El juicio por el crimen de David Moreno, el chico de 13 años que cayó acribillado por balas policiales durante la represión del 20 de diciembre de 2001, tendrá sentencia el próximo 25 de julio. Así lo dispuso el tribunal que integra la Cámara 1° del Crimen, luego de escuchar los alegatos de las partes ayer, en una audiencia extra large, que se extendió desde la mañana hasta pasadas las 21.
La primera en exponer fue la fiscal María Dolores Romero Díaz, quién solicitó 16 años de prisión para el oficial de policía Hugo Cánovas Badra, único imputado por el homicidio. Además la funcionaria solicitó que Cánovas sea “inmediatamente” detenido por considerar que existe peligro de fuga y que se le retire el arma reglamentaria. Tras haber pasado tres años en prisión preventiva, el oficial recuperó la libertad y aún continúa en actividad. Por la noche, al finalizar la audiencia, el tribunal desestimó ese pedido. Cánovas llegó acusado de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, lesiones graves por el uso de arma de fuego y abuso de arma de fuego”.
Por otra parte, la fiscal de Cámara solicitó tres años de prisión en suspenso para Daniela Adán y la absolución de Laura Freire, ambas policías y acusadas de falso testimonio.
Adriana Gentile, abogada querellante, que representa a la familia de David Moreno, solicitó una pena de 20 años de prisión, por considerar que el oficial actuó de manera “dolosa”, es decir que disparó a sabiendas de que su escopeta estaba cargada con cartuchos de plomo.
Pasado el mediodía, la sala de audiencias seguía colmada. Cuando llegó el turno de la defensa, el abogado Marcelo Argañaraz, quien alegó por más de cinco horas, comenzó dirigiéndose a los padres de David. “Fue una tragedia que vivimos todos los argentinos y ojalá no se repita para que podamos ser padres. Ni este juicio ni nada del mundo les va a devolver a David, pero tampoco habrá justicia si se condena a personas que nada tuvieron nada que ver”. Luego siguió su exposición hablando del contexto y detalló cómo entre el 19 y el 21 de diciembre, por la situación social, el gobierno provincial compró en Rosario “de urgencia” miles de cartuchos AT (Anti Tumulto) y PG (Propósitos Generales) cuyas características eran diferentes a los que usaba la Policía de Córdoba. Al final solicitó la absolución de su defendido.
Desde que comenzó, a mediados de abril, por el juicio pasaron 130 testigos, entre ellos varios policías que ese día participaron del mismo operativo que culminó con la muerte de David y con otras personas heridas de gravedad por balas de plomo. Con 16 años de demora y varios cambios de caratulas y de fiscales durante la instrucción, el juicio comenzó a mediados de abril, sin responsables institucionales ni políticos. En el operativo participaron más de 70 policías y en el juicio quedó establecido que hubo más de un potencial tirador que usó cartuchos PG cargados con postas de plomo. Por el tiempo transcurrido, las pruebas documentales (pericias balísticas y planimétricas) fueron muy discutidas y controvertidas por las partes. Incluso hubo algunos documentos que se perdieron durante la instrucción.
Por eso, la prueba testimonial será clave para que el Tribunal defina si fue Cánovas quien efectuó el disparo que dio en la nuca de David Moreno. Sus propios colegas lo ubicaron en el lugar desde dónde salió el disparo, pero sucede que junto a él había otros efectivos, entre ellos Juan Pablo Dragonetti, ya fallecido.
Ayer, Rosa, madre de David, se mostró conforme con la pena que pidió la fiscalía.
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