A diferencia de la mayoría de los gobernadores peronistas, Juan Schiaretti, no confluirá organicamente con la coalicición entre peronistas, kirchneristas y massistas. Un posible desbande de la lista corta con la que juega hasta el momento podría llevar dirigentes, intendentes y sectores del peronismo hacía la fórmula del espacio en el que se encuentra la ex presidenta. Pero no será una decisión formal o fruto del renunciamiento a presentar listas provinciales propias el pasado 12 de mayo, para que el peronismo no sufriera una derrota frente a Cambiemos y que, en los hechos, puso en terapia intensiva las posibilidades de construcción política del kirchnerismo en Córdoba.
Habrá que ver si el congreso provincial, que el PJ realizará el jueves próximo arroja alguna improbable novedad en ese sentido.
Las distintas fuentes consultadas en el peronismo señalan que el gobernador ya apostó por la lista corta, conformada por dirigentes de su confianza, para tratar de renovar la dos bancas que pondrán en juego. Pese a la insistencia de una enorme cantidad de dirigentes del PJ para que, al menos, sume al partido a la alianza Lavagna-Urtubey, los que han presenciado alguno de estos planteos, cuentan que el “jefe” del PJ local se mantuvo en sus trece: anotar la alianza Hacemos por Córdoba para garantizar la presentación de la lista corta.
Pese a ello, sigue abierta la negociación con el salteño Urtubey. Lo afirmó el legislador Carlos Gutiérrez: “Ante la conformación de Consenso Federal 2030, Hacemos por Córdoba seguirá dialogando con Urtubey para su posible integración al mismo. A su vez presentamos ante la Justicia Electoral la decisión de llevar candidatos a Diputados Nacionales propios por nuestra Provincia”.
Explicó que “la decisión de inscribir Hacemos Por Córdoba responde al compromiso asumido con los miles de cordobeses que confiaron en nuestra fuerza política recientemente, de trabajar fundamentalmente por el bienestar y el progreso de nuestra provincia”.
Tiene un problema de proporciones Schiaretti: hay un pacto no escrito con Mauricio Macri, por el que no moverá ninguna ficha que lo perjudique o al menos, lo pensará “dos veces”. Las razones son varias: la relación institucional que ha beneficiado a la provincia; el favor presidencial de “dividir” Cambiemos en los comicios provinciales de mayo pasado; la coincidencia con el rumbo neoliberal que lleva adelante el Jefe de Estado; el hecho de que Lavagna representa una fracción industrialista en tensión con Macri; y porque el ex ministro de Economía le resta votos fundamentalmente al presidente. Antes, eso no era un problema, pero el deterioro de la situación económica, pone a tiro de primera vuelta una eventual victoria de la coalición entre el PJ, el Kirchnerismo y el Frente Renovador. Dicho de otro modo, cuanto más votos consiga Lavagna, menos tendrá Macri en la primera vuelta.
La decisión de Schiaretti no es la única que se ha visto en esa línea por estas horas. También van por ese sendero, el actual gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, y su sucesor, Oscar Herrera Aguad; y el neuquino del MPN, Omar Gutiérrez, que no se sumaron al frente peronista. Son aliados inorgánicos del presidente.
Hay otra posibilidad, que el PJ defina libertad de acción, formal o informal. La primera variante, es que no presente ninguna lista, como sucedió en 2011; y la segunda que haya lista corta, pero haga la vista gorda con intendentes del interior que quieren jugar con los Fernández.
Por el momento, el grupo más importante que ha migrado con destino a la lista de Alberto y CFK, es el de algunos sindicatos históricamente alineados con el delasotismo, que proponen a la secretaria General del gremio Gráfico, Ilda Bustos como candidata a diputada nacional. El resto, espera que haya un guiño antes de moverse en esa dirección.
