Liliana Contreras, una maestra jardinera de 60 años, fue detenida, acusada de liderar una banda que utilizaba un dron para ingresar cocaína y marihuana en la cárcel de Cruz del Eje, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF).
La detención de la mujer se sumó a otros dos sospechosos que habían sido apresados la semana pasada, uno de los cuales se fugó 24 horas más tarde de la comisaría en la que había sido alojado, en Cruz del Eje, por lo que la policía aún intenta encontrarlo.
El director general de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), Mario Simbrón, dijo a la prensa que la banda “ingresaba drogas con drones desde hace mucho tiempo, al menos desde hace tres meses” hacia el interior de la Unidad Penitenciaria 2 “Adjutor Andrés Abregú” de Cruz del Eje, ubicada en el departamento homónimo, en el noreste cordobés.
El funcionario policial detalló que la mujer comenzó a ser investigada desde hace varios meses, a partir de las llamadas anónimas que ingresaban a una línea telefónica gratuita habilitada para que se aportaran datos relacionados con la actividad narco.
La mujer fue detenida cuando transitaba en las cercanías de su vivienda, en el barrio Parque de la localidad de La Cumbre, del departamento Punilla, y entre sus pertenencias se secuestró un revólver 38 especial largo, proyectiles, dinero en efectivo y un automóvil.
Simbrón afirmo que la mujer “se encuentra directamente relacionada a las detenciones realizadas la semana pasada”, al referirse al fugado Javier Frede (36) y otro hombre de 27 años que permanece alojado en una dependencia policial de Cruz del Eje.
Asimismo, dijo que de la investigación preliminar surge que la docente “proveía las sustancias a estos sujetos, para que luego lo ingresaran a la cárcel de Cruz de Eje utilizando un dron”.
La maestra jardinera, imputada por el delito de comercialización de estupefacientes, estaba cumpliendo sus funciones como tal en la escuela González Elizalde, en el barrio Argentino de La Cumbre, y paralelamente se encargaba de la “organización y logística de los negocios del narcomenudeo”, sostuvo la fuente policial.
También manifestó que la docente “tiene un hijo detenido en el penal, que se encuentra alojado en una de las celdas allanadas” la semana pasada, por lo que estimó que la mujer “podría tener vínculos” narcos con su hijo y con otros internos.
Además, hay al menos cinco personas identificadas como sospechosas de pertenecer a esa red de narcomenudeo, adelantó el funcionario de la FPA, organismo que tuvo a cargo las tres detenciones concretadas hasta el momento bajo la supervisión del fiscal de Instrucción Móvil de Lucha Contra el Narcotráfico, Raúl Ramírez.
La docente detenida también se desempeñó como concejal en el Concejo Deliberante de La Cumbre entre 2003 y 2007.
La investigación se había iniciado seis meses atrás y fue guiada por llamados de vecinos de la región a la línea 0800-888-8080, perteneciente al Centro de Denuncias Anónimas.
El 29 de diciembre último la investigación había derivado en cuatro operativos de allanamientos en domicilios particulares y en dos celdas de la unidad carcelaria de Cruz del Eje, que resultó en el secuestro de 612 dosis de marihuana, una balanza digital, dinero, un dron y elementos relacionados al fraccionamiento de sustancias ilícitas, agregaron los voceros.
En esos procedimiento fueron detenidas dos personas que, según la principal hipótesis de los pesquisas, estaban a cargo del manejo del dron que sobrevolaba el patio interno del penal para introducir las drogas que se tiraban desde el aire en el lugar previamente acordado con los que los comercializaban en esa comunidad carcelaria.
Según Simbrón, la organización realizaba sus maniobras generalmente en “horario nocturno” y las entregas las hacían “por partes”.
“Es la primera causa en la que se utilizan drones para el traslado de estupefacientes. Es una modalidad nueva”, afirmó el funcionario, quien detalló que la droga era tanto para “consumo” como para “comercializar” dentro de la cárcel.
Por su parte, Frede escapó poco después de su detención por los techos del penal al aprovechar la celda abierta en un horario asignado para el esparcimiento, por lo que además de responder por la ‘distribución de estupefacientes’ se le suma la acusación de “evasión dolosa”.
Por otro lado, se abrió una investigación en contra de dos efectivos carcelarios que tenían a cargo la seguridad de los presos, quienes aparentemente no estaban en sus puestos de vigilancia al momento del escape y se los acusa de “facilitación de fuga culposa”.
> Con Información de TÉLAM.
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