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Córdoba: Radiografía de la desigualdad y el acceso a derechos

La Cañada, en la ciudad de Córdoba.

Córdoba capital no es un paraíso. Un trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) revela la desigualdad y el no acceso a derechos de los habitantes de la principal ciudad cordobesa. Los resultados que se muestran allí, son abrumadores. Por ejemplo, sólo el 6,8% de los hogares de NSE (Nivel Socioeconómico) Bajo dispone del servicio de gas natural versus el 99,2% de las familias de NSE Alto; tienen PC de escritorio el 21,1% de los hogares de NSE Bajo versus el 61,2% de los NSE Alto; y “el trabajo formal es la principal fuente de ingresos en 57,9% de los hogares de NSE Alto, contra el 33,8% de las familias de NSE Bajo.

VER ¿Por qué investigar sobre desigualdades y acceso a derechos en Córdoba?

Si bien, estos datos tienen como contexto una situación excepcional, como el desarrollo de la pandemia de coronavirus y sus efectos sobre la economía y la sociedad, el estudio permite trazar una radiografía en profundidad sobre distintos planos de la estructura económico-social de la capital provincial y sobre cómo incide en el acceso a derechos.

Queda al desnudo, en la investigación, la verdadera ciudad en la que vivimos y, la mayoría de las veces, no vemos. El informe también permite corporizar la desigualdad, ya no sólo por la brecha de ingresos entre los sectores de mayores y menores ingresos, sino por el acceso a bienes y servicios que permiten el goce de derechos.

La FCS señala que “el problema de la desigualdad en América Latina, el continente más desigual del mundo, es evidentemente prioritario. En esta investigación la concebimos como un tipo específico de diferencia, que consiste en una asignación social o institucional diferencial que concede ventajas o desventajas que afectan a la “libertad real” de los individuos”.

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Apunta el resumen del informe al que accedió este medio, que “el foco está puesto en el cruce entre el (no) acceso a derechos y los impactos en las desigualdades, en reconocer cómo la pandemia afectó ambas dimensiones, pero también en las acciones que las y los actores despliegan para hacer frente a los obstáculos, opresiones y exclusiones en el acceso a esos derechos”.

La investigación de la FCS se basa en los datos preliminares del estudio cuantitativo “Desigualdades: acceso a derechos en la ciudad de Córdoba desde una perspectiva interseccional”. De su realización participaron 13 equipos de investigación que “aportan a una mirada multidisciplinaria desde las Ciencias Sociales”.

Epec

Entre el 22 y 30 de marzo de este año se realizó la recolección de datos, que abarcó a 615 hogares de Córdoba. La dirección del estudio estuvo a cargo de la decana de la FCS, María Inés Peralta; la vicedecana, Jacinta Burijovich; y la secretaria de Investigación, María Liliana Córdoba.

Según explican sus autoras, “produce y aporta información que actualmente no está disponible ni es accesible de manera sistematizada en nuestra provincia”.

Hay 10 claves en el trabajo, que son las zonas o territorios de análisis para medir las dos dimensiones señaladas.

1: Acceso a servicios de cloacas y gas natural.

El promedio de hogares con acceso a cloacas es de 48,6% y a gas natural es de 72,7%.

Sin embargo, mientras en los hogares de NSE (Nivel Socioeconómico) Alto, Medio Alto y Medio el acceso a cloacas es de 54,5%, 57,3% y del 81% respectivamente, en los de NSE Bajo es de 14,3%.

La desigualdad se manifiesta también con el acceso a Gas Natural. Allí en los hogares del NSE Alto, Medio Alto y Medio, el acceso alcanza al 99,2%, al 91,5% y al 95,9% respectivamente, mientras que en los de NSE Bajo llega solamente al 6,8%.

Obras en la planta de tratamientos de efluentes cloacales en Bajo Grande. (Foto: Prensa).

2: Acceso a servicios de Internet y a bienes (computadoras, impresoras, teléfonos celulares):

La FCS indica que “existen limitaciones de acceso a estos bienes y servicios en los hogares de NSE Bajo, fundamentalmente, pero también en los de NSE Medio Bajo, lo cual genera condiciones diferenciales muy desfavorables para el acceso a la educación y al teletrabajo en un contexto de pandemia”.

-Disponibilidad de PC de escritorio: en NSE Bajo: 21,1%. En NSE Alto: 61,2%.

-Disponibilidad de notebooks: en NSE Bajo: 13,5%. En NSE Alto: 85,1%.

