Periódicamente, reiteramos una de nuestras premisas analíticas: no hay electores por un lado y consumidores por otro, electorado y mercado, sino una ciudadanía que vota y que consume. Ambas instancias cuentan con su especificidad, pero están conectadas por vasos comunicantes, no aisladas ni escindidas. Esa premisa se articula con otra: a mediano y largo plazo, son los efectos socioeconómicos de gestión los que construyen las tendencias electorales, más allá de los vaivenes de la coyuntura.
Repasemos, entonces, algunos datos clave de la situación socioeconómica de cara a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 11 de agosto, para ponderar los efectos socioeconómicos de la gestión Cambiemos. Según el Indec, la tasa de desempleo llegó al 10,1% en el primer trimestre de 2019 frente al 9,1% en el mismo trimestre de 2018. En cantidad de personas, eso significa que en el último año se sumaron 155.000 desempleados. El relevamiento del Indec en 31 aglomerados urbanos de todo el país contabilizó 1.338.000 desocupados; extrapolando esas cifras a la población total del país, el número total de desocupados ascendería a 2,2 millones de personas. De esa manera, el desempleo volvió a los 2 dígitos.
GRÁFICO 1
Por su parte, según la última edición del Monitor de Humor Político y Social que realiza mensualmente en forma online la consultora D’Alessio IROL y Berensztein sobre una muestra de 700 casos, el 70% de los consumidores redujo sus compras de carne vacuna y de gaseosas en los últimos meses y el 80% sustituyó primeras marcas por otras opciones más baratas en el mercado de consumo masivo.
Además, 8 de cada 10 personas bajaron o abandonaron sus compras de indumentaria y 6 de cada 10 achicaron el consumo de artículos de higiene personal. El 40% redujo sus compras de remedios: “los medicamentos no fueron abandonados, pero sí están en disminución, en especial en el nivel socioeconómico medio bajo”, indica el informe.
Así, el deterioro del poder adquisitivo que se viene acumulando en los últimos años impacta en prácticamente todo tipo de consumos, desde alimentos hasta entretenimiento, si bien con matices. El alimento más afectado por la baja de consumo es la carne vacuna: el 72% dijo haber restringido o abandonado esas compras, junto con gaseosas. Le siguen cerveza (-66%), vino (-54%), postres lácteos (-54%) y fiambres (-51%). Entre el 40% y el 50% achicó o abandonó sus compras de pescado, manteca, azúcar, agua mineral, quesos y yogur, mientras que entre el 40% y el 30% reporta caída o eliminación del consumo de aceite, galletitas, leche y pan. Los únicos dos productos que mejoraron su desempeño son arroz y fideos: 4 de cada 10 dicen haber aumentado esos consumos.
GRÁFICO 2
Por fuera de alimentos y bebidas, en el tope del ranking de las restricciones según D’Alessio IROL y Berensztein está ir a comer fuera de casa: el 81% de los consumidores redujo o abandonó ese gasto en lo que va del año. En el caso del delivery, el 77% achicó ese gasto. El segundo sector de la economía más afectado por la baja del consumo, es indumentaria, ya que el 78% de los consumidores recortó esas compras. En cine, teatro y entretenimiento, la merma es del 76% de los encuestados, mientras que en viajes y vacaciones el 74% bajó su consumo. Además, hay achicamiento de gastos en rubros más esenciales, como artículos de perfumería e higiene personal (el 66% dice haber bajado sus compras) y artículos de limpieza (63%). El 62% limitó el uso del auto propio a causa de la fuerte suba de la nafta y de los peajes. En telefonía celular, el 55% bajó su consumo. En la escala de los rubros más afectados por la crisis de consumo luego aparece la televisión por cable (el 44% pidió cambios en los abonos). En medicamentos, el 41% dijo hacer achicado su consumo. Menos afectadas están las clases de apoyo escolar para los chicos (39% bajó o anuló el consumo), Internet (34%) y servicios de streaming (33%).
¿Cómo se traduce preelectoralmente un consumo interno en crisis? La más reciente de las encuestas conocidas es la que llevó a cabo Federico González & Asociados, sobre una muestra de 1.600 casos de residentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el interior del país, realizada entre el 23 y el 25 de junio. Con proyección de indecisos, ubica a Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner con 41,6% de intención de voto, vs. 33,5% de Mauricio Macri – Miguel Ángel Pichetto. Roberto Lavagna – Juan Manuel Urtubey ronda el 9%, Espert-Rosales alcanza 6,5% (por encima de lo que hemos visto en estudios anteriores), Del Caño-Del Plá 4,1%, y Gómez Centurión-Hotton 2,1%; otras tres listas se ubican por debajo del 1% (Ver Gráfico 3).
Así, el Frente de Todos supera a Juntos por el Cambio por 8,1 puntos porcentuales, una diferencia estadísticamente significativa. Asimismo, como hay un 3% de votos en blanco, si el resultado de la PASO fuera ese, los Fernández se aproximarían al umbral clave del 45% que resolvería la elección en primera vuelta. Con esta medición, ya hay 10 encuestas realizadas después del cierre de listas del 12 de junio: el promedio da 42,3% a los Fernández, 31,7% a Macri – Pichetto, 8,1% a Lavagna – Urtubey, 2,8% a Espert-Rosales y 2,5% a Del Caño. La brecha entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio es de 10,6 pp., estadísticamente significativa, lo que abre doble chance de imponerse en primera vuelta si esa tendencia se sostiene: por superar el 40% y 10 pp. sobre Juntos por el Cambio, y por acercarse al 45% de caudal sobre votos válidos (el guarismo del 42,3% crecería al ajustar la base sobre votos positivos).
GRÁFICO 3
* Norman Berra (@berranorman) es encargado de Proyectos de Consultora Delfos. Regularmente publica en su Blog Clima de Opinión y en el sitio de la Consultora Delfos.