Un furgón de traslado del Servicio Penitenciario de Córdoba se incendió cuando realizaba un recorrido por la ruta 36, desde la ciudad de Córdoba hacia el Complejo Penitenciario de Bouwer.
Según detallan fuentes de esa institución, a poco de traspasar el peaje sobre esa ruta, el vehículo se prendió fuego en pocos segundos sin que se conocieran las causas del episodio.
Se trataba del móvil 142, un Renault Master matrícula GMR531 en el que eran trasladados dos internos y una interna. Los acompañaban dos empleados penitenciarios.
No hay detalles sobre los motivos del siniestro, pero providencialmente los cinco ocupantes salvaron sus vidas al ser asistidos por otro móvil penitenciario del grupo GOTP, que de forma circunstancial circulaba por la misma ruta 36.
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Esa asistencia oportuna permitió liberar del interior a los tres internos (que de otra forma no hubieran podido salir por sus propios medios) y asistir a los penitenciarios, sin que hubiera heridos.
Dos empleados de la institución fueron llevados preventivamente a la Clínica Vélez Sársfield, ya que estuvieron trabajando para sofocar el fuego y se vieron finalmente afectados.
“Realmente tenemos un Dios aparte”, se resignó el empleado que había brindado los detalles a EnRedacción, en relación al mal estado de los móviles en los que trabajan cotidianamente. “Es increíble que no pasen más de estas cosas, porque el estado de los móviles es deplorable”, sostuvo. Incluso sobre el episodio del móvil incendiado, aseguró que no cuentan con matafuegos.
Vale recordar que el 29 de enero, a comienzos de este año, falleció un interno a bordo de un móvil de traslado, durante lo que fue la jornada más calurosa del año. La víctima fue Johnatan Nicolás Centeno, un muchacho que había sido detenido dos días antes en un confuso episodio.
Pese a que la Justicia investigó el episodio, a siete meses de aquel triste episodio todavía no ha habido avances.
SUICIDIO EN LA CÁRCEL DE MUJERES
En tanto el martes por la noche, una interna del correccional de mujeres decidió quitarse la vida en su celda 13 del pabellón E-1. El triste episodio ocurrió a las 21,15, y fue su compañera de celda la que la descolgó del trapo que usó para quitarse la vida.
La mujer fallecida es Romina Gisela Saires, de 30 años, quien cumplía casi la mitad de la pena a la que fuera condenada por narcomenudeo, en la causa denominada “Chaco Chico”, llevada a juicio en abril del año 2017.
En esa ocasión, junto a otras mujeres, Saires había sido condenada a siete años de prisión. Pero además el juez Gustavo Ispani, de la Cámara Criminal Nº3, había ordenado que la joven recibiera asistencia médica y psiquiátrica por su adicción a las drogas.
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