada a nada, podemos hacer desde un bolero de los ’50 hasta un rock de Charly García”.
¡Escuchá Fernanda Lavía y Los Hijos Del Igor!
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