El candidato presidencial del Frente de Todos estará en Córdoba el jueves y viernes próximos. Será su segunda visita a la provincia luego del café que tomó la semana pasada con el gobernador Juan Schiaretti. Tendrá una doble agenda: por un lado, participará de una actividad con los integrantes de la lista cordobesa del Frente de Todos; y desarrollará una nutrida agenda de medios y probablemente una visita a una industria ligada con el complejo automotriz; y por otro, el viernes, participará en Villa Carlos Paz de una reunión que organiza el presidente del PJ de Córdoba, Carlos Caserio con intendentes del PJ de toda la provincia.
La reunión con Schiaretti mostró que Alberto cree que no puede triunfar sin los gobernadores, pero, sobre todo, piensa llevar adelante un gobierno asentado en el poder territorial de los mandatarios provinciales. Así se lo transmitió a ENREDACCIÓN una fuente calificada del peronismo. Esto último, le serviría, además, para contrarrestar el peso político y simbólico de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en una eventual gestión suya a partir del 10 de diciembre.
Fernández ha mostrado su vocación y capacidad de diálogo con todos los sectores por encima de las diferencias anteriores. El PJ cordobés ha sido, por cierto, el más reacio a la construcción del frente peronista para enfrentar a Mauricio Macri. Tanto el encuentro con Schiaretti como la reunión con los intendentes del PJ que están decididos a apoyar a los Fernández, le aporta votos de la lista corta.
Por cierto, está claro que sacrifica su propia lista de diputados nacionales en favor de la del gobernador. La tesis de Fernández y los armadores de la alianza de los peronismos es la necesidad de “peronizar” la campaña y sumar todos los gestos que sean posibles para engrosar los votos a la fórmula presidencial, sin importar lo que pase con las boletas propias.
Sin embargo, parece que no alcanza. Tanto Caserio como el electo gobernador de Santa Fe, Omar Perotti le piden que estructure un discurso para el centro del país, que se inclina en mayor medida por el presidente Mauricio Macri. Tanto cordobeses como santafesinos consideran que la peronización es insuficiente y que Alberto debe hablar menos de Cristina Fernández de Kirchner y de Macri y más del futuro.
“Los votos de esta zona del país son como los puntos que le ganas al que compite con vos por el descenso: valen doble. Hay que traer para este lado a los que votaron a Macri, por lo que dejarán de votarlo al presidente. Pero no alcanza con el apoyo de los intendentes o referentes provinciales. Tiene que tener un discurso hacía adelante, decir con toda claridad que él va a ser él presidente, y, sobre todo, viajar sin Cristina”, explica un dirigente del PJ que apoya a la fórmula de los Fernández con reserva de identidad.
Algo de esa línea se entrevió apenas finalizó la reunión con Schiaretti: “Cristina hizo cosas muy valorables y otras no tanto. Mí modelo es volver a la lógica del gobierno de Néstor Kirchner”.
Cuando visitó a Schiaretti no tuvo contactos con la tropa propia del Frente de Todos. Ahora enmendará esa acción, con un encuentro donde estarán todos los candidatos, y recorrerá junto a Eduardo Fernández distintos medios cordobeses y, probablemente, una industria ligada al complejo automotriz, en lo que será su inicio formal de campaña en Córdoba. Por ahora, no hay otras reuniones, actos o recorridas previstas. La agenda definitiva está en plena cocción. Los distintos sindicatos cordobeses quieren reunirse con Fernández y han propuesto actividades, pero, en principio, la decisión es que no haya actos masivos. El objetivo es conversar con los cordobeses, y no tanto con la militancia en el escaso tiempo que queda.
Al día siguiente, en el conclave con los intendentes los invitará a hacer campaña junto a él para que los cordobeses vuelvan a creer en el peronismo. Según un vocero de ese encuentro, la idea es que regrese a la provincia y tenga una agenda particular para el interior de la provincia.
El candidato del Frente de Todos sabe que la actual intención de voto en Córdoba no aporta demasiado al resultado nacional. Un trabajo de CB Consultores, dice que el presidente Mauricio Macri y el senador Miguel Ángel Pichetto conseguiría 44,1% en la primera vuelta de las elecciones generales. Superaría por casi 18 puntos de diferencia a Alberto y Cristina Fernández, que aparecen en segundo lugar con 26,4% de intención de voto. Comparada con la primera vuelta de 2015, el presidente aparece perdiendo 8,9 puntos porcentuales (pp.) y el frente peronista crece 7,2 pp.. Mientras, que en un eventual ballotage entre Macri y los Fernández, Córdoba volvería a darle la victoria al titular del Ejecutivo, por 53 por ciento a 30,8 por ciento, con 9,8% de los cordobeses votando en blanco y otro 6,4% que en este momento afirma que Ns/Nc. La fórmula que encabeza Alberto pierde fuerza aquí y crece poco más de 2 pp. respecto de los obtenidos por Scioli en 2015.
La estrategia de las dos canastas busca resolver con éxito a este dilema.