La sonrisa de Juliana Awada, la primera dama argentina, se llevó las miradas de una multitud que llegó a la Plaza de la Música deseosa de ver y vivar al presidente. Toda la fiesta del oficialismo nacional estuvo enfocada al presidente, que halagó a los cordobeses y les pidió un nuevo esfuerzo extraordinario para mantenerlo en el poder. Todos sabían que se está jugando una parada difícil, pero fueron a ponerle el pecho como en pocos otros lugares sucedió. Una demostración de fidelidad pese a los contratiempos.
Mauricio Macri subió al pequeño escenario instalado en medio de todo. Y jugó sus fichas en un territorio como el de la capital cordobesa, que ya hace mucho tiempo que lo eligió como un hijo propio y dilecto. Estuvieron todos, unidos, con la disputa interna de las elecciones provinciales del 12 de mayo digerida. Así, Juntos por el Cambio mostró al que lo quiera ver, que tiene la mira puesta en una elección que ha sido convertida en una final por la Copa del Mundo.
Esta vez, no hubo errores con la música de cuarteto, como sucedió en la anterior visita presidencial, y Macri tuvo la oportunidad de vivir el reencuentro con los suyos. Habrá que ver si los cordobeses están dispuestos a brindarle una nueva ofrenda, como la de 2015. Por cierto, es uno de los grandes interrogantes de estas PASO.