El 2023 aparece tan lejano como Marte. No por el almanaque, sino por la incertidumbre política y económica que se mete hasta en las uñas del país. En ese marco, el gobernador cordobés Juan Schiaretti y los radicales Facundo Manes y Gerardo Morales tratan de sacarle “agua a las piedras” y se mueven buscando conectores de energía que les den un mayor volumen para el día señalado. Porque siempre hay un día señalado.
Schiaretti es peronista “cordobés”, opositor al Frente de Todos, gobernador de la provincia más macrista de la Argentina y de uno de los cuatro distritos que produce mayor riqueza, pero que también con mayor pobreza. Puertas afuera de esta comarca de sierras, llanuras y salinas, lo conocen pocos argentinos. Ese hecho se traduce de modo natural en la intención de voto de un dígito que muestran las encuestas que lo miden (el informe de julio 2022, de Zuban, Córdoba y Asociados, le otorga 1,6% de voto seguro y 16% de voto probable. El 62,1% dice que nunca lo votaría). Es un dirigente con muy buena llegada a todas las terminales del poder económico y respetado por la clase política, pero falto de conocimiento popular. Esa cuestión surge como su principal condicionante.
Manes es un radical que no enlaza con ninguna de las categorías previas de su partido. Diputado nacional y neurocientífico, recorre el país con la promesa de terminar con la grieta apelando a un plan. Ofrece un futuro para armar. En la encuesta citada de Zuban, Córdoba y Asociados, es el único radical que se revela con capacidad de desafiar a Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri. Obtiene 9,9% de voto seguro y 28,2% de voto probable. Nunca lo votaría el 48,9%.
Morales también es radical, pero distinto de Manes. Es más clásico y mezcla el estilo de caudillo de provincia con el de un radical “socialdemócrata”. Al igual que Schiaretti, no consigue convertirse en un dirigente con aceptación popular fuera de su territorio y las encuestas lo mandan a la lista de los que no superan un dígito de intención de voto. Zuban, Córdoba y Asociados midieron 1,2% de voto seguro y 16,7% de voto probable. Los que nunca lo votarían llegan a un 67,6%.
A su vez, ese marco político se inserta en un escenario económico donde la inflación es muy elevada y carcome el poder político de los oficialismos que no pueden detener sus efectos de empeoramiento del nivel de vida de la población. Nada parece anticipar un cambio radical de esas condiciones. Es decir, el mejor escenario podría ser un poco mejor que el actual, pero sobre la misma base de limitaciones económicas y de expectativas. El peor, explotar en cualquier momento a partir de la fuerte presión de los mercados sobre el tipo de cambio. Si esto sucediera, sería una foto del 2001. Schiaretti, Manes y Morales se encuentran dentro de esa coctelera.
Durante los últimos meses, Schiaretti mantiene diálogo abierto con los dos radicales y promueve, en la provincia, la conformación de un polo radical disonante con Luis Juez y Rodrigo De Loredo. En ese sentido, resultó muy llamativa la declaración, hace una semana, de la intendenta de Juárez Celman, Miryan Prunotto respecto del Ente Metropolitano del Gran Córdoba y el intendente de Córdoba Capital, Martín Llaryora: “Desde el inicio de mi gobierno hace 10 años lucho por la conformación del Ente. Martín se lo puso al hombro y logró esta sinergia entre los intendentes. Gracias por tener esa visión de líder y armar los equipos para que se haga realidad”. Prunotto es además una de las impulsoras de Manes en Córdoba. Dicen puertas adentro de la Casa Radical que no es la única que tiene esa visión. “Muchos intendentes de la UCR no quieren a Luis Juez como candidato de JxC”, explica la fuente consultada por este medio para entender estos movimientos.
Que esa jugada corone es improbable. La fortaleza electoral y la sociedad política entre Juez y Rodrigo De Loredo es una fuente de calor muy elevada para ir a contramano. Coinciden las fuentes consultadas que en un “escenario normal” sólo sería posible que JxC se rompa en Córdoba si Mauricio Macri acuerda con Schiaretti en el marco de una jugada mayor, que nazca a partir de las debilidades de la oposición en el ámbito nacional. Es decir, que se repita lo de 2019. Habría que agregar que la otra posibilidad es en un escenario nuevo, donde la crisis económica se lleve puesto al sistema político y haya que reconstruir desde cero.
Entonces, si Schiaretti tiene bajas probabilidades nacionales, por qué una parte del PJ cordobés insiste en instalarlo como candidato a presidente y pone a Manes o Morales en la mira. El movimiento tiene varias aristas coinciden las fuentes del PJ consultadas. Una de ellas, es que “hay una creencia de que el Gringo puede llegar, que es un dirigente a medida para escapar de los extremos y los factores de poder confían en él. El resto se puede construir”. También sostienen que “le sirve para ensanchar la espalda política” y mientras “en el peronismo nacional todos se pelean, el aparece como un peronista distinto y acuerdista, con capacidad de unir”. Y las últimas, son explicaciones internas: “Para que no se lo coman los candidatos a gobernador del PJ, necesita proyectarse a algo mayor y que haya una razón de tanto peso como la elección local para seguir con él como capitán del barco”; y para “debilitar a JxC con la posibilidad de un acuerdo con la UCR, más allá de que se concrete o no”.
Una clave del comicio provincial en 2023 pasa porque el perfil opositor se desdibuje. Otra, que aparezcan otras ofertas electorales. “A Juan le sirve que Juez y De Loredo no se junten o pierdan energía y discurso intentando atajar a la tropa. Además es muy importante que surjan opciones que le disputen el electorado a JxC, como Aurelio García Elorrio o candidatos de (Javier) Milei o radicales y macristas díscolos”, cuenta un dirigente del PJ de la Capital. Dicho de otro modo, para ganar hay que saber sumar y también hacer que del otro lado haya restas.
¿Manes y Morales pueden impulsar una confluencia con Schiaretti?, le preguntó este medio a una fuente nacional de la UCR. “No es el plan de ninguno de los dos”, respondió tajante. Y luego explicó: “Las fotos le sirven a todos. Hay que conseguir visibilidad, mostrar capacidad de diálogo, abrir debates, pensar en el día después de las elecciones del año que viene. Argentina debe superar las grietas… Por eso, estos encuentros le sirven a Schiaretti y nos sirven a nosotros. La idea es dialogar con todos los que se pueda, los socialistas de Santa Fe; el intendente de Rosario, Pablo Javkin; Schiaretti en Córdoba. Mostrar que es posible arribar a acuerdos más allá del Pro. Pero no hay futuro político y electoral para la UCR sin el Pro, sin (Mauricio) Macri o sin la Coalición Cívica. Nuestro lugar es ese. Lo mismo le pasa a Macri, a Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich. Nosotros estamos en todo el país. Y, en particular, Facundo (Manes) y el espacio que abre, condicionan una derechización de JxC. Facundo creciendo le cierra el paso a los Milei. También, tiene la virtud de potenciar la construcción de gobernabilidad frente a un eventual triunfo en 2023”.
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