La espera llegó a su fin. Esta noche a las 21 horas, Instituto juega su último partido de la temporada en el Ángel Sandrín y deberá ganar para forzar una definición en Buenos Aires. Esta mañana, socios y no socios colmaron la boletería en la sede del club para conseguir una entrada, formando una fila larguísima. El historial en las finales, marca que ningún equipo pudo coronarse campeón cuando estuvo 2-3 abajo.
La ilusión es lo último que se pierde, y este equipo sabe que todavía queda mucho camino por recorrer. La última derrota en Boedo fue un golpe duro porque cortó un envión anímico importante, pero ya quedó en el pasado. Ahora es el turno de jugar en Córdoba, donde San Lorenzo no se sintió cómodo y padeció la intensidad del plantel “glorioso” que se motiva con el aliento incansable que baja de las tribunas.
Es cierto, desde que se juega la final a siete partidos (29 años) ningún equipo logró dar vuelta un 2-3 en contra jugando de visitante el partido decisivo. Sólo tres equipos lograron empatar la serie 3-3 y forzar un séptimo juego: el primero fue Atenas en la 1995-96 contra Olimpia de Venado Tuerto; el segundo caso fue el de Independiente de General Pico contra Atenas en la 1998-99; y el último fue otra vez Atenas contra Estudiantes de Olavarría en la 1999-2000. Es decir que hace 19 años que una final de Liga Nacional no llega a un séptimo juego decisivo.
“Me imagino un partido duro allá en Córdoba. Son juegos donde estrategicamente los equipos nos conocemos bien, Instituto sabe nuestras falencias y nuestras virtudes, como nosotros las de ellos. Yo creo que va a ser un partido cerrado, no creo que tengamos una ventaja por estar 3 a 2 arriba. Los partidos hay que jugarlos y no creo que pese mucho lo mental en esta situación”, afirmó Gonzalo García, DT del “Ciclón” sobre cómo se imagina el sexto punto en el Sandrín.
Por el lado de los cordobeses, Luciano González se mostró confiado de cara al sexto juego: “Estamos bien. Tenemos que ir a defender nuestra localía, no queda otra. Ahora si estamos contra las cuerdas y tenemos que ganar el juego 6 como sea, jugando bien o no tan bien para poder volver a Buenos Aires y tener una última chance. No será fácil pero somos consientes de que hay que jugar al límite”.
La paridad entre Instituto y San Lorenzo a lo largo de toda la serie, marca que nada esta definido y que el desafío es difícil pero no imposible. “La Gloria” no juega sólo por su historia, sino por la historia del básquet argentino. En frente tiene al tricampeón en busca de la cuarta corona consecutiva, algo que ningún equipo consiguió. El club de Alta Córdoba hace tiempo que no logra romper el maleficio de las finales, y está parece una oportunidad única, dorada, que rara vez vuelve a ocurrir. Que mejor, que sacarse la espina en esta situación límite. Pero primero lo primero: debe ganar en Córdoba.
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