El presidente Javier Milei afirmó este domingo que “ningún gobierno ha recibido una herencia peor” que la que su administración recibe, advirtió que “no existe una solución viable si no se ataca el déficit fiscal” y ratificó que el programa económico que se pondrá en marcha será de “shock”, en su primer discurso como jefe de Estado. En esa línea, dijo que el déficit del Tesoro es del 5% del PBI y el valor de las Leliqs equivale al 10% del PBI. Pese al planteo de “shock”, afirmó que la inflación puede demorar entre 18 y 24 meses en reducirse. “No hay alternativa y eso impacta negativamente sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, y la cantidad de pobres”, precisó.
Los detalles de la organización del gabinete y los primeros lineamientos de la acción del nuevo gobierno serán revelados mañana en una conferencia de prensa que brindará el vocero presidencial Manuel Adorni.
Este mediodía, en un discurso que se extendió por espacio de algo más de 30 minutos, Milei consideró que el resultado de las últimas elecciones presidenciales marcaron “un punto de quiebre de nuestra historia” y subrayó que “ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”.
Al respecto, sostuvo que “el kirchnerismo desde sus inicios, se jactaba de tener superávit gemelos, esto es superávit fiscal y externo, y hoy nos deja déficit gemelos por 15% del PBI, y a su vez, de esos 15 puntos del PBI, 15 puntos corresponden al déficit consolidado entre el Tesoro y el Banco Central, por lo tanto, no existe solución viable en la que se evite atacar al déficit fiscal”.
También señaló que “de esos 15 puntos del déficit fiscal, 5 corresponden al Tesoro Nacional y 10 al Banco Central, por lo que la solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI, que a diferencia del pasado, caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”.
Por otro lado, se refirió al cepo cambiario, y expresó que se trata de “otra herencia de este gobierno que constituye una pesadilla social y productiva por lo que implica altas tasas de interés, bajo nivel de actividad, escaso nivel de empleo formal y salarios reales miserables que impulsan el aumento de pobres e indigentes”.
En su primer mensaje como Presidente, en el que empleó la mayor parte del mismo para referirse a “la herencia recibida, Milei repitió en seis oportunidades que “no hay solución alternativa al ajuste”.
“La solución implica un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI, que caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”, subrayó el flamante jefe del Estado.
En esa línea, reiteró que “no pueden quedar dudas de que la única posición posible es el ajuste, un ajuste ordenado y que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado. Sabemos que será duro”, enfatizó.
En el mismo sentido, sostuvo que “tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo” y argumentó que “desde un punto de vista empírico, todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los programas de shock, salvo el de 1959, fueron exitosos”, frente a lo que agregó que además, “si un país carece de reputación, como lamentablemente es el caso de Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal”, además de que “para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento. Y lamentablemente, no hay plata”, completó.
“No hay alternativa al shock y eso impacta negativamente sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, y la cantidad de pobres”, anunció.
Como ya lo hizo días pasados durante un contacto con la prensa, Milei repitió que a causa de la herencia recibida “habrá estanflación”, algo que “no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años en donde el PBI per cápita ha caído 15% en un contexto donde acumulamos 5.000% de inflación”.
“Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”, prometió, tras volver a calificar a la situación argentina como “crítica y de emergencia”.
Frente a este cuadro de situación, el presidente también advirtió nuevamente sobre la posibilidad de alcanzar una hiperinflación, definición con la que intenta justificar el fuerte ajuste fiscal y monetario.
“El sobrante de dinero en la economía hoy es el doble que había en la previa del Rodrigazo, y el Rodrigazo multiplicó por 6 veces la tasa de inflación, por lo que un evento similar significaría multiplicar la tasa de inflación por 12 veces y dado que la misma viene a un ritmo del 300%, podríamos pasar a una tasa anual de 3.600%”, alertó.
Tras lo cual agregó que “dada la situación de los pasivos remunerados del Banco Central, la cual es peor que la que había en la previa de la hiperinflación de (Raúl) Alfonsín, en muy poco tiempo se podría llegar a una inflación a niveles del 15.000% anual”.
