Si algo tienen los argentinos incorporados en su ADN, es el temor a los movimientos del dólar. Es una sociedad con pensamiento dolarizado: El que tiene un ahorro, va y compra dólares. El que no tiene ahorros que “proteger”, mira de reojo porque sabe que terminará impactando en precios, salarios y empleo. Están los que sufren el calor, los que sienten frío con 15 grados de temperatura, pero el 99% escucha que el dólar salió de su refugio y tiemblan y transpiran a la vez. En ese contexto, es también un instrumento de disciplinamiento político, porque no hay partido o ministro o presidente que no pierda capital político con un dólar inquieto. En esta oportunidad, los inversores y sectores que disponen de dólares para especular, juegan a presionar al electorado para “asustar” a los votantes de Cristina Fernández de Kirchner.
Un triunfo en la estratégica provincia de Buenos Aires de la ex presidenta resulta indigerible para el establishment económico y el oficialismo, por lo tanto el dólar se convierte en un arma política. Todas las encuestas la dan al frente con entre 1 y 9 puntos de diferencia sobre el ex ministro de Educación, Esteban Bullrich. El dólar, dicen en la city, podría escalar hasta 19 pesos si CFK vence por 5 o más puntos de diferencia.
Hay una razón de peso que va más allá del mundo financiero. Un triunfo de CFK implicaría que el modelo económico basado en la renta agropecuaria y financiera que trata de consolidar el presidente Macri entraría en zona de turbulencia y perdería viabilidad con el actual sistema político en el corto y mediano plazo. A esto se le agrega, que el Congreso no se modificará sustancialmente, por más que Cambiemos obtenga un triunfo nacional. Ése escenario es el que le da de comer al dólar político.
La máxima experiencia histórica en esa línea, fue el golpe de mercado que sufrió Raúl Alfonsín en 1989, que lo obligó a entregar el poder por adelantado. Sin embargo, no era el presidente radical el blanco de aquella maniobra, sino el primer mandatario electo, Carlos Saúl Menem, a quien el poder económico de aquella Argentina, le puso condiciones brutales para imponer un modelo neoliberal que cambiaría el país. Hoy estamos lejos de aquello, pero no hay que olvidarse de las lecciones de la historia, sobre todo cuando la hegemonía no está resuelta ni tiene visos de resolverse decisivamente.
Pero Cristina no sólo condiciona a Macri y a los sectores económicos que lo apoyan. El peronismo moderado y dialoguista, como el del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, queda también en una encrucijada, porque está obligado a triunfar para seguir existiendo. Como bien escribió ayer Schiaretti a sus militantes por whatsapp, hay que “trabajar hasta el domingo para lograr la victoria electoral”. Depende la sobrevivencia de Unión por Córdoba (UPC) y la posibilidad de construir una tercera posición. Pero un triunfo de Schiaretti o del socialismo en Santa Fe, puede dejar al gobierno nacional demasiado débil. Contrario a lo que se cree, el país está ante una elección muy importante.
EL DOLAR PASÓ DE 15 A 18 PESOS EN POCAS SEMANAS
En los últimos diez días el BCRA lleva vendidos 720 millones de dólares para tratar de controlar la suba de la divisa estadounidense en el mercado local, pero con un éxito relativo.
Lo cierto es que ayer, el dólar minorista alcanzó nuevos niveles récord al cerrar en $ 17,53 para la compra y $ 18,04 para la venta al público pese a la fuerte intervención del Banco Central en el mercado de cambios. Durante la rueda, la divisa alcanzó un máximo de $ 18,07 que fue recortado 3 centavos con las ventas oficiales. Las importantes y sostenidas órdenes de compra explican el nivel de operaciones alcanzado en la rueda, que llegó a los US$ 976,6 millones, su nivel máximo desde junio del año pasado.
Por su parte, el Banco Nación mantuvo estable el tipo en $ 17,50 y $ 17,90 para la compra y la venta respectivamente.
Junto con los Banco Ciudad, Credicoop y Macro fueron las únicas entidades que operaron la divisa por debajo de los $ 18, mientras que el resto de las entidades que releva el Banco Central lo ubicaron por encima de ese nivel con máximos de $ 18,50 en el caso del Banco Santander Río.
La agencia Telam publica la opinión de Gustavo Quintana de PR Corredores de Cambio: “La dolarización de portafolios y la huida hacia el dólar requirieron una enérgica acción del Central para acotar la evolución de los precios. El significativo esfuerzo oficial hizo retroceder al dólar mayorista colocándolo en los niveles del lunes de esta semana”, explica.
Federico Furiase, economista asociado del Estudio Bein dijo al diario La Nación que “todo dependerá de la lectura que haga el mercado de las elecciones y de la postura que adopte el BCRA: hoy el mercado tiene descontada cierta ventaja a favor de Cristina Kirchner, con lo que si Cambiemos obtiene un resultado más favorable, probablemente la presión cambiaria se revierta. Por el contrario, si la diferencia a favor de Cristina Kirchner se amplificara, la presión sobre el dólar puede seguir de largo y el impacto en el tipo de cambio de cara a las elecciones de octubre dependerá de dónde quiera poner la señal del ‘techo’ el BCRA y de la evolución que vayan mostrando las encuestas”.
Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, apuntó en el mismo artículo, que “el BCRA evidentemente busca reducir volatilidad del tipo de cambio ante la incertidumbre del mercado en la previa de las PASO. El dolar trepó de $15 a 18 en solo semanas, por lo que nadie les puede decir que se sentaron sobre el tipo de cambio para hacer populismo como estamos mal acostumbrados tras tantas décadas de mala gestión cambiaria”
Mariano Gorodisch de El Cronista, afirma que “El martes será el Día D, porque vencen $ 534.000 millones de Lebac sobre un stock total de $ 945.000 millones, lo que equivale al 77% del total”. En esa línea, cita al ex Deutsche, Gustavo Cañonero, socio del Grupo SBS, que “sostiene que el Central tiene todas las herramientas para hacer lo que quiere, pero si CFK saca más de cinco puntos de ventaja el mercado va querer más dólares que pesos. Ante eso el Central puede subir tasas, vender dólares, y dejar más liquidez en el mercado, aunque eso le cueste más venta de dólares. Hará un poco de todo”.
En ese escenario, se imagina una semana con un dólar subiendo entre $ 0,50 y $ 1,50. Si hubiera una diferencia de entre 1 y 3 puntos, el escenario que prevén en el mercado financiero, las “tasas irán mínimamente arriba, el dólar sube $ 0,50, y el Central vendiendo entre u$s 300 y u$s 500 millones, o aún menos”, le explica Cañonero a El Cronista. Y si hubiera igualdad, el mercado se pasa a pesos y el dólar se instala alrededor de los 17 pesos.
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