Las tareas de reparación de la central nuclear Atucha II, cuya operación está detenida desde octubre por un inconveniente mecánico, comenzarán a mediados de junio luego que la empresa Nucleoeléctrica Argentina completó el diseño y fabricación del herramental necesario para la tarea, con lo cual el reactor podría estar nuevamente aportando electricidad al sistema en julio.
Para el operativo de reparación se afectarán unas 200 personas que trabajarán en el interior de la central durante dos semanas, con un presupuesto estimado en casi US$ 20 millones, explicaron las autoridades de Nucleoeléctrica durante una visita de la que participó Télam en el complejo nuclear del partido bonaerense de Lima, en ocasión del alistamiento de los equipos a utilizar en la obra.
Se trata de una falla mecánica que consistió en el desprendimiento de uno de los cuatro soportes internos que se alojó en el fondo del tanque del reactor, lo cual no implica riesgos para la seguridad de las personas o el ambiente, detectada durante las inspecciones de rutina realizadas en octubre del año pasado, lo que motivó la detención del rector de manera preventiva para evitar incidentes mayores.
El presidente de Nucleoeléctrica Argentina, José Luis Antúnez, explicó que “el inconveniente es muy simple y en circunstancias normales se hubiera reparado en dos semanas. El problema es que se produjo en el fondo del reactor de la central, el lugar de más difícil acceso por su distancia, por la dificultad de llegar y además porque hay que realizarlo bajo agua”.
Esta situación demandó analizar las distintas alternativas posibles, a partir de lo cual se creó un equipo interdisciplinario con personal de la empresa, y mediante estudios mecánicos, hidráulicos y el análisis de documental, se realizó un diagnóstico de la situación y la recomendación de realizar la extracción de la pieza que resultaría menos costosa y rápida.
El equipo comenzó a trabajar en el uso de métodos de ingeniería de última generación para la implementación de herramientas robóticas y tecnológicas que permitan optimizar los tiempos de reparación, con el fin de volver al servicio tan pronto como sea posible, ya que desde la identificación del desperfecto en octubre, la planta se mantiene en parada.
Antúnez aclaró que el episodio “en cierto sentido afectó el funcionamiento normal y gracias a eso nos dimos cuenta por qué produjo una suba de temperatura local, pero la reparación se debe realizar porque no se puede tolerar una pieza de 15 kilos de peso suelta en el fondo del reactor. Probablemente no se mueva en los 60 años que le quedan de vida útil a la central, pero no es así como trabaja la industria”.
Si hay una pieza que se puede desplazar en el reactor, hay que sacarla, fijarla o llevársela. Así que estudiamos el tema y decidimos ingresar al reactor haciendo lo que en términos médicos sería una laparoscopia. Ingresar con herramientas muy especiales para hacer una intervención a distancia”, detalló el funcionario que es uno de los mayores referentes de la industria nuclear en la Argentina.
Debido a que el soporte desprendido se encuentra a 14 metros de profundidad dentro del reactor, fue necesario el diseño de herramientas que se adapten a estas condiciones, por lo que se requirió la intervención de múltiples sectores de la empresa para diseñar todas las herramientas necesarias para realizar el procedimiento.
Entre el equipo fabricado por proveedores nacionales, se encuentran la herramienta de corte, base de corte, herramienta de sujeción, pinza de agarre, el diseño de un canasto para colocar la pieza y extraerla, además del diseño de una herramienta de iluminación y visión para poder monitorear la maniobra.
Por otra parte, también fue necesario desarrollar una herramienta y un método de soldadura bajo presión para soldar preventivamente los tres separadores restantes que no se desprendieron.
Con el herramental ya disponible en el Complejo de Atucha, y por tratarse de equipos nunca antes utilizados para una operación similar, se decidió el diseño e instalación de un modelo a escala real (mockup) y el comienzo del entrenamiento mediante el ensayos con los operadores para probarlo en una situación lo más similar a lo que se encontrará en el reactor.
Para este fin, se reacondicionó el recipiente utilizado en la reparación de la Central Nuclear Atucha I de 1988, y además, se fabricaron todos los elementos internos a escala 1:1 y colocadas dentro de este recipiente y se diseñó una cámara hiperbárica para probar el esquema de soldadura de los separadores.
La Autoridad Regulatoria Nuclear se encuentra terminando la revisión y aprobación de todos los diseños y maniobras propuestas por la empresa para realizar la reparación mientras se realizan las pruebas de entrenamiento en el mockup que demandarán entre tres y cuatro semanas.
Una vez concluido el entrenamiento se pasará al reactor para su intervención y la extracción del componente suelto, lo que demandará otras dos semanas de trabajos, tras lo cual Atucha II volverá a generar energía eléctrica durante julio para atender la demanda del sistema eléctrico..
La Central Nuclear Atucha II comenzó a suministrar energía el 27 de junio de 2014, luego de que en 2006 se retomara la construcción paralizada en 1994 por cuestiones presupuestarias.
El reactor ofrece una potencia de 745 Mw y, como las otras dos centrales con que cuenta el país que son Embalse y Atucha I, utiliza como combustible uranio natural y agua pesada como moderador y refrigerante.
> Por Ignacio Ortiz / Con información de TÉLAM.
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