(Por Carlos Vicente*) A partir de la asunción de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, FADEA redujo su planta de personal desde 1.597 operarios a los 1.050 actuales. La última información es que la planta de trabajadores se reduciría a 940. Los anuncios que se realizan tienen que ver con despidos y achique de programas.
Durante décadas, Radicales y Peronistas discutían y se atribuían la creación de la Fábrica de Aviones y la importancia que tuvo para la industria en nuestra Córdoba.
Fue fundada por un gobierno radical, el de Marcelo T. de Alvear en 1927.
Desarrollada y llevada a su esplendor por el gobierno de Juan Perón y la excelente gestión del Mayor Brigadier San Martin, luego electo Gobernador, piloteó la industrialización de la Provincia.
La Fábrica de Aviones se transformó en el primer gran conglomerado industrial y ahí se fabricaron el Pulqui, la moto Puma, el tractor Pampa, el Rastrojero, entre otros emblemas de la producción y el progreso nacional.
Fue la base sobre la que se forjó la industria metalúrgica y automotriz de Córdoba, en donde se formaron innumerable cantidad de obreros especializados, técnicos e ingenieros, y también de la enorme cantidad de pymes autopartistas de Córdoba.
El debate acerca de la fábrica era sobre el trabajo y la producción, pero básicamente en torno a la soberanía nacional, a la importancia de sostener empresas estratégicas para romper la dependencia, y se citaba a Mosconi y a Sabio y en definitiva a lo que de una manera u otra habían realizado los gobiernos de Yrigoyen y Perón.
No por casualidad fue la dictadura cívico militar impuesta por el golpe de 1976 y formada en la Doctrina de la Seguridad Nacional, la que inició la destrucción del complejo industrial que se había construido durante medio siglo, y que a ese momento ocupaba 10.000 obreros (más el empleo de las autopartistas).
En el gobierno de Menem, el argumento neoliberal era que había que ajustar la planta de personal sobredimensionada y buscar inversiones extranjeras que incorporaran nuevas tecnologías”.
Martínez de Hoz determinó el cierre de lo que se conocía como IME (y producía el Rastrojero entre otros), reduciendo a menos de la mitad el complejo e iniciando la desinversión.
Menem, en su conversión al neoliberalismo, liquidó lo que en ese momento se llamaba Fábrica Militar de Aviones, dejando en la calle más de tres mil trabajadores y entregando a la norteamericana Lockheed Martin Aircraft lo que quedaba de la fábrica y abandonando el proyecto de desarrollo de la industria aeronáutica nacional.
En ese momento, el argumento neoliberal era que había que ajustar la planta de personal sobredimensionada y buscar inversiones extranjeras que incorporaran nuevas tecnologías.
Quienes se suponía que venían a invertir y desarrollar tecnológicamente, en una década y media fundieron a la empresa, no incorporaron nada nuevo, generaron más desocupación y la dejaron en quiebra.
RECONSTRUIR UN PROYECTO PARA VOLVER A DESTRUIRLO
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo que hacerse cargo de la situación, recuperar la empresa para el Estado Nacional e iniciar un camino de reconstrucción de la misma. Se volvió a poner en agenda la necesidad de construir un proyecto de industria aeronáutica nacional, y a dar los primeros pasos en ese sentido.
El gobierno de Macri, en dos años sólo habló de ajuste, despidos, cierre de programas y secciones de la fábrica. En la misma línea de Menem en los ’90, vuelven a demoler un ícono del progreso, que fue vital en su desarrollo del siglo XX y que así debería ser pensado en nuestro siglo. En este gobierno conservador, son los Ministros de Defensa pertenecientes a la UCR (Martínez y Aguad) quienes encarnan el neoliberalismo con sus prejuicios ideológicos y llevan adelante este nuevo desguace.
En su discurso ante la Legislatura el 1° de febrero, el Gobernador Schiaretti no dijo una sola palabra sobre la Fábrica de Aviones y los cientos de despidos producidos. Una semana después, junto a Macri y el Presidente de la Fiat en el lanzamiento de un nuevo modelo de auto, se vanaglorió de haber sido formado en ese grupo monopólico en los ocho años durante los cuales fue su gerente en Brasil.
Paradójicamente, a quienes conducen las estructuras del PJ y la UCR en su conversión neoliberal, les ha tocado instrumentar el desguace de empresas nacionales estratégicas.
No es menor el debate pendiente en la sociedad cordobesa, ya que simbólica y prácticamente está en cuestión las líneas de desarrollo provincial: si se sostiene en un modelo basado en el monocultivo agrario y lo que pueda “derramar” en la economía provincial, o si se propone otro proyecto que defienda y replantee -con las innovaciones de este siglo- un modelo industrial que recupere y valorice la trama económica y social construida durante décadas en Córdoba.
La existencia o no de la Fábrica de Aviones no es un problema de nostalgia, es la discusión del perfil económico y social de la Provincia y del país”.
Cómo sostener un proyecto de Córdoba industrial es el desafío central para construir una propuesta nacional y popular en Córdoba, de desarrollo sustentable e inclusivo socialmente. Y el gran interrogante es si colocan el foco sobre este aspecto los sindicatos, la CGT, CTA, las organizaciones sociales, las Universidades, las pymes, y las fuerzas políticas comprometidas con la transformación social.
Las cúpulas políticas que conducen el PJ y la UCR no están interesadas en esta cuestión. Ahora la pregunta es quién toma la posta de lo mejor de aquellas tradiciones populares del radicalismo y el peronismo expresadas en gobernadores como Sabattini y el Brigadier San Martín que dejaron raíces fuertes.
La existencia o no de la Fábrica de Aviones no es un problema de nostalgia, es la discusión del perfil económico y social de la Provincia y del país.
*Abogado y ex Viceintendente de la ciudad de Córdoba.