Elisa Gutiérrez abre los ojos bien grandes del otro lado de la pantalla y dice que les creyó. “Eran de Córdoba, le habían entregado un auto a mi hijo (un Chevrolet Onix), se lo habían dado en la Plaza Sarmiento (de Chos Malal, en Neuquén), sacaron fotos, lo difundieron, vinieron a casa, comieron un asado con nosotros. Todo el pueblo les creía. ¿Cómo no les iba a creer? Así que vendí mi Renault Logan modelo 2011 y deposité (el 30/11/2015) 112.000 pesos, en una cuenta del Banco Galicia, como parte de pago por un Renault Sandero Stepway, cero kilómetro. Al mes me tenían que dar el auto y no lo hicieron. Entonces, empecé a llamarlos, incluso hablé con el que era el dueño, que me atendió varias veces. Me decía, ‘ya te lo vamos a llevar, ya te lo vamos a llevar’, pero todo era una estafa”.
La mujer trabaja como informante turística en la Oficina de Turismo de Chos Malal y su marido es empleado municipal.
Chos Malal tiene unos 15 mil habitantes, 134 años de vida y se encuentra en el Norte de la provincia de Neuquén, a 250 kilómetros de la capital. Cuenta la historia del pueblo, que fue fundado por el coronel Manuel Olascoaga para controlar la ruta del contrabando y el cuatrerismo de ganado. En lugar de vacas, esta vez pasó por el lugar un vendedor de ilusiones con la forma de un auto cero kilómetro.
Junto a Elisa hay otros damnificados: Maria Esther Meriño, María Celeste Arabel, Fabian Arnaldo Tilleria, Liliana Elsa Grijalba, Manuel Ángel Delgado, Jesica Jaquelina Riquelme, Luciano Damián Cavieres, Cristóbal Del Tránsito Muñóz, y Carlos Alberto Mora.
Patrocinados por los abogados Tomás Vega Holzwarth y Eliseo Videla hicieron una presentación judicial y el fiscal cordobés, Alejandro Marcelo Fenoll, imputó a Mariano Ezequiel Vaccarini y a Franco Leonardo Rueda “por la supuesta comisión de los delitos de Estafa reiterada -nueve hechos-”.
La estafa, según el artículo 172 del Código Penal, consiste en “(…) defraudar a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño”. Tiene una pena de 1 a 6 años y como los hechos son reiterados, es probable que en la causa se termine incluyendo el artículo 55, donde las penas se estiran hasta 50 años.
Vega Holzwarth señala que estos casos corresponden a Chos Malal, pero estima que los damnificados son muchos más, tanto de Neuquén como en otras provincias argentinas.
La investigación judicial se realiza en Córdoba, porque desde aquí operaba la concesionaria y aquí se hacían los pagos y el registro de los autos.
De acuerdo a las constancias judiciales, Vaccarini y Rueda integraban la empresa Auto Inversiones S.R.L, dedicada a la venta de autos. El primero con un 70% de las acciones y el segundo, con un 30%. Con esa razón social, cuyo domicilio era Valparaíso N° 3279 Dpto. 2 Planta alta de la ciudad de Córdoba, habrían funcionado, por lo menos, hasta 2016. Pese a que los damnificados comenzaron a plantear sus casos en redes sociales, siguieron operando y en los últimos años crearon una nueva empresa llamada Grupo Nación S.A. La sede, de acuerdo a una denuncia, se encontraba –al menos hasta febrero de este año- en la avenida Vélez Sarsfield 576, de la ciudad de Córdoba.
A partir de ofertas atractivas, financiación y supuesto acceso al auto cero kilómetro a través del sistema llave contra llave –entrega del usado y obtención del nuevo- habrían estafado a compradores durante unos siete años -la primera sociedad fue inscripta en Personas Jurídicas, en el año 2014-. El esquema era simple: El cliente entregaba un porcentaje del valor del auto adquirido y la empresa se comprometía a poner, entre 15 días y un mes, al vehículo 0 Km. en la puerta de la casa del comprador. Para convencer a sus “presas”, se movían con marketing de contenidos en redes -Facebook e Instagram-, donde aparecían entregando rodados a otros adquirentes. Como sucedio en el caso del hijo de Elisa. Sin embargo, de acuerdo a la denuncia judicial, no todas las ventas terminaban bien. Un grupo no recibía el producto adquirido. En ese caso, luego de incumplir el primer acuerdo de entrega, “estiraban” la relación durante semanas, haciéndoles creer a los damnificados que iban a recibir su auto.
Según dos ex empleadas del Grupo Nación S.A que se presentaron a la Justicia, Vaccarini y compañía continuaban hasta hace unos meses con el mismo sistema. Ambas decidieron abandonar el trabajo que tenían en la empresa, cuando se dieron cuenta de cuál era el negocio que hacían sus empleadores. ENREDACCIÓN accedió a su testimonio y su identidad se reserva en este artículo.
Elisa, ¿cómo los conoció?, le preguntó ENREDACCIÓN.
Recibí un llamado telefónico. Nos dijeron que era una concesionaria de Córdoba, ofrecían la adquisición de un cero kilómetro con buena financiación y como mi hijo quería comprar un Chevrolet Onix, los escuché. Ahí empezó todo.
¿Por qué hizo la denuncia judicial tanto tiempo después?
Me conecté con ellos muchas veces. Vendí mi auto para depositar esta plata. Fue angustiante, me quedé sin nada. Me dijeron que me lo iban a entregar el próximo mes, después en un mes, y así… Dejaron de atenderme, pero no hice la denuncia en Defensa del Consumidor. Armé un Facebook para denunciar lo que me había pasado y hubo gente que había vivido la misma experiencia. Y lo que son las vueltas de la vida: Un día recibo un llamado de otra concesionaria de Córdoba y cuando le cuento a la chica, ella misma me impulsó a que hiciera la denuncia.
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