En la audiencia del 26 de octubre se presentó como testigo Gonzalo Cumplido, quien fuera el subdirector general de Seguridad Zona Sur cuando la policía asesinó de un disparo a Valentino Blas Correas en agosto de 2020.
Durante su extenso testimonio, el excomisario admitió que “hubo irregularidades y mala praxis en el uso del armamento, en plantar un arma, en la no contención de las víctimas y de sus familias y en no haber llevado a Blas a un centro de salud”. Y consideró que a la luz de los hechos “el personal policial no estaba debidamente capacitado ni entrenado para actuar.
Además, cuestionó al entonces ministro de Seguridad de la provincia, Alfonso Mosquera, por “evadir todas sus responsabilidades”.
“Fue un hecho complejo, muy confuso y que se podría haber evitado”, dijo Cumplido y añadió que fue la última persona en la cadena de mando en enterarse de lo que había ocurrido. “Nunca me llamaron del centro de comunicaciones. Fue un hecho grave y con irregularidades. No comandé, no fui al lugar del hecho y no encubrí. Solo ordené medidas para preservar el escenario del hecho”, manifestó el retirado comisario, quien afirmó que el haber sido imputado por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” en su momento le “arruinó la vida”. Luego fue sobreseído.
“Fui víctima de un complot político, judicial y policial”, denunció y recordó que tras el hecho, le pidió a Mosquera que lo autorizara a visitar a la familia de Blas para manifestarle sus condolencias, pero que éste no lo dejó. “Vos no vas a ningún lado. Esa familia está haciendo política”, aseguró que le respondió el entonces ministro, y recordó que cuando ocurre el crimen, Mosquera le dio directivas de “preparar las vallas (de seguridad) porque mataron a un pibito de la clase media y los quilombos van a ser muy grandes”.
También manifestó que el comisario inspector Jorge Galleguillo, uno de los 13 imputados en este juicio, le había informado que el incidente se había originado a partir de una comunicación por frecuencia policial que alertaban sobre “un vehículo Fiat Argo blanco con seis sujetos aparentemente armados que habrían querido robar a unos motociclistas”. Según su relato, en el puesto de control policial próximo, por avenida Vélez Sarsfield en la zona de Plaza de las Américas, se intentó interceptarlo y al seguir su curso es baleado por dos efectivos. Luego “aparece un arma” que habían plantado los mismos efectivos.
Antes de declarar en el juicio, el exjefe policial dijo a la prensa que siente “vergüenza” por las declaraciones de la actual jefa de Policía provincial, Liliana Zárate Belletti, quien durante el juicio cuestionó el accionar del personal policial.
En ese sentido, dijo que “no hubo violencia institucional”, como había manifestado la jefa policial, al entender que “si hubo mala praxis y mal accionar de un grupo de policías, pero no voy a aceptar nunca lo de violencia corporativa policial”.
Asimismo calificó de “abominable” al exministro Mosquera y dijo: “No lo quisiera ver más en mi vida”, ya que fue uno de los funcionarios que “evadió todas sus responsabilidades” en esta causa.
Para la audiencia del 26 de octubre estaba previsto el testimonio Alfonso Mosquera, pero a raíz de la extensa declaración de Cumplido, el tribunal de la Cámara 8va. resolvió posponerlo hasta el 22 de noviembre. El exfuncionario algo un viaje al exterior el jueves y Soledad Laciar, mamá de Blas, cuestionó la fecha por coincidir con el partido de Argentina en el Mundial.
El crimen de Blas fue cometido la madrugada del 6 de agosto del 2020, cuando el adolescente se trasladaba en un Fiat Argo junto a cuatro amigos y, al llegar al barrio Colinas, en el sur de la capital cordobesa, evadieron un control policial porque el conductor se asustó al ver que uno de los policías había desenfundado un arma.
Dos efectivos dispararon contra el rodado y uno de los proyectiles impactó en la espalda de Blas, quien murió.
Por el homicidio se encuentran acusados el cabo primero Lucas Damián Gómez (37) quien, según la fiscalía, efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria, y el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.
Ambos llegaron al juicio como “coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos”.
En tanto, los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
Los cargos que enfrentan son de “falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público”, ya que se les imputa, entre otros delitos, el haber “plantado” un arma con numeración “limada” para simular un enfrentamiento con los chicos.
> Con información de TÉLAM.
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