Mauricio Macri cerrará su campaña rumbo a las PASO, el miércoles 7 en la Plaza de la Música. Será su 21° visita a la provincia desde que es presidente. Alberto Fernández lo hará al día siguiente, en FORJA o el estadio Orfeo. Será el cuarto desembarco en Córdoba desde que fue ungido candidato del Frente de Todos.
Córdoba se convirtió en un distrito clave para resolver las PASO, tanto por el valor simbólico en la victoria del presidente en 2015 y 2017, como por su peso real. Ningún encuestador previó una victoria opositora en Córdoba, pero en general, todos observaron un crecimiento del Frente de Todos. De cuánto será ese salto del peronismo, es el punto en discusión, pero está claro que cada punto ganado aquí puede ser clave para acercarse al 45 por ciento que garantiza al primero, un triunfo sin necesidad de ballotage en el comicio de octubre. Al revés, lo que el presidente agregue a su cosecha aquí, le permitirá aproximarse a la segunda vuelta, si es que se respetan los lugares que marcan todas las mediciones: primero los Fernández, segundos Macri-Pichetto.
Dicho de otro modo: si Córdoba se expresa como mostraron los distintos sondeos, las posibilidades de que el frente peronista se imponga en las PASO serán mayores, porque se observará un crecimiento muy importante respecto de la misma instancia de 2015. Este es un distrito muy adverso para el peronismo nacional, por lo que una elección que se acerque al tercio de los sufragios pondrá en jaque la estrategia del gurú Jaime Durán Barba en el escenario general. Mientras que a más lejos de ese valor, mayores serán las posibilidades del oficialismo nacional de llegar con posibilidades a la definición de la primera o segunda vuelta.
Las PASO tendrán, por cierto, una elevada polarización, que todos los observadores señalan que tendrá el papel de una virtual primera vuelta, dado que la confrontación entre los dos grandes bloques político-electorales se da desde ahora. Las hipótesis, en este contexto son variadas, y cada una se estructura a partir de la diferencia entre las dos fórmulas principales, si los Fernández superan o no los 45 puntos porcentuales, y cuál será el desempeño de dos candidatos importantes para el horizonte de un eventual ballotage: Roberto Lavagna y José Luis Espert. Se presume, que la mayoría de ese voto, es por desencanto de Macri, por lo que eventualmente, en caso de una segunda vuelta, podrían volver al cauce original. En ese supuesto, a más grande sea esa porción, más posibilidades tendría el presidente de pelear con éxito por su reelección. A la inversa, podría ser un certificado de defunción política por adelantado.
Pero hay un factor adicional, casi fundamental que emerge de las PASO: cómo responderán los mercados frente a una victoria de los Fernández y una derrota de Macri. Esa situación contextual puede definir también la suerte de la elección de octubre. Las variables que entrarán en juego a partir del 12 de agosto, serán el precio del dólar, la inflación y la negociación de la deuda contraída con el FMI. La sola paridad es una cuestión que enerva al poder financiero.
Córdoba tiene un componente adicional: Alberto Fernández necesita asfaltar el camino a las elecciones de octubre. Córdoba ha sido el distrito más permeable al discurso anti-peronista y anti-kirchnerista. Desactivar esa bomba es lo que le daría mayores posibilidades en toda la Pampa Húmeda, no sólo en la provincia.
Sin embargo, están quiénes dicen que si el peronismo no gana por Ko. las PASO de este domingo, le será muy difícil derrotar a Macri en octubre. ¿Qué es ganar por Ko? Acercarse a 45 puntos porcentuales o lograrlos; o sacar 10% de diferencia. De ahí vendría la esforzada acción de unos y otros, ya sea por lograrlo o por evitarlo. En esa idea, la diferencia que arroje Córdoba sería determinante. Por eso, Fernández, que iba a cerrar la campaña en Rosario, eligió hacer un acto más en Córdoba. La pelea, es casa por casa.