Esas proyecciones son propias del presidente y no tienen ningún sustento en otras publicaciones económicas. Tampoco en las estadísticas oficiales que brinda el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). El último dato del IPC oficial es de 8,4% en octubre. Por otra parte, esta semana, la Dirección de Estadística y Censo de Córdoba informó de una inflación en noviembre de 12,9%, lo que podría proyectar una cifra anual de alrededor de 160%.
Tras realizar estas advertencias, Milei enfatizó que su gobierno va “a luchar con uñas y dientes para erradicarla” y evitar que el país pueda caer en esa situación.
“Este número que parece un disparate, implica una inflación del 52% mensual, mientras que hoy viaja ya a un ritmo, de acuerdo a estimaciones privadas, que oscila entre el 20% y el 40% mensual para los meses entre diciembre a febrero”, describió.
“El gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90% y la indigencia por encima del 50%”, remarcó.
Frente a esto, Milei volvió a repetir que “no hay solución alternativa al ajuste”.
En otro tramo de su discurso, resaltó que “es necesario limpiar los pasivos remunerados del Banco Central que son responsables de los 10 puntos de déficit del mismo. De esta manera se pondría fin a la emisión de dinero y con ello a la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos”.
El flamante Presidente se refirió de esta forma al stock de Leliqs y Pases Pasivos, que suman en total alrededor de $22,5 billones. “Dado que la política monetaria actúa con un rezago que oscila de 18 a 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente de haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente”, enfatizó. Dijo que este tipo de decisión “no es gratis” y que “lo vamos a pagar en inflación”.
También señaló que “las deudas por importadores superan los 30.000 millones de dólares y las utilidades retenidas a las empresas extranjeras alcanzan los 10.000 millones de dólares”, en tanto que “la deuda del Banco Central e YPF suman 25.000 millones de dólares y la deuda del Tesoro pendiente suma unos 35.000 millones de dólares adicionales”.
“La bomba en términos de deuda asciende a 100.000 millones de dólares que habrá que sumar a los cerca de 420.000 millones de dólares de deuda ya existentes, y a estos problemas hay que sumarles también los vencimientos de deuda de este año, donde los vencimientos de deudas en pesos son equivalentes a 90.000 millones de dólares y 25.000 millones de dólares en monedas extranjeras por organismos multilaterales de crédito”, completó Milei.
De cara al corto plazo, el presidente dijo que “el rollover de deudas es por demás desafiante” para la nueva administración, “con mercados financieros cerrados y el acuerdo con el FMI caído por los brutales incumplimientos del gobierno saliente”.
Por otro lado, refirió que todo esto “transcurre en una economía que no crece desde el año 2011” y destacó que “el empleo formal en el sector privado se mantiene estancado en 6 millones de puestos de trabajo, y ha sido superado en un 33% por el empleo informal”.
“No debería sorprender a nadie que los salarios reales se hayan destruido, ubicado en torno a los 300 dólares mensuales, los cuales no solo son 6 veces inferiores a los de la Convertibilidad, sino que de haberse mantenido la tendencia de aquellos años, o como lo decían ellos, el maldito neoliberalismo, hoy oscilarían entre 3.000 y 3.500 dólares por mes”, afirmó. Este dato, también es incontrastable con mediciones de algún rigor por parte de algún organismo o estudio económico, ya que la Convertibilidad estalló en 2001, sumiendo al país en una profunda crisis económica y política.
Finalmente, sostuvo que “luego de dicho cuadro de situación, que a todas luces parece irremontable, debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste”.
Sin embargo, contrapuso que “luego del reacomodamiento macro que vamos a impulsar, el cual será menos doloroso cuanto mayor sea la caída de riesgo país y cuanto mejor sea nuestra contención desde el Ministerio de Capital Humano, la situación comenzará a mejorar y habrá luz al final del camino”.
A modo de cierre del capítulo económico citó a Julio Argentino Roca al expresar que “nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.
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