En busca de nuevos desafíos y la posibilidad de seguir creciendo como jugador, el joven Mateo Chiarini decidió dejar Atenas, luego de siete años, y firmar con Instituto para la temporada 2020/2021. Con solo 21 años, pero con la experiencia de cuatro ligas en sus espaldas, el escolta cordobés llega para reforzar el perímetro de un equipo que aspira al campeonato.
“Sentí la necesidad de cambiar. Elegí Instituto porque es un club que viene siendo protagonista de la liga en las últimas ediciones, está clasificado para jugar Champions este año, está armando un equipo con muy buenos nombres y tiene ambiciones de pelear bien arriba en las competencias que va a participar”, cuenta Chiarini en un mano a mano con Enredacción.
El interés de Sebastián Ginóbili y la gestión de Juan Manuel Cavagliatto para negociar su salida, fueron dos factores que terminaron de convencer al jugador cordobés. En la mesa tenía varias ofertas de clubes importantes, y tuvo que descartar un interés del exterior porque no consiguió el pasaporte.
“En un primer momento, mi primera opción era irme a jugar a España, tenía la oferta de un club de Leb Oro (segunda división). Lamentablemente se terminó cayendo porque no me salió el pasaporte (italiano) a tiempo. Una vez descartada esa opción, aparecieron tres ofertas de equipos importantes de la liga, uno de ellos Instituto”, explica.
La decisión tiene un motivo claro, “me gusta el proyecto, Instituto ha sido protagonista los últimos años, vienen haciendo las cosas muy bien, armaron un gran equipo y tienen un gran entrenador. Va a ser lindo y espero que podamos cumplir con las expectativas”.
El equipo del “Sepo” quedó casi cocinado para la próxima temporada (que continúa sin fecha de inicio), con seis fichas mayores de las ocho disponibles: Santiago Scala, Pablo Bertone, Mateo Chiarini (U23), Martín Cuello, Pablo Espinoza, Ignacio Alessio y Gonzalo Torres. Además de los juveniles comandados por Lucas Reyes y Enzo Rupcic.
“Con Sepo todavía no hablé específicamente de mi rol, quiere que seamos un equipo que sea protagonista y salga a ganar en todas las canchas que juegue. Si me necesita de base lo haré, y si no jugaré de escolta, no tengo problema con eso. Lo que me dijo fue que puedo llegar a ser una pieza importante, ellos eran un equipo duro y con mi fichaje podía ser todavía un poco más”, suma el cordobés surgido de Unión Electrica.
Por su parte, las expectativas en esta nueva etapa son claras para Chiarini. “Principalmente quiero que juguemos buen básquet y logremos entendernos como equipo, en lo individual quiero mejorar varios aspectos tanto defensivos como ofensivos para potenciar mi juego, y creo que es el lugar indicado para hacerlo”.
ADN GLORIOSO
Chiarini es un apellido conocido en Alta Córdoba. Uno de los mejores arqueros de las últimas décadas en el club fue Julio Chiarini, quien justamente tiene un parentezco con el nuevo refuerzo del básquet: Mateo. Con el ADN albirrojo desde que era un niño, el ex Atenas se sincera y dice que “desde siempre voy a ver fútbol. Me acuerdo de miles de partidos hermosos, tanto en cancha de Instituto como en el Kempes”.
“La temporada de Paulo Dybala fue algo extraordinario, la vivimos de una manera tremenda los hinchas de Instituto. Me acuerdo de haber estado en el Kempes en un partido contra Rosario Central, a cancha llena, ganar 3 a 0. Goles del “Sapito” Encina, Dybala y creo que del “Tano” Gagliardi de cabeza. Ese fue un partido tremendo, que lo disfrutamos mucho”, suma.
A la hora de elegir el jugador que más disfrutó, no duda: “Creo que Dybala no solo por lo que es hoy, sino por lo que hizo con 18 años usando la 9 de Instituto esa temporada, fue una locura. Otros jugadores que también me han gustado son Ezequiel Videla, que terminó siendo campeón con Racing; Wanchope Ávila, que es un ídolo máximo; y la “Bruja” Vismara, que me gustaba mucho también”.
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