(Por Pablo Tissera *). El pasado jueves el pueblo argentino vivió uno de los hechos más aberrantes de nuestra historia después del retorno de la democracia, el intento de asesinato de nuestra vicepresidenta Cristina Fernández. Ahora bien, me pregunto ¿quiénes son los responsables intelectuales de tan tremendo hecho? Más allá del autor material que ya lo conocemos todos y todas. ¿Y cómo hacemos las y los argentinos para que la paz y la democracia no peligren en nuestro país?
EL ROL DE LA DERECHA
La derecha es esa que tiene a su servicio a los medios masivos de comunicación, como formadores de opinión y generadores de violencia, es esa que naturaliza el traspaso de los límites de la convivencia ciudadana construyendo como sentido común el odio hacia la política, él “no te metas”, el “sálvese quien pueda”, la “meritocracia”, la corrupción como sinónimo de política, y la desigualdad social como algo natural e imposible de cambiar.
La derecha es esa a la cual le responde el mismísimo Poder Judicial, también conocido como el partido judicial que “lawfare” mediante persigue políticamente y condena socialmente a los enemigos del poder, que dicho sea de paso esos siempre serán los amigxs del pueblo. Es esa que juzga y culpabiliza previamente a un juicio sin respetar la presunción de inocencia.
La derecha es esa que está representada por aquella oposición política que alimenta y profundiza todo el tiempo la llamada grieta reproduciendo odio por doquier. Es esa que dice “son ellos o nosotros”, esa que pide la “pena de muerte” a la vicepresidenta. Es esa con perfil antidemocrático, antipopular y represivo, esa que viene por todo.
La derecha es esa sostenida y alimentada por unos pocos, pero grandes grupos concentrados de la economía, sectores especulativos y también productivos de los más poderosos de Argentina y el mundo, siempre en desmedro de la economía social, solidaria, popular y pyme, de las y los trabajadores en su conjunto. Es esa que constantemente puja por quedarse con la mayor parte de la torta del crecimiento de nuestro país dejando las migajas al pueblo trabajador.
Esa derecha voraz y sin escrúpulos es la responsable del intento de magnicidio a nuestra vicepresidenta Cristina Fernández.
¿QUÉ HACEMOS ENTONCES?
Hoy más que nunca debemos bregar por la unidad del campo nacional y popular, por la organización desde cada territorio, por la movilización en las calles en defensa de la democracia como lo ha sido este viernes de feriado nacional decretado por nuestro presidente Alberto Fernández.
Hoy más que nunca debemos decir basta, hasta aquí llegamos, exijamos un freno a los aparatos ideológicos del poder en un principio a los medios masivos, al Poder Judicial y a la oposición política, como así también a sus mentores y aquellos y aquellas que fogonean todo el tiempo el enfrentamiento y la violencia, aquellos y aquellas que reproducen la posverdad. Legislemos, sancionemos, encarcelemos, condicionemos, porque si no lo hacemos será muy difícil construir una sociedad libre, igualitaria, sorora, fraterna y solidaria.
Nos movilicemos, ganemos las calles para exigir la creación, promoción y recuperación de los aparatos ideológicos del y para el pueblo, esos alternativos, esos que quedaron en manos de unos pocos, esos en los que podemos difundir ideas desde el amor y la paz, de forma tal que nos permita dar la batalla cultural en mejores condiciones.
Así vendrá, proyecto político nacional y popular mediante, la tan ansiada independencia política, justicia social y soberanía política.
No veo otro camino para construir una sociedad donde no peligre la democracia, más bien donde se profundice bajo un mayor protagonismo popular y ciudadano cuyo fin sea el bienestar común.
* Pablo Tissera, dirigente cooperativista y secretario General del PSol Córdoba.
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