-Disponibilidad de celulares por persona mayor de 13 años: En hogares de NSE Alto hay más celulares que integrantes del grupo familiar (1,15 dispositivos por persona). En hogares de NSE Medio Bajo y Bajo hay 0,84 y 0,80 aparatos por persona respectivamente. El promedio de celulares por persona en todos los NSE es 0,94.

-En el acceso a Internet, se advierten diferencias amplias de calidad y precio según el NSE. El acceso por cableado en NSE Alto es del 95% y en NSE Bajo de 45,9%. El acceso sólo por datos (de menor calidad y más caro) en hogares de NSE Alto es de 0,8%, en NSE Medio Bajo es 19,5% y NSE Bajo 40,5%.

3: Fuentes de ingresos según los niveles socioeconómicos – Incidencia de planes o programas estatales:

-El trabajo formal es la principal fuente de ingresos en 57,9% de los hogares de NSE Alto, mientras en el NSE Bajo alcanza a 33,8% de los mismos. (48,5% promedio en todos los NSE).

-El trabajo eventual (por changas) es el principal ingreso en 28,5% de los hogares del NSE Bajo, mientras sólo alcanza al 1,7% del NSE Alto y a 8,9% de los hogares en promedio.

(Imagen Ilustrativa).

4: Acceso a cobertura de salud:

– Cobertura de salud (por obra social, PAMI o servicio prepago): NSE Alto: 96,7% de los hogares. NSE Bajo: 44,8% de los hogares cuenta con alguno de sus integrantes con esos tipos de cobertura. 50% se encuentra sin ningún tipo de cobertura en este NSE.

5: Ingresos y trabajo – Trabajo doméstico:

Indica el informe que “el impacto negativo de la pandemia en lo relativo a ingresos y trabajo fue generalizado, pero resultó particularmente fuerte en los hogares de NSE Bajo y Medio Bajo”.

Trabajo doméstico. (Imagen ilustrativa).

El desglose es el siguiente:

-Creció la consideración con respecto a que los ingresos son “Insuficientes” –con relación a lo que estimaban antes de la misma-. Se trata de una tendencia general, pero profundizada en los hogares de menor nivel socioeconómico: NSE Bajo (representó al 85,6% de este nivel) y NSE Medio Bajo (77,2%)

-Los ingresos disminuyeron en 51,4% de los hogares (en promedio). En los de NSE Bajo la caída fue prácticamente generalizada (80,5%).

-Cambios en el trabajo en pandemia: Pérdida del trabajo en 23,3% de los hogares (en promedio): esta situación afectó al 31,7% de los hogares de NSE Medio Bajo y 53,4% de los de NSE Bajo, con la consecuente reducción de ingresos. En el NSE Alto afectó al 5%. En los hogares de NSE Alto, Medio Alto y Medio predominó el teletrabajo o presencial.

6: Continuidad educativa: Vinculación, intermitencia y desvinculación:

De acuerdo a la investigación de la FCS, “las dificultades para sostener la continuidad educativa en virtualidad estuvieron presentes en todos los niveles de la escolaridad (inicial, primario, secundario y terciario o universitario) y fueron particularmente profundas en los hogares de NSE Bajo. Las principales dificultades resultaron: la falta de conectividad, la insuficiencia de dispositivos y el conocimiento escaso sobre su funcionamiento”.

El detalle es el siguiente:

-Nivel primario: la vinculación permanente de las y los estudiantes alcanza un porcentaje del 71,9% (en promedio). En el NSE Bajo, hubo 56,9% de estudiantes en esa situación. El resto tuvo dificultades para sostener la continuidad educativa: 39,7% de estudiantes estuvieron vinculados de manera intermitente y 3,4% totalmente desvinculados.

-Nivel secundario: las principales dificultades para sostener la continuidad educativa se dieron en los hogares de NSE Medio Bajo y Bajo. La vinculación permanente de las y los estudiantes alcanza un porcentaje del 60,3% (en promedio). En los hogares de NSE Bajo y Medio Bajo: 55,1% y 47,6% de estudiantes en esa situación. El resto tuvo dificultades para sostener la continuidad educativa: 29% y 47,6% respectivamente de estudiantes estuvieron vinculados de manera intermitente y 15,9% y 4,8% respectivamente totalmente desvinculados.

