El gobierno lanzó dentro de las medidas anti-crisis, un acuerdo con los frigoríficos para la provisión de 120 toneladas de cortes delanteros a 149 pesos el kilo. Se trata de los clásicos asado, vacío y matambre. Sin embargo, por el momento no estarán disponibles y se estima que el nuevo sistema recién estará en marcha dentro de 10 o 15 días, según anuncia el comunicado de prensa del Poder Ejecutivo. La medida implica el regreso del asado al centro del debate político, económico y cultural argentino y se produce en un contexto de una enorme retracción del consumo de carne vacuna, que ha sido casi equiparado por el de carne de pollo.
Los frigoríficos exportadores acordaron vender 120.000 kilos por semana de asado, vacío y matambre a 149 pesos el kilo (precio final) en la feria minorista del Mercado Central y en las bocas de expendio de cada uno de los frigoríficos.
La magnitud del acuerdo es importante, ya que el Mercado Central vende alrededor de unas 70 toneladas mensuales de estos cortes.
Se trata de una decisión que impacta de modo directo en uno de los hábitos culturales de los argentinos, como es el consumo de asado.
En los últimos doce meses, el precio de la carne vacuna en mostrador había tenido una suba de 71,2% y el consumo, en el primer trimestre de 2019, había bajado a 49,6 kilos por habitante, muy lejos de los 78,23 kilos que se ingerían en 1990 y de los 58 kilos de 2001.
Actualmente el consumo de carne de pollo le corre de cerca a la tradicional carne vacuna, ya que se encuentra entre los 45 y 50 kilos por habitante por año. Los cortes de cerdo vienen en crecimiento, pero todavía representan un tercio de la carne vacuna: 16 kilos por habitante y por año.