La decisión de la intervención del Grupo Vicentín por parte del gobierno nacional es fundamentada en dos motivos centrales: uno urgente y otro “estratégico”. El primero, tiene que ver con lo que el economista y directivo del Banco Nación, Claudio Lozano, explicó anoche en el programa Brotes Verdes de Alejandro Bercovich, por el Canal C5N. Esto es, frenar un posible vaciamiento de los enormes activos de Vicentin, un proceso que parece esconderse detrás del concurso de acreedores en el que cayó la compañía y su entramado societario con una terminal en Uruguay. Allí surge otra variante del factor “urgente”, que es la posibilidad de que el holding agro-exportador pasara a manos de alguno de sus competidores extranjeros, responsables en la actualidad del 55% de las exportaciones granarias nacionales. La segunda razón, es la posición de una parte del peronismo, fundamentalmente el sector kirchnerista, que cree que esta empresa puede cumplir un rol en la búsqueda de soberanía y seguridad alimentaria y puede enlazar su operación con YPF Agro. En ese territorio, ingresaría la expropiación que tratará el Congreso.
Por ese motivo, el DNU 522/2020 dispone la intervención transitoria de la sociedad Vicentín Saic por un plazo de 60 días, con “el fin de asegurar la continuidad de las actividades de la empresa, la conservación de los puestos de trabajo y la preservación de sus activos y patrimonio”.
VER EL DECRETO 522/2020.
Pese a los cuestionamientos desde la oposición y los accionistas de la compañía santafesina, la intervención es perfectamente legal. El Ejecutivo tiene la posibilidad de hacerlo a través de la aplicación de la ley de expropiaciones.
Respecto de la expropiación, esta deberá concretarse a través de una ley específica, que deberá definir a la empresa y su actividad como de “utilidad pública”.
La acción llevada a cabo parece mostrar que el oficialismo se propone una intervención acotada sobre este sector de la economía más allá de la “crema” del discurso.
Vicentín es la firma de capitales nacionales más importante del mercado de exportaciones de granos y subproductos, pero es responsable de apenas el 10% del total de ese paquete y la sexta del ranking del sector, que encabezan cinco multinacionales. Es decir, no se trata de una YPF del mercado agropecuario, integrada desde la exploración, a la destilación y la venta de combustibles. Vicentín es una gran exportadora y generadora de divisas provenientes de la producción agropecuaria, pero en el contexto señalado. Por lo tanto, puede ser definida, si queda finalmente en manos del Estado, como una empresa testigo de ese mercado, pero no mucho más, al menos por ahora.
LOS NÚMEROS DE VICENTÍN
Cabe señalar que la deuda total de Vicentín asciende a casi $100 mil millones y que se encuentra en concurso de acreedores.
Fundada en la década del 20 del siglo pasado, cuenta con participación accionaria en 20 empresas tanto en Argentina como en Brasil, Uruguay, Paraguay y España.
En el informe elaborado por el Gobierno sobre Vicentín se indica que es la principal empresa en el negocio de molienda de oleaginosas del país ya que cuenta con una capacidad de 29.500 toneladas diarias, con ventas que rondan e incluso superan los u$s3 mil millones durante los últimos tres ejercicios, siendo el 85% proveniente de exportaciones.
Asimismo, es la mayor empresa de molienda de granos del país en términos de capacidad instalada. El volumen total que pasa por la empresa explica el 9% del total exportado de Argentina con 8,4 millones de toneladas. La molienda de oleaginosas representa un 85% de los ingresos de la compañía. El 15% restante se distribuye entre biocombustibles 7%, y otras actividades, entre ellas el trading de cereales, el 8%.
En los últimos años, declaró un incremento de hasta 42% en las ventas al exterior de granos, legumbres, harinas y aceites entre las campañas 2015/16 y 2018/19, según cifras del Ministerio de Agricultura.
“En un mercado particularmente concentrado como el de granos y aceites en el que las principales cuatro empresas exportadoras concentran el 48% de las ventas externas totales de Argentina mientras que las principales 10 representaron el 91% del total de negocios de exportación de granos y productos derivados de origen argentino durante la campaña 2018/19, la mitad de las firmas exportadoras pertenece a capitales extranjeros y la mitad a capitales nacionales (AGD, Vicentín, ACA y Molinos Agro), vendiendo estas últimas un total de 35 millones de toneladas de productos agroindustriales en la anterior campaña, un 36% del total de negocios de exportación agroindustrial realizados por el país en el período (Fuente MAGyP)”, señala el informe.
Del informe oficial, se puede observar que, al día de hoy, existe un total de 2.638 acreedores que esperan cobrar los créditos, préstamos y operaciones realizadas con la empresa por un monto cercano a los 100 mil millones de pesos. De ese total, $63.961 millones representan deudas con el sistema financiero local e internacional mientras que un 23% se encuentra acumulada en entidades financieras públicas y privadas argentinas.
El Banco Nación es el principal acreedor bancario local con un total de $18.182 millones (u$s350 millones en créditos), pero no es el único. La firma mantiene deudas por $1.814 millones con el Banco Provincia de Buenos Aires, por $752 millones con el Banco Hipotecario, $652 millones con Banco Macro, $508 millones con el Banco de Entre Ríos, $372 millones con el Banco de Santa Fe, $374 millones con el Itaú, $318 millones con el Ciudad y $313 millones con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Justamente, el endeudamiento con el Banco Nación, motivó una denuncia penal contra los directivos de la entidad financiera que la permitieron durante la gestión del presidente Mauricio Macri. Puntualmente, violó la reglamentación del banco.
Al mismo tiempo, la deuda de la empresa con acreedores financieros internacionales asciende a $30.153 millones. Más del 50% pertenece a International Finance Corporation con $ 16.504 millones, pero también figuran Netherlandese Financerings con $9.228 millones e ING Bank NV – Tokyo Branch con $ 4.420 millones.
Directa o indirectamente, Vicentín cuenta con cerca de seis mil trabajadores que se distribuyen principalmente entre 2.195 de la industria aceitera (1.283 a Vicentín SAIC, 806 a Renova SA, 58 a Renopack SA y 48 a Patagonia Bioenergía SA); 920 de la algodonera; 376 de la vitivinícola y 2.057 de la frigorífica.
Por último, debe agregarse que posee participación accionaria en 20 empresas.
>> EFECTOS POLÍTICOS
-El caso Vicentín reafirma la configuración del polo populista clásico que componen los tres peronismos en el gobierno y que se impuso en los comicios del año pasado. Ello, pese a que se trate de una medida económica nimia en comparación con las de procesos anteriores vividos en Argentina, como fueron los del Yrigoyenismo entre 1916 y 1930; el peronismo durante los dos primeros mandatos de Juan Domingo Perón (1945-1955); el radicalismo con Arturo Humberto Illia (1963-1966); y otra vez el peronismo con José Bel Gelbard como ministro de Economía a mediados de los ’70.
-La principal novedad es que facilita la reestructuración de un polo de centro-derecha, ordenado alrededor de la idea del anti-estatismo y con la convergencia de los productores agropecuarios y el bloque económico productor de bienes transables en la economía internacional. Esto es, el grupo más dinámico de la economía. Eso es lo que se expresó ayer a través de las expresiones públicas de dos de las entidades gremiales del campo y de los principales grupos empresarios industriales a través de la UIA. Sobre estos últimos, habrá que ver, en el transcurso de la crisis, cuál es la posición definitiva que terminan ocupando.
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