Estudiantes nucleados en la FUC marchan por las calles de Córdoba en 1918. Foto: Gentileza Museo Casa de la Reforma Universitaria / UNC.
La Reforma Universitaria fue un grito transformador de los jóvenes de Córdoba que se levantaron contra el orden imperante. El 15 de Junio de 1918 estallaron contra la imposición fraudulenta y denunciaban que “las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”.
Desde el primer día tuvo el apoyo de la Federación Obrera de Córdoba que se solidarizó durante el desarrollo de todo el conflicto.
Se extendió a todas las universidades argentinas primero y luego de Latinoamérica porque denunciaba ese estado de cosas que enervaban a los jóvenes de su tiempo.
Fue inspiradora de grandes luchas y gestas de carácter emancipatorio durante estos cien años, con actitudes que expresaron su espíritu en actos de la Federación Universitaria de Córdoba en distintos momentos cruciales de la historia. Así es indispensable recuperar la memoria de hechos ejemplares como fue el acto de descolgar el pabellón Nazi del mástil del Consulado Alemán el 20 de Junio de 1941, un hecho protagonizado por el entonces presidente de la FUC, Fernando Nadra, que le costó su encarcelamiento; o el discurso de Enrique Barros (primer presidente de la FUC) en oposición de la Ley que autorizo la creación de las universidades privadas el 3 de setiembre de 1958; o el más cercano discurso de otro presidente de la FUC, José Serra, cuando en el acto de conmemoración de la Reforma del 15 de junio de 1984, dirigiéndose al ministro del Interior de la Republica le espetó “que no hay democracia real si en las calles de nuestra ciudad caminan libres los genocidas”.
A la Reforma Universitaria y a los Reformistas los persiguieron las Dictaduras y los quisieron destruir con represión y plomo. Sin dudas que el hecho paradigmático en ese sentido fue el asesinato de Santiago Pampillon en las calles de Córdoba el 12 de setiembre de 1966 mientras se desarrollaba la huelga estudiantil contra la intervención de la universidad decretada por la Dictadura de (Juan Carlos) Ongania.
No dejemos que los conservadores de nuestro tiempo la maten a bronce, convirtiéndola en un acto conformista y subordinado con un orden regresivo y reaccionario, y que sólo toma su fecha como un dato anecdótico y vacía completamente su contenido realizando una función de protocolo cortesano.
El acto de hoy en el Rectorado de la Universidad de Córdoba es una vergüenza mas, que debe ser claramente denunciado por quienes reivindicamos el carácter autónomo y emancipador del grito del ’18.
No podemos dejar de denunciar que hoy, las autoridades de la universidad nada dicen acerca de uno de los actos de colonialismo más grandes de nuestra historia, que se está perpetrando en estos días con la firma del acuerdo del gobierno de Mauricio Macri con el FMI que someterá a condiciones indignas al pueblo y la Nación argentina. Muy especialmente los ajustes impuestos van a atentar contra la existencia de la universidad pública y la accesibilidad popular.
Rebelarse contra este acto de sumisión indigna es reivindicar el legado de la Reforma.
* Carlos Vicente es abogado. Fue dirigente estudiantil en los años ’80 y Pro Secretario General de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en el Rectorado del arquitecto Luis Rebora. Está trabajando en un libro de próxima edición sobre la incidencia de la Reforma Universitaria de 1918 en la historia democrática de Córdoba y en el rol de la UNC en la “Primavera Democrática” de los ’80.
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