(Por Pablo Tissera *). El pasado martes 12 de marzo el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer la inflación del mes de Febrero, fue del 13,2% alcanzando así un 276,2% de aumento en los últimos 12 meses. Cerró el primer bimestre en un 36,6 por ciento, mientras que representó un 62% si tomamos los tres primeros meses de gestión de Javier Milei.
¿Qué fue lo que más aumentó? Estuvieron por encima de la media en orden de mayor a menor Comunicación (24,7%), producto de subas en servicios de telefonía e Internet. Le siguieron Transporte (21,6%) y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (20,2%).
¿Cuando atacamos la inflación, vamos al problema de fondo?
La inflación no es el problema, es un síntoma del problema. El presidente del Partido Solidario y diputado nacional Carlos Heller dice que la inflación es a la economía lo que la fiebre a una persona, es imaginarse que te digan “el paciente ha fallecido y por ende dejó de tener fiebre”. Entonces claramente el problema no puede ser ese.
Nosotros tenemos que encontrar la solución del problema de la inflación atacando sus causas, ¿cómo? sobre la base de una economía que crece, en las que los costos de producción disminuyen porque la ampliación de los volúmenes hace que haga falta menos costo fijo por unidad.
¿Y por qué? Pues el crecimiento permite que la torta crezca, y así las porciones podrán aumentar en cantidad que alcancen a todos y todas, e aquí la equidad distributiva con inclusión social. Porque si la torta se achica y además las porciones se concentran producto del ajuste y la puja distributiva en un mercado liberado, nos toparemos con la exclusión social.
¿Qué dice Presidencia?
La Oficina del Presidente publicó un comunicado en su cuenta de X celebrando la “contundente desaceleración de precios” respecto a diciembre 2023, donde el IPC fue de 25,5%, y enero 2024, mes que registró una inflación del 20,6%. Atribuyendo dicha baja al trabajo del Gobierno Nacional para imponer una fuerte disciplina fiscal, pero ¿a costa de qué? debiéramos preguntarnos.
Padecimiento de pymes y entidades de la economía social y solidaria.
El brutal ajuste llevado adelante por el gobierno nacional impacta en los ingresos de las mayorías ciudadanas trayendo como consecuencia la baja del consumo, y con ello de la producción, atendiendo que en los tres meses de gestión de Milei se redujo en un 15% aproximadamente el uso de la capacidad instalada productiva nacional, siendo las empresas de la economía solidaria y pyme las más perjudicadas.
¿Y con el trabajo qué pasará?
El impacto negativo sobre el trabajo es irreversible, pues ya comenzaron los despidos, las suspensiones, adelantos de vacaciones, quita de horas extras. Las empresas achican sus plantillas para recortar sus costos.
Lo paradójico es que el tan ansiado equilibrio fiscal planteado por presidencia será muy difícil de alcanzar, pues se cierra un círculo vicioso en el que el Estado va teniendo menos ingresos e irá requiriendo aumentos en el recorte del Gasto Público afectando aún más las jubilaciones, el trabajo generado por la inversión en obras públicas, las transferencias a las provincias, los salarios indirectos vía quita de subsidios.
¡Y faltaba más!
Si al padecimiento de la economía solidaria y pyme le sumamos el anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni quien adelantó que liberarán importaciones de productos de la canasta básica y medicamentos con el objetivo de que ayudar a contrarrestar los aumentos de los precios en el mercado local, será el tiro de gracia para que muchas empresas cierren.
¿Y por casa cómo andamos?
Una familia de cuatro integrantes necesitó $690.901,57 para superar el umbral de pobreza. Unicef comunicó está semana que un 70% de las niñeces en Argentina se encuentran en situación de pobreza y un 35% de indigencia.
¿Pero lo precios bajan, no?
Los precios, en un punto, dejarán de subir porque nadie los va a poder pagar o muy pocos los van a poder pagar. Y ahí nos vamos a dar cuenta que el problema no era la inflación. Ya tuvimos experiencias de bajar la inflación enfriando la economía con ajuste mediante, fue en los ‘90, bajo la presidencia de Carlos Saul Menem, hubo deflación, se derrotó a la inflación. Pero desembocamos en el 2001 con un veinticinco por ciento de desempleados y la pobreza había crecido al 46% y al 66% en el 2002.
CONCLUSIÓN
En definitiva, el proyecto de país propuesto por Milei y Macri a las y los argentinos está a la vista, se paga con más pobreza, más indigencia y más desocupación.
Debemos retomar el rumbo del Estado presente que nos permita recuperar la la senda del crecimiento con desarrollo humano, fortaleciendo la producción y el trabajo nacional, bajo un modelo productivo con inclusión social.
Como decía el dirigente cooperativista Floreal Gorini, otro mundo mejor es posible, si la gente quisiera y lucha por conseguirlo.
* Pablo Tissera es dirigente cooperativista y presidente del Partido Solidario Córdoba.
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