Tomar mate aporta gran cantidad de beneficios para la salud que fueron comprobados científicamente, como prevenir enfermedades inflamatorias y de curso crónico como el cáncer, la diabetes y del sistema cardiovascular. Sin embargo, a partir de la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del mate como “posiblemente carcinogénico”, que lo mantuvo en ese lugar hasta el año 2016, surgieron diversas investigaciones, que desde la experimentación científica, evaluaron y descartaron esta categorización.
En respuesta a una demanda específica del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), desde el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET-UNaM) y el Laboratorio de Yerba Mate de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, llevaron a cabo dos líneas investigación que abordaron los mecanismos que vinculaban el consumo de mate con el desarrollo de cáncer del tracto digestivo superior: la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos, responsable de un posible daño químico, y las altas temperaturas de consumo del producto, que podría desarrollar “injuria térmica”.
Los resultados de los estudios fueron presentados por la becaria posdoctoral del CONICET, Ana Eugenia Thea, en la Jornada “Yerba Mate y Salud” el 24 de agosto en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Thea, junto a su grupo de investigación y científicos de la Universidad de la República de Uruguay, se enfocaron en los principales mecanismos a través de los cuales el consumo de mate podría participar en el desarrollo de cáncer del tracto digestivo superior.
CALIENTE, PERO NO DAÑINO
Para estudiar la temperatura de consumo habitual del mate y si ésta causaba algún daño o no, Thea explicó que se evaluó la influencia de diferentes factores, como la temperatura del agua del cebado, la cantidad de yerba mate incorporada al recipiente, el material del mate y la frecuencia de cebado en la temperatura de ingestión de la infusión, es decir, cundo se toma el mate, y se llegó a la conclusión de que salvo el material del mate, los demás aspectos influyen significativamente en la temperatura de consumo de la infusión.
Para la experimentación se diseñó una bombilla con 3 sensores de temperatura, uno en el filtro, otro en el pico de la bombilla y uno externo, capaz de medir la temperatura en el seno de la yerba mate. “Desde el comienzo, el agua de cebado al entrar en contacto con la yerba mate pierde mucha temperatura, y cuando la succionamos, la temperatura desciende aún más” cuenta Thea.
“Vimos que a pesar de calentar el agua de cebado a diferentes temperaturas, 70ºC, 80ºC o 90°C, el mate nunca se toma a una temperatura superior a los 56ºC y 57°C. También observamos la influencia de la frecuencia de cebado, que por supuesto cuando la frecuencia es menor a 30 segundos, la temperatura es mayor, pero tampoco nunca supera los 58°C” asegura Thea.
Según diversos estudios científicos, la exposición de las células a altas temperaturas, es decir mayores a los 65 °C, puede actuar como un promotor tumoral. Por este motivo, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer clasificó a la acción de consumir bebidas muy calientes como un acto probablemente carcinogénico. “A partir de los estudios que desarrollamos, comprobamos que el mate cebado nunca alcanza esa temperatura considerada peligrosa” indica Thea.
TAMPOCO ES TÓXICO
En otro estudio realizado por la doctora Thea se investigó el contenido de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), en las principales formas de consumo de la yerba mate: mate caliente (mate), mate frío (tereré) y mate cocido.
Los HAPs son compuestos químicos potencialmente mutagénicos y carcinogénicos para el hombre, y en la realización de las experiencias, los investigadores pudieron observar que, ninguna de las infusiones estudiadas superaba el nivel máximo sugerido por la Organización Mundial de la Salud para el contenido de benzo [a] pireno, el único HAP considerado carcinogénico para el hombre, en el agua potable (700 ng / L).
“Todavía no conocemos la fitopatogenia por la cual relacionan al mate con el cáncer, porque el daño químico y la injuria térmica quedarían descartados a partir de estos estudios, al menos si consumimos el mate como lo hacemos la mayoría de los argentinos” indicó Thea.
Grupo de investigación:
Dra. Ana Eugenia Thea, becaria posdoctoral CONICET
Dra. Nancy Lovera, becaria posdoctoral CONICET
Dr. Miguel Eduardo Schmalko, Director Laboratorio Yerba Mate – Profesor Titular UNaM
Dr. Luis Alberto Brumovsky, Profesor Adjunto UNaM
Mgter. Sergio Alejandro Surkan, Profesor Adjunto UNaMIng. Juan C. Hedman, Profesor Titular UNaM
Ing. Carolina Alegre, becaria de iniciación en la investigación CEDIT Misiones
Silvana Capelari, estudiante de Ingeniería en Alimentos UNaM – becaria INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate
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