Dos llamados telefónicos a la propia Policía, con amenazas bastaron para poner todo patas para arriba en la frontera de Córdoba con Santa Fe, y alterar los nervios de los habitantes de San Francisco. Uno de los llamados señalaba que la banda narco “Los Monos” había llegado a la ciudad, y el otro advertía que había una bomba en la jefatura y que iban a matar a todos los policías. Por esa amenaza debió intervenir la Brigada de Explosivos, con el fin de determinar si había o no un explosivo en el edificio. Finalmente se comprobó que era una falsa alarma, detallaron fuentes policiales. El caso es investigado ahora por la fiscal federal subrogante María Marta Schianni.
Como respuesta, el fiscal general, Juan Manuel Delgado, dispuso el despliegue de fuerzas policiales y de la Fuerza Policial Antinarcotráfico en el límite con la provincia vecina, a la par que se solicitó asistencia de fuerzas federales para reforzar los operativos.
San Francisco, en el Este provincial, es una zona caliente del narcotráfico, tanto por su cercanía con Frontera, una localidad ubicada del otro lado de la línea que delimita a las dos provincias, como por su propia ubicación geográfica, como cabecera de una región con rutas que la conectan, tanto con las provincias del Norte, como con el territorio santafesino. El desarrollo del narcotráfico en la provincia vecina fue estimulado por la hidrovía del río Paraná, que le permite traficar sustancias ilícitas, tanto hacia territorio argentino, como a Brasil, Europa y otras regiones.
Más allá del origen de las amenazas que están siendo investigadas, no es la primera vez que ocurren. El recientemente jubilado fiscal Bernardo Alberione, fue amenazado en agosto del año pasado, luego de detener un dealer en Frontera. “El que avisa no traiciona. Metete en tus cosas si querés a tu familia”, le escribieron en un mensaje. El apriete fue realizado por la banda rosarina.
Alberione ocupaba dos fiscalías a la vez, la de delitos complejos y la de narcotráfico, dado que, para esta última, increíblemente, nunca fue designado un fiscal. El fiscal se jubiló desde marzo de este año y antes de dejar el cargo, dijo a los medios de San Francisco que “es inentendible que al día de la fecha no haya fiscales de drogas en un departamento caliente como lo es San Justo, de donde es el gobernador (Martín Llaryora), donde está la frontera también más caliente”. También señaló que “el narcotráfico avanza rapidísimo” y planteó que “esta es una tierra fértil, que fue liberada y ahora nadie se hace cargo. ¿Quién va a tomar las decisiones?”.
El 29 de febrero, apenas 24 horas de que Alberione dejara de trabajar, el fiscal general Delgado designó al fiscal de Instrucción de Primera Nominación de San Francisco, Oscar Giecco para reemplazar transitoriamente en la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico a Alberione. Giecco también seguirá cumpliendo funciones en su fiscalía original.
Los hechos ocurridos en Rosario, con el asesinato de dos taxistas, un colectivero y un playero de estación de servicios en la última semana, tienen a todos en estado de crispación. Sin embargo, el fenómeno narco ni la presencia de Los Monos en la región es nueva. De hecho, han disputado poder y territorio con los miembros del clan Gallardo, la banda narco histórica de esta zona de la Provincia.
Una fuente policial, consultada por este medio, relató que “aquí, como en todas las ciudades, hay narcomenudeo, pero su relevancia no es esa. Su importancia es que desde aquí hay distribución mayorista; que la ciudad actúa como soporte de lo que hacen en Santa Fe sin estar en el ojo de la tormenta; y que, además, tiene un acceso privilegiado a distintas rutas que conectan con el norte del país, una condición clave para abastecerse de droga desde Bolivia y Paraguay”.
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