7: Acceso a atención médica en pandemia:

Otra vez, el trabajo muestra el mayor impacto en el no acceso a atención médica en los sectores NSE Bajo y NSE Medio Bajo. Explica que “durante la pandemia, los hogares de NSE Bajo fueron los que tuvieron mayor necesidad de atención médica y uno de los que más dificultades tuvieron (junto a los de NSE Medio Bajo) para acceder a la misma, fundamentalmente en el acceso a turnos y en afrontar el pago de las prestaciones necesarias. La incidencia de COVID fue mayor en los hogares de NSE Medio Bajo y Bajo”.

Las principales observaciones son las siguientes:

-Dificultades de acceso a servicios de salud en pandemia (Promedio: 36,6%). En hogares de NSE Medio Bajo: 51,8% tuvieron dificultades, en Bajo 41% y en Alto 25%.

-Algún integrante del hogar tuvo COVID: (Promedio 17,3%). En hogares de NSE Medio Bajo y Bajo: 22% y 21,1% respectivamente. En hogares de NSE Alto: 12,5%. La proporción de contagios de COVID en los hogares de NSE Bajo es un 70% mayor que en los hogares de NSE Alto.

-Presencia de síntomas de COVID y no recurrieron “a ningún lado” a atenderse

(Promedio: 16,3%). En hogares de NSE Bajo (32,1%) y Alto (33,3%).

8: Información disponible durante la pandemia – Fuentes de información:

Apunta el estudio que “son mayoría en Córdoba los hogares que consideran haber contado con escasa información disponible durante la pandemia”.

Los principales datos son los siguientes:

-Información disponible durante la pandemia: 60% de los hogares (en promedio) consideraron que la misma resultó entre “nada” (7,8%) y “poco” (52,2%) En este punto no se encuentran diferencias entre los niveles socioeconómicos.

-Principales fuentes de información sobre las medidas educativas en pandemia: docentes y autoridades de las escuelas (33,9%), medios masivos de comunicación (25,4%) y redes sociales (19,7%).

9: Políticas estatales para hacer frente a la situación de pandemia:

-Impacto del IFE (Ingreso Federal de Emergencia): se concentró en los hogares de NSE Bajo (59,7% de los mismos recibieron este ingreso) y Medio Bajo (31,7%)

-Impacto del ATP (Ayuda oficial a las empresas para el pago de salarios): fue percibido casi en el mismo porcentaje en hogares de NSE Alto y Medio Bajo (9,9 y 9,8% lo recibieron) y en los de NSE Bajo (9,3%).

-En conjunto, el impacto de ambas políticas fue más elevada en los hogares de NSE Bajo (69%) y, en menor medida, en los de NSE Medio Bajo (41,5%).

10: Otras asistencias económicas y opciones financieras a las que recurrieron los hogares:

Con respecto a la recurrencia a créditos y financiación para enfrentar las dificultades económicas en contexto de pandemia: la mayoría de los hogares no recurrió a ninguna de ellas (71,1% en promedio). De todas maneras, la necesidad de acceso a alguna fue mayor entre los hogares de NSE Bajo: mientras en promedio 28,9% de los hogares recurrió al menos a una opción de crédito o financiación, en el NSE Bajo esa situación alcanzó al 36,1%, predominando en este caso las opciones más informales.

-La opción más utilizada en los hogares de NSE Bajo y Medio Bajo fue la de “Préstamos familiares” (12% y 16,3% respectivamente).

>> POBREZA EN CÓRDOBA Y DESIGUALDAD EN EL PAÍS

En el segundo semestre de 2020, la pobreza alcanza en el Gran Córdoba al 40,8 por ciento de la población, una tasa 3,4 puntos porcentuales más elevada que en el mismo periodo de 2019. La información es oficial y generada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

En cantidad de personas, la pandemia generó casi 57 mil nuevos pobres en el Gran Córdoba, al avanzar de 582 mil a finales de 2019, hasta 639 mil en diciembre del año pasado.

A su vez, la indigencia afectaba 7% de los habitantes del Gran Córdoba, lo que representaba a 109.844 personas.

Para Unicef, la pobreza en la infancia y adolescencia es un problema estructural en Argentina.

En tanto, según el INDEC, en el país, la desigualdad en el primer trimestre de 2021, medida por el coeficiente de Gini era de 0,445 (0 es igualdad y 1 máxima desigualdad).

Por ingresos, la medición del INDEC para el mismo período, indicaba que el decil 10, el de más altos ingresos, obtenía el 31,8% del total y el decil 1, el inferior de la escala, el 1,1%. Por lo tanto, la desigualdad entre los dos extremos llegaba a 28,9 veces.

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