Siempre pasa, pero no por eso deja de ser emotivo y conmover. Ayer, Martín Demichelis lloró apenas intentó decirlo. Todo el planeta futbol sintió lo mismo que el jugador de 36 años que anunciaba su despedida. Michu jugó apenas dos temporadas en Argentina desde que debutó frente a Estudiantes de La Plata el 2 de septiembre de 2001, pero le alcanzó para ser campeón con River en el Clausura 2002 -dirigido por Ramón Díaz- y el Clausura 2003 -con el chileno Manuel Pellegrini como DT-. Todo el mundo supo de entrada que iba a durar poco en el país.
Un dos a la vieja usanza, fuerte, atlético, seguro en el uno contra uno, virtuoso en el juego aéreo, de fuerte personalidad, pero con algunas limitaciones en el manejo de la pelota, hizo historia en el Bayern Munich -donde conquistó 11 títulos- y en el Manchester City -con 3 campeonatos más, el último, la Copa de la Liga, en el 2015/2016-. Dieciseis títulos en total.
Jugó dos mundiales, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 y varias copas América con la selección nacional. Justamente se va del futbol sin haber conquistado un campeonato con la selección, pese a ser parte de dos generaciones brillantes (la de Riquelme, Aimar, D’Alessandro, por un lado, y la de Mascherano, Messi, Agüero y compañía, por el otro, que todavía tiene un tiro más para salir de la sequía).
Ayer ingresó decidido a la sala de prensa de “La Rosaleda”, el estadio del Málaga F.C, y la compostura le duró casi un suspiro. Entre lágrimas dijo que el próximo fin de semana disputará su último partido como profesional, cuando su equipo enfrente al Real Madrid. “Tenía que ser honesto conmigo mismo y debo decir que he perdido la fuerza en las piernas y la concentración”, aseguró.
Demichelis, uno de los defensores más destacados de la Selección argentina en las últimas dos décadas, realizó su declaración durante una conferencia de prensa en la que también recordó a River, el club donde inició su carrera profesional pero donde no pudo retornar.
“Tenía que ser honesto conmigo mismo, con el equipo, con el míster y, por supuesto, con la profesión que me lo ha dado todo y por eso decido dejar el fútbol”, alcanzó a decir.
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Con esas palabras, admitió que, de a poco, el fútbol estaba retirándolo a él y necesitaba adelantarse a esa situación, después de haber sufrido varias complicaciones físicas que hicieron mermar su rendimiento las últimas temporadas.
“Había dos equipos en los que soñaba retirarme. Uno era River Plate y otro el Málaga, así que he cumplido mi último sueño como profesional”, agregó.
EL ABRAZO CON SUS COMPAÑEROS DEL MALAGA.
La despedida será el próximo domingo, nada más ni nada menos que ante el Real Madrid, uno de los grandes equipos del futbol mundial y puntero de la Liga de España junto al Barcelona.
“Tengo mucho que agradecer. A los clubes donde me formé, a mi querido River, del cual seré siempre hincha y donde me dieron la oportunidad de convertirme en profesional. También a Bayern Múnich, donde pasé ocho años compitiendo con los mejores y, por supuesto al Málaga, ya que viví una primera etapa en la que conseguí los mayores títulos de mi carrera, a pesar de que no estuvieron remunerados con título”.
A su primera etapa en el Málaga, llegó desde el Bayern alemán, donde en 2010 fue subcampeón de la Champions League. Allí estuvo tres temporadas y fue parte de una campaña histórica del club andaluz. Fue uno de los pilares del equipo dirigido por Manuel Pellegrini -a quien considera uno de los mejores técnicos del mundo- que llegó a los cuartos de final de la Champions. Quizá su última gran actuación fue en el Mundial de Brasil, donde empezó como suplente y terminó afianzado como titular en el esquema de Alejandro Sabella. A partir de allí, distintas lesiones fueron mermando su juego.
Demichelis también vistió las camisetas del Atlético de Madrid, Manchester City de Inglaterra y Espanyol de Barcelona. La decisión de retirarse, según reveló, la venía pensando desde que llegó al club catalán, a comienzos de la actual temporada, donde jugó muy poco antes de tener su segundo ciclo en Málaga donde ahora le puso punto final a su carrera.
“Aquí llegó el final porque reconozco que perdí la fuerza en las piernas y el poder de concentración. Debo decir gracias al fútbol y a partir de ahora seré un hincha más de esta institución que me dio muchos éxitos y, además, dos hijas andaluzas y malagueñas”, apuntó.
Sobre el final llegó el momento más emotivo, ya que se refirió al que fue su agente, Jorge Cyterszpiler, fallecido la pasada semana. “Hoy hubiese estado aquí y hace siete días decidió, por diferentes motivos, quitarse la vida. Él me introdujo en el profesionalismo y me acompañó durante 20 años”.
“Michu” nació el 20 de diciembre de 1980 en Justiniano Posse, en la provincia de Córdoba. Empezó a jugar al futbol en Complejo Deportivo Teniente Origone. De su pueblo partió a Renato Cesarini en Rosario y desde allí desembarcó en River. Casado con la modelo Evangelina Anderson, es padre de un varón y dos mujeres. Dicen que no deja de acordarse el día en que todo el pueblo lo recibió en las calles al regresar de Brasil, donde había sido subcampeón mundial. Como sucede cada vez que un hijo pródigo conquista la gloria en nombre de todos, el paseo en la autobomba para que todos puedan verlo y saludarlo termina siendo una imagen simple, pueblerina e imborrable.
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